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Desarrollo con café

14 de julio de 2003

Alemania impulsa un nuevo "código de comportamiento" para el mercado mundial del café. Se trata de mejorar las condiciones para los productores y respetar el medio ambiente.

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Pagando un poco más, se puede ayudar al desarrollo.Imagen: Bilderbox

El Ministerio de Cooperación de Alemania y la Asociación Alemana del Café están detrás de esta iniciativa que se produce luego de varios años en los cuales el mercado internacional del café se ha caracterizado por su inestabilidad y el desplome de los precios, actualmente por debajo de los costos de producción. Para que el sector subsista, se tienen que hacer concesiones a la calidad, dicen los expertos.

Círculo vicioso

Nestor Osorio, secretario general de la Organización Internacional del Café advierte que "si los precios son bajos, también caen las posibilidades de los productores para cuidar a las plantas del café y a las plantaciones de la manera correcta".

Por lo tanto sufre la calidad del producto y su precio se deteriora aun más. Se trata de romper este círculo vicioso, aunque sin interferir en la comercialización. Osorio teme que muchos de los productores no logren sobrevivir si no se logra dar el paso hacia una producción más sostenible y muchos del medio centenar de países que producen café no podrían seguir haciéndolo. En consecuencia el mercado se concentraría en pocos países, afectando también de manera negativa a la industria del café en Europa y en los EE.UU.

Tiempo de actuar

El Gobierno alemán dice haber reconocido esta circunstancia. Pero no se trata de preocuparse sólo por el consumidor alemán del café, sino asimismo por cuestiones sociales y ecológicas en los países donde se cultiva. Por un lado, unos 25 millones de campesinos están amenazados de caer irreversiblemente en la pobreza. Por el otro, un cultivo intensivo y no sostenible podría arruinar amplias comarcas en muchos países.

Un código de comportamiento para los productores y para los consumidores debe contribuir a evitar esta combinación fatal. La parlamentaria del Partido Verde Uschi Eid, una alta funcionaria del Ministerio de Cooperación alemán, espera así poder "fortalecer los estándares sociales y contribuir a una estabilización del mercado del café a mediano plazo". La meta se resume en un lema sencillo: calidad en vez de cantidad.

En el supermercado

Aunque esta meta pueda sonar demasiado idealista para algunos, Alemania puede ser un buen "laboratorio" para explorarla. Después de todo, los productos que llevan el distintivo de haber sido producidos respetando tanto condiciones de trabajo justas como su entorno ecológico, gozan de cierta cuota de mercado en las estanterías de las tiendas alemanas.

Según se recomienda, el caso ideal sería que también el café que consume la mayoría aplique el código, para que su precio no aumente excesivamente, ofreciendo al mismo tiempo un beneficio para los cultivadores en los países en desarrollo. Es un campo complejo que no se puede aislar de otros problemas del desarrollo económico, ya que abarca, entre otros, "aspectos sociales, derechos humanos, (y) estándares sociales", explica Anemike Weinl, vicepresidenta de la Asociación Alemana del Café.

Es decir, un código de conducta como el anunciado estaría muy lejos de representar una fórmula mágica. Al mismo tiempo, y si realmente llega a implementarse, puede representar un elemento para lograr más justicia en el comercio con materias primas entre el Norte y el Sur.