Decenas de detenidos tras investidura de Lukashenko
24 de septiembre de 2020Más de 150 manifestantes fueron detenidos el miércoles (23.09.2020) por la policía durante protestas de la oposición contra la investidura del presidente bielorruso Alexander Lukashenko para un sexto mandato, en una ceremonia mantenida en secreto durante la que el mandatario dijo que la "revolución" que querían sus detractores fracasó.
Según corresponsales de la AFP, varios miles de personas marcharon contra Lukashenko por la avenida de los Vencedores, en el centro de Minsk.
Al caer la noche, la policía antidisturbios empleó cañones de agua contra la multitud. Los agentes, equipados con pasamontañas, detuvieron a decenas de manifestantes y se los llevaron a furgones.
La ONG de defensa de derechos humanos Viasna documentó al menos 153 arrestos, en su mayor parte en la capital pero también en Mogilev, Gomel y otras ciudades.
Una investidura excepcional
Durante la mañana, medios de comunicación independientes y plataformas de la oposición aludieron a una posible ceremonia secreta, ya que vieron el cortejo del presidente recorrer la ciudad a gran velocidad, además de un importante despliegue policial alrededor de la sede presidencial.
En un hecho excepcional, la ceremonia de investidura sólo fue anunciada por la agencia oficial Belta, y por la presidencia una vez finalizada.
"Esta pretendida investidura es evidentemente una farsa", denunció Svetlana Tijanóvskaya, principal rival de Lukashenko, en un comunicado en la mensajería Telegram. La política, exiliada en Lituania, volvió a reivindicar su victoria en las urnas en las presidenciales de agosto.
Varios países europeos denunciaron la obstinación de Lukashenko. Alemania declaró "no reconocerlo" por falta de "legitimidad democrática".
El portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert, declaró en rueda de prensa que "no se cumplieron las exigencias mínimas para unas elecciones democráticas".
Estados Unidos "no puede considerar a Alexander Lukashenko como el presidente legítimo" de Bielorrusia, afirmó en un comunicado el Departamento de Estado. "Las elecciones del 9 de agosto no fueron libres ni justas. Los resultados anunciados fueron fraudulentos y carentes de legitimidad", indicó un portavoz de la diplomacia de Washington.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores lituano se burló de la ceremonia. "¡Qué farsa! Elecciones fraudulentas, investidura fraudulenta", tuiteó Linas Linkevicius.
Para los opositores y los medios de prensa independientes, esta ceremonia, que debía tener lugar legalmente antes del 9 de octubre, se organizó en secreto para que no se convirtiese en catalizador de una nueva gran manifestación.
En su discurso, Lukashenko afirmó que su país había resistido una "revolución de color", apodo dado a los movimientos populares que expulsaron del poder a regímenes autoritarios desde comienzos de 2000 en repúblicas exsoviéticas como Ucrania, Georgia y Kirguistán. Para Rusia y Lukashenko, fueron revueltas apoyadas por Occidente.
Después, en imágenes publicadas por medios oficiales, apareció con uniforme militar dando un discurso ante soldados cuadrados en formación.
jc (afp, efe)