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"Desde que tengo memoria me imagino ganando una medalla"

15 de febrero de 2023

El esquiador chileno Henrik von Appen acaba de terminar su mejor participación en los mundiales, tras un año con buenos resultados que lo ayudan a superar una lesión que casi acaba con su carrera.

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El esquiador chileno Henrik von Appen.
El esquiador chileno Henrik von Appen.Imagen: Mattia Radoni/LPS/ZUMA Press/picture alliance

Después de los Juegos Olímpicos, para el mundo del esquí, el campeonato más importante es el mundial, que este año se realiza hasta el 19 de febrero en Courchevel y Meribel (Francia). El chileno Henrik von Appen acaba de terminar su participación, con resultados notables para un deportista que hace menos de tres años sufrió una grave lesión, pero que además ha debido luchar en una disciplina donde el predominio europeo y norteamericano es casi total.

Nacido en diciembre de 1994 en Santiago de Chile, Von Appen cuenta a DW que alguna vez le ofrecieron competir por Alemania, pero se negó. Al contrario, uno de sus mayores orgullos es haber sido el abanderado chileno en dos Juegos Olímpicos de Invierno (2018 y 2022). “Fue algo muy especial, siempre lo voy a recordar. Me enorgullece mucho correr por Chile, es una de las razones por las que sigo compitiendo”, explica.

DW: Su familia tiene origen alemán. ¿Pensó alguna vez en competir por Alemania?

Henrik von Appen: Lo pensé y hasta hubo ofertas, pero yo soy chileno, mi bisabuelo era alemán. Para mí sería extraño correr por otra bandera. Mi desafío es poner a Chile bien arriba en un deporte tan eurocéntrico como el esquí. También me estimula pensar que cada vez se le presta más atención al esquí, que empieza a aparecer en los periódicos y se genera un efecto bola de nieve con gente inscribiéndose y participando. Este deporte se llama esquí alpino, y yo digo no, también están los Andes.

Está la cordillera, pero hay pocos esquiadores en Sudamérica. ¿Por qué?

Es un fenómeno complejo, pero lo que veo es que es un tema de números. No sé cuántos hay en la federación de Austria, pero deben ser 100 o 200 veces más que en Chile. También hay un tema económico y de decisiones de vida. Eso hace que sea muy difícil que un niño de 15 años en Chile sea bueno para esquiar y además tenga papás que digan 'podemos financiar esto'. Está la federación, hay entrenadores y centros de esquí, pero no existe un centro de alto rendimiento en la montaña, por ejemplo. 

Hay un asunto cultural, entonces.

Sí, pero creo que se puede cambiar eso, de forma que más niños digan que quieren ser esquiadores profesionales. Y ahí es donde también viene la parte de política pública. Si queremos tener esquiadores, tenemos que ver dónde están las poblaciones más críticas, y claramente Santiago es una de ellas, porque tenemos la cordillera a 50 minutos. Pero mis colegas europeos no viven en las ciudades, viven en la montaña, están expuestos al deporte desde pequeños. 

Y está el tema de los auspicios. De hecho, sus auspiciadores no son chilenos, son europeos.

Sí. En este minuto estoy bien cubierto, no me puedo quejar. Tengo un buen equipo, un entrenador, recibo apoyo del Comité Olímpico de Chile, del Instituto Nacional del Deporte, de la federación. Obviamente sigo poniendo dinero de mi bolsillo, porque no alcanzo a cubrir todo, pero este año quizás haya números verdes. Igual el desgaste es duro para la familia, también en lo económico.

Von Appen durante su participación en los Juegos Olímpicos de Beijing 2022.
Von Appen durante su participación en los Juegos Olímpicos de Beijing 2022.Imagen: Alessandro Trovati/AP Photo/picture alliance

Y para el deportista. En su caso, estar lejos de casa.

Estar lejos de la familia era lo más difícil, lejos de tu país, porque a mí me encanta Chile. En Europa me siento como deprimido, es poco cálido en general. A mí me ha ido muy bien últimamente gracias a mi señora, nos casamos hace poco y ella me puede acompañar en las giras.

Tuvo un 2022 excelente en términos deportivos, con grandes resultados. ¿Lo asocia a que estuvo con su esposa? 

Totalmente, y al apoyo incondicional. Cuando uno está todo el año con los entrenadores, ellos te apoyan, pero no es incondicional, depende de tus resultados. Es extraño, tienes casi 30 años y sigues dependiendo de personas que no son tus padres. Hacen su trabajo, tienen que corregirte y prepararte para ser cada vez mejor, pero claro, es difícil… No me quiero hacer la víctima, pero si vives en Europa, después de competir, te vas a tu casa. Yo termino y me voy a un hotel. Esas cosas te van desgastando

¿Qué le parecen los resultados que obtuvo en el mundial?

Estoy muy contento. Quedé 24  en Super G y 22 en descenso, son mis mejores resultados en los mundiales. También considerando que hace tres años tuve una lesión grave en la rodilla derecha. Hice una buena temporada, mejoré mi ranking mundial, entonces más que hacer buenas bajadas, ahora hay que ser más ambicioso, apretar el acelerador.

Hay 0,7 décimas de segundo entre usted y el décimo clasificado del mundial. ¿Eso lo estimula o lo deprime?

En este minuto estoy motivado, me quedan tres carreras esta temporada, la última gira a América del Norte. Estamos cerca y una buena carrera quizás dónde nos pueda dejar. Igual cada pista es distinta. Las diferencias en el mundial fueron muy acotadas porque las condiciones eran muy buenas, era una nieve extremadamente fácil, y muchas veces eso esconde las diferencias técnicas entre un esquiador y otro. 

¿Piensa en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2026?

Voy a dedicarle al menos un par de años más a esto, pero voy viendo año a año si todavía tiene sentido el costo-beneficio de cumplir tu sueño. Yo siento que Dios me dio el talento y tengo que aprovecharlo, si no, estaría mintiéndome a mí mismo. Pero, por otro lado, quiero armar una familia, quiero probar otras cosas. Hoy te diría que los Juegos Olímpicos están muy lejos; tres años es un montón de tiempo. Por otro lado, siempre digo lo mismo y ya llevo tres Juegos Olímpicos, así que no sé.

Alguna vez dijo que su gran sueño era una medalla.

Desde que tengo memoria me imagino ganando una medalla olímpica y llevarla a Chile, porque nunca en la historia de Latinoamérica ha habido una medalla de invierno, nunca. Eso para mí sería un logro de vida súper importante y me sentiría muy orgulloso de lograr eso. Yo creo que la probabilidad de acá de tres años no es muy alta, pero me la jugaría por tratar de averiguarlo. 

En diciembre de 2019 tuvo una lesión grave e incluso pensó en retirarse. ¿Estuvo bien no hacerlo?

A la rápida uno dice 'qué bueno que no me retiré'. Si me hubiera retirado no habría conocido a mi esposa, por ejemplo. Yo pensé que iba a ser imposible volver tras mi lesión. Por meses tuve pesadillas en que me explotaba la rodilla cuando pisaba. Hacer toda la rehabilitación, los dos años para volver a competir, los nervios de la primera carrera después de todo ese tiempo… Yo creo que me hizo más fuerte.

¿Es usted el mejor esquiador de la historia de Chile?

(Risas). No sé, vas a tener que llamar a otro para preguntarle. 

Los resultados dicen que sí.

La idea es que alguien me supere. Me daría una pena tremenda que todo lo que aprendí se perdiera, sería un enorme desperdicio. Quiero ver cómo aportar, quizás desde la federación, armando una fundación, o quizás el solo hecho de haber competido ya sea suficiente incentivo para otros. 

(cp)