Dilma Rousseff en Cuba
30 de enero de 2012Yoani Sánchez, actualmente la voz más conocida de la disidencia cubana, ha conseguido en las últimas semanas bastante difusión para su caso. Aunque es improbable que pueda salir de Cuba, la bloguera acaba de recibir un visado para viajar a Brasil, tras una campaña en la que le envió incluso una carta a Dilma Rousseff.
La mandataria guarda silencio respecto a Sánchez, y el gobierno de Brasilia ha descartado de antemano que Rousseff vaya a reunirse con disidentes en Cuba. La presidenta "no pretende incluir en su agenda el pedido de audiencia hecho por opositores", señaló hace unos días la agencia brasileña Estado. También el ministro de Exteriores del país sudamericano, Antonio Patriota, subrayó el domingo el interés de Brasilia por centrarse en asuntos económicos, evitando el espinoso tema de los derechos humanos. Patriota estuvo recientemente en La Habana para preparar la la primera visita al exterior de la presidenta en 2012.
Yoani y Dilma
Consciente de su poder de difusión mediática en el extranjero, Sánchez ha manifestado sin embargo públicamente sus expectativas respecto a Rousseff, llegando incluso a compararse con ella. "Yo me siento como Dilma", citaron varios medios internacionales recientemente a la disidente, que tiene también más de 200.000 seguidores en la red social Twitter.
Brasilia también es consciente de que la bloguera intentará posiblemente llamar la atención internacional aprovechando la visita. “Yo si estuviera en su situación haría lo mismo", señaló el asesor de la presidencia de Brasil Marco Aurélio García. Al mismo tiempo, García subrayó que el hecho de que Sánchez haya recibido un visado no implica un cambio en la política brasileña respecto a Cuba. La bloguera quiere participar en Brasil en la presentación del documental sobre los derechos humanos "Conexión Cuba-Honduras", del cineasta Dado Galvao, en el que es entrevistada.
Relaciones cubano-brasileñas
Brasilia tiene buenas relaciones con La Habana, y el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva solía mostrar su cercanía con el histórico líder cubano Fidel Castro. Lula también impulsó una campaña para poner fin al embargo estadounidense contra la isla, una iniciativa olvidada desde que el ex sindicalista dejó el poder.
Las esperanzas de Sánchez de que Rousseff se atreva a abordar el asunto de los derechos humanos en la isla no son del todo infundadas. La concesión del visado a la bloguera ha sido vista como un gesto del gobierno de Rousseff por algunos observadores. Y la presidenta ha mostrado hasta ahora bastante autonomía en asuntos de política exterior respecto a las posiciones de Lula. Las relaciones con Irán, por ejemplo, se han enfriado desde que Rousseff asumió la presidencia. El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, no visitó en su reciente gira latinoamericana Brasilia, donde sí estuvo en la época de Lula. Uno de los principales asesores de Ahmadineyad acusó hace poco a la presidenta de "destruir años de buenas relaciones" entre Teherán y Brasilia. Rousseff ha criticado entre otros la opresión de las mujeres en el país persa. (dpa)
Editora: Emilia Rojas