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Disminuye el crecimiento económico en Alemania

Sabine Kinkartz (CP/ MS)14 de octubre de 2014

Debido a la debilidad de la coyuntura económica mundial, el gobierno alemán también tuvo que corregir drásticamente a la baja su pronóstico de crecimiento para 2015, que será del 1,2 por ciento.

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Sigmar Gabriel Wirtschaftswachstum 14.10.2014
Imagen: Reuters/Axel Schmidt

El Producto Bruto Interno (PIB) de Alemania, es decir, la suma de todos los productos y servicios, crecerá solo un 1,2 por ciento en lo que resta de este año, en lugar del 1,8 por ciento estimado en sus proyecciones anteriores de primavera (boreal). Para 2015 espera un crecimiento de un 1,3 por ciento en lugar del dos por ciento anterior, de acuerdo con el pronóstico de otoño del gobierno alemán.

El ministro alemán de Economía, Sigmar Gabriel dijo que "la economía alemana se encuentra actualmente en aguas turbulentas desde el punto de vista de la economía exterior". Las crisis geopolíticas, como los enfrentamientos en Ucrania y la guerra en Cercano Oriente acentúan la incertidumbre, también en Alemania, y el débil crecimiento económico afecta negativamente a la coyuntura.

Sin embargo, el ministro alemán de Economía no ve una señal de alarma en estos datos. “Un bache en la economía no es una catástrofe”, dice. Según él, Alemania sigue su curso de crecimiento, y las perspectivas negativas no son más que una fase de debilitamiento. “Es por eso que podemos continuar el rumbo que tomamos a nivel político, económico y social”, dijo Gabriel.

Alemania no es una isla

Sigmar Gabriel, presidente del Partido Socialdemócrata alemán (SPD), no ve, por tanto, motivos para alejarse del presupuesto fiscal fijado para 2015. La planeada renuncia de Alemania a tomar nuevos créditos se podrá lograr con las cifras que anuncia el pronóstico. A eso se suma que el ministro tampoco ve ningún beneficio político ni económico en lanzar programas adicionales de reformas a nivel nacional. El problema está en la débil coyuntura de los países vecinos. Ayudarlos, subraya el ministro, es más efectivo que centrar la atención en la política financiera alemana. “Más deudas en Alemania no tendrán como resultado el crecimiento económico en Italia, España, Francia o Grecia”, señaló Sigmar Gabriel. En lugar de eso, los esfuerzos necesarios para implementar reformas económicas deberían acoplarse a inversiones para lograr el crecimiento y una mayor competitividad en esos países. “Eso no se logra a través de un endeudamiento más alto en Alemania para la infraestructura alemana”, subrayó el ministro.

Economistas presentan en Berlín el pronóstico de otoño para la economía alemana.
Economistas presentan en Berlín el pronóstico de otoño para la economía alemana.Imagen: picture-alliance/dpa/Bernd von Jutrczenka

Sin endeudarse nuevamente en los próximos años, Alemania podrá seguir contando con inversiones, asegura Gabriel. Pero mucho más importante es complementar la política de consolidación en Europa a través de una política de crecimiento. “Eso, sin embargo, es lo que vengo diciendo desde hace seis meses, casi un año, y ahora se confirma que los problemas de Europa también son el problema central de la economía alemana”, explicó el ministro.

El 20 de octubre, los ministros de Economía y de Finanzas de Francia y de Alemania se reunirán en Berlín para hablar sobre cómo dar impulso a las inversiones en el sector económico. El grupo se encuentra por primera vez en este contexto. El ministro Gabriel también tocará el tema de los impuestos. Según él, no es posible que Europa no sepa, por un lado, como financiar el crecimiento económico y que, por el otro, acepte que se pierdan 1,5 billones de euros anuales porque en la Unión Europea se está dando una especie de competencia para lograr que las empresas paguen la menor cantidad de impuestos posible.

Grupos empresarios que trabajan en todo el mundo podrían registrar importantes ganancias en Europa, y luego, gracias a la puja por reducir los impuestos al sector empresario, solo pagarían de un 1 a un 2 por ciento de cargas fiscales. Y eso, según Sigmar Gabriel, es un verdadero escándalo, un error económico, y es socialmente injusto.