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Aborto: prohibido para la hondureña Fausia, derecho en la UE

17 de abril de 2024

Mientras la Eurocámara pide incluir el aborto como derecho fundamental en la UE, Fausia, una mujer indígena en Honduras, demanda a su país ante la ONU, por haberla obligado a llevar un embarazo producto de una violación.

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Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra
Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en GinebraImagen: Salvatore Di Nolfi/KEYSTONE/picture alliance

En Bruselas, la Eurocámara aprobó la semana pasada una resolución pidiendo incorporar el derecho a un aborto legal y seguro en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Mientras tanto, en Ginebra, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU recibía una demanda contra el Estado de Honduras, por haber impedido que Fausia abortara después de una violación.

"Las leyes de supuestos -por violación, malformación o riesgo para la vida de la madre- no son las ideales, pero son lo mínimo aceptable. La prohibición total del derecho al aborto es una violación de derechos humanos manifiesta y una forma de trato cruel, inhumano y degradante. Lo dicen todos los organismos internacionales desde hace décadas”, explica a DW María Eugenia Rodríguez Palop, vicepresidenta de la comisión de la Mujer en el Parlamento Europeo.

Como coartífice de la recién aprobada resolución de la Eurocámara y de varias anteriores -que tanto han condenado los retrocesos en países de la UE como han ido avanzando en el reconocimiento de derechos sexuales y reproductivos-, Rodríguez Palop recalca el derecho a la autonomía reproductiva.

"También porque es conexo con otros derechos humanos que son incuestionables como el derecho a la salud, a la integridad física y mental, a la vida, a tener tantos hijos como una quiera y a elegir el intervalo entre ellos. La prohibición total del aborto, a mi modo de ver, es una cosa regresiva y retardataria que no tiene el más mínimo sentido en sociedades democráticas", subraya.

Por eso, el caso de Fausia ha llegado a Ginebra: Honduras, con su prohibición total del aborto, viola acuerdos y cartas internacionales. La misma Organización Mundial de la Salud (OMS), en sus guías para la atención de la interrupción del embarazo (de 2022), recomienda la despenalización y su regulación como un servicio de salud pública.

En este sentido, "Ginebra tiene que sancionar a Honduras por ser agente de violencia institucional", explica Rodríguez Palop, profesora de Filosofía del Derecho en la Universidad Carlos III de Madrid, especializada en derechos humanos.

Sanciones y reparación

Sanción al Estado hondureño, reparación para Fausia y que se le exija a Honduras levantar esa prohibición afincada en su Constitución, piden las organizaciones litigantes. ¿Cómo pueden ser esas sanciones y esa reparación? "Si Honduras es condenada, las reparaciones incluyen indemnización por daños materiales y también daños morales, como el dolor sufrido", explica a DW Paulo Lugon Arantes, investigador y jurista especializado en derechos humanos.

"También existen reparaciones por daños al proyecto de vida: ¿qué proyectos tendría la víctima si no hubiera sido forzada a tener ese hijo? Por otro lado, públicamente, el Estado debe compensarla: poniendo su nombre a una clínica de cuidados de la mujer, por ejemplo. Y, por último, para garantizar la no repetición, Honduras debería eliminar esa ley prohibitiva y, por ejemplo, hacer campañas de salud reproductiva de la mujer", explica Lugon Arantes.

Una sentencia de este calibre sentaría precedente en un país conocido por ser uno de los más peligrosos para ser mujer en América Latina. El Centro de Derechos de la Mujer -una de las tres organizaciones litigantes- monitoreó 386 feminicidios en 2023 y afirma, con datos de 2022, que diariamente tres niñas menores de 14 años son forzadas a mantener embarazos productos de violaciones.

"No es de extrañar que los niveles de violencia sexual contra las mujeres sean altos en un país que prohíbe el aborto. El cuerpo de la mujer es visibilizado como un objeto, eso lo permea todo", opina Rodríguez Palop. Cabe resaltar que en la resolución del Parlamento Europeo de la que esta eurodiputada es coartífice, se advertía en contra de financiar grupos contra la igualdad de género y contra el aborto en todo el mundo.

"Se trata de un movimiento político regresivo que no debe ser visto solo como misógino o antifeminista, moralista o conservador", explica la política europea. "Es un ciclo histórico que pretende volver a esquemas de dominación, tanto del hombre sobre la mujer como de un pueblo sobre otro. Dominar el eje 'mujer' -que asegura la conservación de pautas y costumbres- es controlar muchos otros. Por eso, el ultranacionalismo, el racismo, la xenofobia, no son cosas separadas de la misoginia", afirma Rodríguez Palop, refiriéndose a la aparición de otros Gobiernos que apuntan a esa vía.  

Para Europa, que es una unión política y legislativa, la salida la ve Rodríguez Palop en una mayor cohesión política y en abrir procedimientos de infracción a la Carta de Derechos Fundamentales. ¿Y para Honduras y otros países de América Latina? "Haciendo actuar a los Tribunales, claro que sí", concluye.

(rml)