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Una casa de basura

Harald Franzen (AR/EL)5 de enero de 2016

Una estudiante de ingeniería de Dinamarca pretende fabricar ladrillos a partir de plástico y con ello reducir los residuos y mejorar las viviendas de zonas rurales.

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Imagen: Lise Fuglsand Vestergaard

Hay residuos plásticos por todas partes. En la mayoría de países industrializados se recogen y, a menudo, se reciclan. Pero, sobre todo, en las zonas rurales de países en desarrollo los residuos de plástico se han convertido en un verdadero problema.

A diferencia de los residuos orgánicos, la basura plástica no se descompone y permanece durante largo tiempo en la calle o en el campo, donde puede ser consumido accidentalmente por el ganado y la fauna silvestre. A menudo la basura simplemente se quema, por falta de alternativas, causando la liberación de gases tóxicos.

Lise Fuglsang Vestergaard, una joven estudiante de ingeniería de Dinamarca, se percató de este problema durante su estancia de tres meses en la ciudad india de Joygopalpur, en Bengala Occidental.

"El plástico blando es un problema enorme y en aumento en lugares como este", dice la danesa. "No existe un sistema de eliminación de basura, por lo que la gente la tira al campo o la quema", explica.


Un grupo de mujeres prepara una recolección de basura en un taller.
Un grupo de mujeres prepara una recolección de basura en un taller.Imagen: Lise Fuglsand Vestergaard

Residuos valiosos

Por ello, a Vestergaard se le ocurrió una idea inusual: quizás se podrían recoger todas las bolsas de plástico y los embalajes desechados y construir con ellos ladrillos, que podrían ser utilizados por la población local para la construcción de viviendas. Vestergaard no solo estaba interesada en la producción de los ladrillos, sino también en el propio proceso y en la aceptación de su idea por parte de los habitantes de zonas rurales.

“La basura plástica pierde su valor tan pronto se transporta", dice Vestergaard. Solo cuando los residuos tienen cierto valor, la gente se motiva a recogerlos, en lugar de simplemente tirarlos a la basura.


De este modo, Vestergaard, que estudia en la Universidad Técnica de Dinamarca (DTU), desarrolló ambas cosas: tanto el proceso como la tecnología necesaria para producir bloques de construcción a partir de residuos plásticos.

En primer lugar, se recogen los desechos de plástico y, si es necesario, se lavan. Después se cortan en pequeños trozos con tijeras o cuchillos, por parte de la comunidad local. Estos pedazos se colocan en un molde y en una parrilla solar, donde se calienta el plástico gracias a la energía del sol. Después de aproximadamente una hora, el plástico se funde. En la etapa final, simplemente se desmolda el bloque de plástico, una vez que se enfría.

Los ladrillos de plástico se apilan uno encima de otro y se conectan utilizando palos de bambú.
Los ladrillos de plástico se apilan uno encima de otro y se conectan utilizando palos de bambú.Imagen: Lise Fuglsand Vestergaard

Monzón y barro

Los ladrillos de plástico tienen dos agujeros, a través de los cuales se pueden insertar cañas de bambú. Con ello se pueden construir paredes estables sin necesidad de cemento u otro material de construcción.

Con estas paredes de plástico es posible construir tabiques tradicionales cubiertos con una capa de arcilla y así proteger el plástico de la luz solar. Las casas hechas con ladrillos plásticos tienen una ventaja frente a las casas construidas con ladrillos de barro, y es que pueden soportar mejor la lluvia monzónica, con lo que son más duraderas.

Vestergaard actualmente refina el proceso de producción y perfecciona la parrilla solar junto con fabricantes de la India.

"Ya hemos producido una serie de pequeños ladrillos en la parrilla solar, pero la máquina se encuentra actualmente en desarrollo", explica Vestergaard. "Queremos mantener el sistema lo más sencillo posible y de bajo coste para que pueda ser utilizado directamente por la población local”, añade.