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Paran escape de agua contaminada en Fukushima, pero no los problemas

6 de abril de 2011

Esta sería la primera noticia positiva desde que la catástrofe nuclear en Japón empezara su curso. Técnicos taponaron grieta, a través de la cual agua radiactiva estaba contaminando el mar. Pero la tragedia continúa.

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Cuando la naturaleza se destruye. Pescadores que no pueden pescar, en puerto japonés de Onahama, Iwaki.Imagen: AP

A pesar del relativo “éxito”, nada parece funcionar según los planes de emergencia de la planta nuclear de Fukushima. Ni los habitantes ni el medio ambiente, han podido ser realmente protegidos a cabalidad, tras el peor accidente nuclear desde Chernóbil en 1986. Los ingenieros necesitan aún verter 11,5 millones de litros, equivalentes a 11.500 toneladas de agua contaminada al océano por la falta de espacio de almacenaje en dicha instalación.

En Fukushima Daiichi, la unidad 1 de dicha planta atómica de producción de energía, el agua de mar fue utilizada para enfriar las barras de combustible sobrecalentadas.

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Policías en busca de cadáveres en cercanía de planta nuclear de Fukushima.Imagen: AP

El operador de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO) afirma que “detuvo la filtración usando cristal líquido” en uno de los seis reactores dañados. Y si la situación no tuviera las dimensiones de una tragedia global la lucha de los nipones tendría visos de hilarante: “los ingenieros habían usado incluso aserrín, periódicos y concreto para parar el escape”.

India prohíbe importaciones de alimentos

Ante la imposibilidad de recuperar el control sobre la contaminación nuclear en uno de los países más desarrollados del mundo, crece la preocupación, no sólo de los vecinos, Corea del Sur y China. India, que no tiene un mar común con Japón, se ha convertido en el primer país en prohibir, a partir de este 10 de abril, la importación de alimentos provenientes de todo el territorio japonés.

En Europa, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, pidió que se refuercen más los controles del nivel de radiactividad de los alimentos importados de Japón, como “medida de precaución”, como reporta dpa. Durao Barroso recalca empero, que se trata de “una medida de mera precaución. Todos los controles realizados hasta ahora en los Estados miembro sobre alimentos importados de Japón han mostrado niveles imperceptibles de radiación, muy por debajo de los estándares europeos o japoneses", agregó Durao Barroso.

¿Llegó contaminación a continente americano?

En el agua corriente de la ciudad canadiense de Vancouver fueron detectadas trazas radiactivas, aunque en niveles reducidos, dijeron a las agencias de noticias el Ministerio de Sanidad canadiense y expertos de la provincia del Pacífico British Columbia.

"La proporción del isótopo radiactivo yodo-131 en agua de lluvia aumentó siete días después del desastre nuclear en Fukushima, aunque desde entonces ha vuelto a disminuir", dijo a dpa el científico nuclear Kris Starosta de la Universidad Simon Fraser. También está afectada el agua potable, indicó.

Los motivos del retroceso pueden ser dos, dijo Starosta: "O bien Fukushima ya no está emitiendo tanta radiación o el tiempo ha cambiado". El yodo radiactivo fue arrastrado por una corriente de vientos de oeste al Este, la llamada jet stream, de Japón hasta la costa occidental norteamericana. Las partículas radiactivas de Fukushima I también fueron detectadas en Estados Unidos, Europa y Sudamérica.

Corriente de aire del norte

El físico alemán Jens Dilling, del laboratorio nacional canadiense de física molecular y nuclear en Vancouver dijo, respecto a los valores canadienses que la radiactividad de Japón en ningún momento supuso un riesgo para la salud. "Una visita al dentista en el que realizan unas radiografías conlleva una mayor radiación", comentó.

Reportes sobre la llegada de partículas radiactivas a América Latina no han sido confirmados. Es empero de temer que si fue la jet stream, como se presume en Canadá, la que llevó la contaminación a las aguas de Vancouver, habría que recordar que esa corriente de aire se mueve, incesantemente, de occidente a oriente, y alrededor del globo.

Autor: José Ospina-Valencia /dpa/afp

Editor: Enrique López Magallón