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Doch, er kann: lo que los alemanes esperan de Obama

Frank Gazon (chp/el)18 de enero de 2009

Gran presión recae sobre los hombros del presidente estadounidense, Barack Obama. Las expectativas internacionales son enormes. En Alemania se anhela que desde la Casa Blanca soplen vientos de esperanza.

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¿Demasiadas esperanzas puestas en Obama?Imagen: AP

Cuando Barack Obama alce la mano el martes 20 de enero de 2009 y jure al asumir la presidencia se concretará el sueño de cinco millones de estadounidenses, un sueño que creyeron imposible hasta la noche de las elecciones en noviembre pasado. Nadie duda que su personalidad carismática y su facilidad de palabra introduzcan un nuevo estilo en la Casa Blanca, uno que gran parte del mundo esperaba con ansias después de la era de George W. Bush.

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Sólo un hombre de carne y huesos.Imagen: AP

Pero Estados Unidos está sumido en una de las crisis económicas más difíciles desde 1930. El ejército estadounidense lucha dos guerras, desde el Cercano Oriente hasta Corea del Norte la política internacional es difícil. Durante las elecciones se prometieron ambiciosos proyectos como la reforma del sistema de salud así como una nueva política energética.

"Yes we can"

El hombre que deberá sacar adelante todo esto tiene tan sólo 47 años y no tiene experiencia en gobernar, ni siquiera absolvió un periodo de legislatura en el Senado.

Aún así las esperanzas internacionales depositadas en el futuro presidente estadounidense son enormes. También en Alemania lo que se evidenció en julio de 2008 cuando el candidato demócrata visitó Berlín y reunió a más de 200.000 personas alrededor de la Columna de la Victoria. De las gargantas alemanas resonó el grito "yes we can". Obama quedó conmocionado.

Festejado como estrella pop

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Pero mueve a las masas.Imagen: AP

Esta euforia fue superada la noche electoral del 4 de noviembre. Millones de alemanes apoyaban al primer presidente afro americano. Jamás antes se había registrado una noche electoral como esta en Alemania. La victoria de Obama despertó verdadera euforia. "Si sólo cumple la mitad de las cosas que ha prometido, habrá logrado un gran paso hacia delante para todo el mundo y eso me hace muy feliz", es como resumió un visitante a una fiesta pos electoral en Berlín sus sentimientos, reflejando también la forma de sentir de la mayor parte de los ciudadanos alemanes.

El presidente alemán, Horst Köhler, no es una excepción, aun cuando lo exprese como es obvio de forma más controlada: "Esta es la oportunidad de inyectar a la relación germano estadounidense mayor contenido. Esta es una oportunidad para Estados Unidos, para Alemania y para todo el mundo".

Gran presión

Uno de los principales problemas del presidente estadounidense número 44 será satisfacer todos los deseos y las necesidades. Obama no cuenta con poderes sobrehumanos y además tiene una responsabilidad en primer lugar con su propia nación. Así de realista y fríamente analiza el politólogo alemán Christian Hacke la llamada "obamania". Aplicará su carisma y su popularidad en primera línea a favor de los intereses estadounidenses. El Gobierno alemán debería estar conciente de este hecho.

Aún así el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank Walter Steinmeier, apuesta a Obama especialmente en los ámbitos de protección ecológica, seguridad energética, política de desarme y cooperación con organizaciones internacionales. Todas estas áreas en las que el gobierno alemán no armonizó mayormente con el gobierno de Bush.

Afganistán: manzana de discordia

Las visiones de Obama no se acercan tanto a las del gobierno alemán como muchos piensan. Especialmente en lo que se refiere a la intervención del Ejército alemán en Afganistán se registran marcadas diferencias. En el Ministerio de Defensa alemán no se comparten los deseos de una mayor presencia alemana en la región. Pero el ministro de defensa alemán Franz Josef Jung ve con tranquilidad las negociaciones al respecto.

Karsten Voigt, coordinador de las relaciones germano estadounidenses, opina que "los asesores de Obama saben que en el Parlamento alemán, especialmente en un año electoral, no se logrará obtener una mayoría para el envío de tropas hacia el sur, y por lo mismo ni siquiera harán este tipo de demandas".

Gregor Gysi
Gregor Gysi.Imagen: AP

Los siguientes meses mostrarán si el equipo de Obama realmente actúa con tanta sensibilidad. El jefe de fracción de La Izquierda, Gregor Gysi, es más escéptico. No comparte la euforia sobre Obama. Es sólo la figura principal de la Casa Blanca la que cambia pero no todos aquellos que hacen con el la política. Las posiciones clave por ejemplo en el servicio secreto, el ejército o el sector bancario permanecen sin cambio.

Política energética motor económico

Mucho menos problemática parece que será la cooperación en el ámbito de la política ecológica. Obama no ha ocultado jamás su corazón verde. Especialmente los ecologistas alemanes ven con esperanza el futuro.

El jefe de fracción del partido Los Verdes, Fritz Kuhn, es entusiasta y cree: "El presidente Obama deberá crear nuevos puestos de trabajo y para ello requiere de un campo gigantesco: la modernización ecológica. Estados Unidos registra un retroceso enorme en el campo de la política energética por lo que será aquí en donde se creen millones de puestos de trabajo".

Crisis financiera

Prof. Dr. Christian Hacke, Universität Bonn, Politikwissenschaftler, USA-Spezialist
Prof. Dr. Christian Hacke, Universidad de Bonn.Imagen: Uni Bonn

Muchos puestos de trabajo se han perdido en la industria automotriz estadounidense. Los grandes consorcios estadounidenses apostaron durante demasiado tiempo a monstruos devoradores de gasolina, a diferencia de algunos consorcios alemanes. Es en esta área donde podría registrarse un desacuerdo más en las relaciones germano-estadounidenses. Así lo teme la canciller Angela Merkel, quien planea tener "pláticas muy serias" con el nuevo presidente de verse perjudicada la industria automovilística alemana por la política estadounidense.

Pero la canciller se muestra convencida del efecto positivo que tendrán las buenas y armónicas relaciones entre ambos países.

En resumen: sólo se registrarán verdaderos problemas entre Alemania y Estados Unidos si las esperanzas germanas son exageradas, concluye el politólogo Hacke.