Dominic Raab y las incertidumbres de Londres
7 de abril de 2020El ministro de Relaciones Exteriores británico, Dominic Raab, parecía paralogizado cuando tuvo que responder el lunes a preguntas de la prensa sobre el estado de salud del premier Boris Johnson. El designado premier subrogante respondió primero que estaba de buen ánimo y revisaba documentos. Algunas horas más tarde, tuvo que admitir que Johnson había sido trasladado a la unidad de cuidados intensivos. Y cuando finalmente aseguró que en Downing Street imperaba un "gran espíritu de equipo", sonó como una ironía. Por todas partes aparecen noticias sobre enconadas luchas de poder dentro del Gobierno.
Dominic Raab no luce en su nuevo rol como el hábil diplomático que debería ser por su cargo. La pregunta acerca de cuándo había hablado por última vez con el premier lo hizo trastabillar. Por último, tuvo que reconocer que había sido hace dos días, lo cual, en medio de la crisis del coronavirus, no incrementa precisamente la confianza en la capacidad operativa del Gobierno. Eso no le habría pasado a un político profesional.
Ni carisma, ni flexibilidad
El jurista Raab carece de una cualidad que Boris Johnson tiene en exceso: el poder de conquistar al público y convencerlo. El premier subrogante parece rígido, más bien inflexible. Eso también quedó en evidencia durante los pocos meses en que se desempeñó el año pasado como ministro del "brexit" en el Gobierno de Theresa May.
Raab desistió pronto porque, en su opinión, May era demasiado complaciente con la Unión Europea. Además, quería tener las manos libres para la lucha de poder que se fraguaba en la cúpula del partido conservador británico. Pero su falta de habilidad política lo perjudicó rápidamente. Tras las primeras rondas de votación dentro del partido, quedó fuera de carrera.
Fuerte es en cambio la fe de Raab en el "brexit". Hace poco, dejó perplejos no solo a los representantes de la oposición en la Cámara de los Comunes cuando declaró que la crisis del coronavirus era el momento ideal para llevar adelante el "brexit" hasta el 31 de diciembre. Para él, no es una opción prolongar el período de transición para darle a la economía tiempo de recuperarse.
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No está claro quién tiene el poder
En vista de este panorama, hay quienes se preguntan en qué medida Raab puede tomar efectivamente decisiones. La respuesta no es clara, ya que el sistema británico no contempla formalmente la figura de un jefe de Gobierno subrogante. Por el momento, el ministro de Relaciones Exteriores dirige las reuniones del gabinete y da conferencias de prensa. Pero ¿podría decidir el solo si prolongar o levantar la cuarentena? Todo aquello que va más allá de los asuntos cotidianos de Gobierno, tendría que discutirlo probablemente con el gabinete.
"El Gobierno y el gabinete eligieron claramente a Raab como el primero entre los ministros", señala el antiguo jefe de los funcionarios políticos, Lord Bob Kerslake. Pero eso ocurrió en tiempos en que nadie sospechaba de una crisis del coronavirus. Es decir, nadie esperaba que Raab asumiera realmente la conducción. Un antiguo colega de Kerslake, Lord Gus O‘Donnell, puntualiza: "Boris Johnson sigue siendo primer ministro". Raab solo realiza las tareas, por ahora.
El círculo de los ministros podría nombrar también a otro de entre sus filas como premier subrogante. Pero eso probablemente solo ocurriría si la enfermedad de Boris Johnson se prolongara. Michael Gove, quien ya ha ocupado varias carteras ministeriales, ya se hace notar como el más experimentado. Sin embargo, también él se encuentra en una cuarentena voluntaria, porque un miembro de su familia presentó síntomas de coronavirus.
¿Nuevas elecciones?
La epidemia abre una brecha en el Gobierno británico y crea un vacío de poder en un momento crítico. Ahora se perciben los efectos de la purga que impulsó el año pasado Boris Johnson, en el marco de la cual abandonaron el partido conservador dos docenas de políticos moderados y experimentados. Ahora hacen falta figuras con experiencia, como el ex ministro de Hacienda, Philip Hammond, que podrían estabilizar el buque. En cambio, el gabinete consta solo de novatos y políticos con poco peso.
Si Boris Johnson no se recuperara, finalmente habría nuevas elecciones. Pero estas tendrían lugar tras un período de transición de varios meses, en que los conservadores intentarían afianzar su poder. Los laboristas, por su parte, están recomponiendo su partido.
En una situación en que la economía está agobiada por las consecuencias de la crisis del coronavirus y el " "brexit" todavía debe cobrar forma, la situación política en Reino Unido parece peligrosa. (ers/few)
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