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Defensa climática: Europa da el ejemplo

Emilia Rojas Sasse20 de febrero de 2007

Los ministros de Medioambiente de la UE acordaron reducir hasta el año 2020 las emisiones de CO2 a un nivel inferior en un 20% al de 1990. La reducción sería aún mayor si otras potencias industrializadas se suman.

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Chimenea humeante.
La EU acuerda ambiciosa reducción de la contaminación atmosférica.Imagen: AP

Predicar con el ejemplo es lo que se han propuesto los ministros del Medioambiente de la Unión Europea. En una reunión celebrada en Bruselas, acordaron una reducción unilateral de las emisiones de CO2, principal causante del efecto invernadero, que va más allá de los compromisos adquiridos en el Protocolo de Kyoto, según el cual UE debería reducir dichas emisiones en un 8% hasta el año 2012. En concreto, establecieron la meta de rebajar este tipo de contaminación hasta el 2020 a una quinta parte del volumen de 1990. Algo que, según el comisario europeo del Medioambiente, Stavros Dimas "ni siquiera habríamos osado pensar un año atrás".

"Paso histórico"

Stavros Dimas
El comisario Dimas logró su objetivo en Bruselas.Imagen: AP

Alentado por el acuerdo de Bruselas, Dimas afirmó que "Europa debe ser un ejemplo para el resto del mundo". Similar fue la reacción del ministro alemán de esa cartera, Sigmar Gabriel, quien habló de "un paso histórico", asegurando que con la aprobación de estos objetivos "la UE ha reafirmado su liderazgo en la protección del clima". Y, desde ya, se sienta una base positiva para el éxito de la próxima cumbre de marzo, en la que la presidencia alemana se ha propuesto unir a las huestes europeas en la lucha contra el cambio climático y sus fatídicas consecuencias planetarias.

Claro está que este histórico avance del que hoy todos se congratulan sólo fue posible gracias a que se pospuso la discusión sobre cómo habrá de conseguirse el objetivo común. Dicho de otra forma, queda por determinar qué sacrificios le corresponderá hacer a cada país de la UE. Y la experiencia indica que ése será un hueso duro de roer. Por lo pronto, los ministros sólo han adelantado que se tomarán en cuenta aspectos socio-económicos y otros parámetros para repartir la carga. Alemania, desde ya, está consciente de que le corresponderá hacer más que a otros países, debido a su desarrollo económico, según indicó el propio Gabriel.

Maraña de intereses

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Los autos alemanes pecan de devorar combustible.Imagen: AP

En la actualidad, la UE emite cerca del 14% de los gases responsables del calentamiento global. Reducirlos en la medida deseada requerirá tomar medidas que, quiérase o no, siempre terminan afectando dolorosamente a un sector. Por ejemplo, cuando se discute acerca de limitar los gases de escape de los automóviles, la industria alemana es la primera en protestar, porque es ahí donde le aprieta el zapato. Francia, que produce autos más económicos en combustible, se resiste en cambio al compromiso que desea Alemania para elevar el porcentaje de energías renovables al 20% del consumo global de la UE para el año 2020. La razón: los franceses apuestan por la energía nuclear. Otra posibilidad en discusión es la de gravar los vuelos con un impuesto adicional, en vista de su nocivo impacto ecológico. Pero, en ese caso, los que ponen el grito en el cielo son los países del Mediterráneo, que temen por sus ingresos en el campo del turismo.

Sin embargo, por encima de ese cúmulo de intereses divergentes debería estar el interés común, que ni siquiera es de carácter europeo, sino mundial: tratar de preservar la estabilidad del clima de la Tierra. En la mesa de negociaciones europea se verá cuán hondo ha calado el mensaje y si Europa realmente consigue ser un ejemplo que convenza al resto. Ésa es por lo menos la apuesta de los ministros, que anunciaron la intención de rebajar aún más las emisiones (a un 30% por debajo del nivel de 1990), si también otras potencias industrializadas, como Estados Unidos, se suman a la empresa de resguardar el único mundo que tenemos.