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Dudas en torno a la ayuda para Grecia

25 de abril de 2010

El temor a que el plan de rescate no baste para apuntalar las finanzas de Grecia llevó al rendimiento de los bonos griegos a diez años a un 8,7 por ciento, haciendo casi imposible que el país pueda cancelar su deuda.

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El director del FMI aseguró que se está consciente de la necesidad de ayudar a Grecia lo antes posible.Imagen: Picture alliance/dpa

La reunión de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) culminó en Washington este domingo (25.4.2010) sin que sus miembros pudieran discutir a profundidad el tema prioritario de su agenda: la necesidad de regular el mercado financiero internacional para evitar futuras crisis económicas como la que sacude al mundo desde 2008. El apoyo de la Unión Europea (UE) y el FMI a Grecia, con miras a impedir que caiga en cesación de pagos, acaparó el tiempo pautado para el encuentro.

Indulgencia y rigurosidad

Alemania y Francia anunciaron que, a cambio de su respaldo financiero, mantendrían una mirada vigilante sobre el proceso de restauración de la economía de Grecia. El ministro de Finanzas germano, Wolfgang Schäuble, dijo que estará atento a la continuidad de la austeridad como política del Gobierno griego y su homóloga francesa, Christine Lagarde, prometió lograr que los timoneles de Atenas reconozcan su responsabilidad por el déficit presupuestario y las deudas que aquejan a la nación mediterránea.

El director del FMI, Dominique Strauss-Kahn, mostró un talante más bien conciliador al asegurar que tanto el organismo a su mando como la UE están conscientes de la necesidad de liberar los auxilios financieros para Grecia lo más rápidamente posible. El pasado viernes (23.4.2010), el Primer Ministro Yorgos Papandreu pidió en nombre de su país que se activara un plan de rescate que le permitiera responder a la creciente presión ejercida por los mercados financieros; Grecia espera poder saldar parte de sus obligaciones el próximo 19 de mayo.

Internationaler Währungsfonds Frühjahrstagung
La "foto de familia" tomada en la sede del FMI muestra a la ministra de Finanzas francesa, Christine Lagarde, en primera fila; mucho más afable de lo que su posición de cara a Grecia permite imaginar.Imagen: AP

La duda y el miedo traen secuelas

Se equivoca quien imagina a la élite política griega limpiando el sudor de su frente en señal de alivio; todavía no callan las voces que piden dejar de ver un tabú en la expulsión de los países que no cumplan las reglas de membresía de la UE. Y la incertidumbre en torno a si el plan de emergencia de 45.000 millones de euros será suficiente para salvar a Atenas del descalabro económico total sólo atiza el miedo a que Grecia arrastre a las demás economías comunitarias con ella.

En esta materia, las dudas más abstractas tienen efectos muy concretos. Un comentario como el del ministro de Finanzas canadiense, Jim Flaherty, cuando admitió este fin de semana que algunos miembros del G-20 consideraban inadecuada la ayuda prevista para Atenas, pueden empeorar la situación. Los especialistas sostienen que el temor a que un plan de rescate no baste para apuntalar las finanzas de Grecia llevó al rendimiento de los bonos griegos a diez años a un 8,7 por ciento, haciendo casi imposible que el país al sur de Europa pueda cancelar su enorme deuda; en comparación, el rendimiento de los bonos alemanes asciende a un 3 por ciento.

Advertencia a los especuladores

Por su parte, el ministro de Finanzas griego, Yorgos Papakonstantinou, pidió confianza en que las reformas griegas contribuirán a consolidar una situación duradera, describiendo los datos económicos de los primeros meses del año como "muy alentadores" y aprovechando la atención que atrajo su viaje a Washington para advertir a los especuladores que quien apueste por la quiebra de Grecia "perderá hasta su última camisa".

Autor: Evan Romero-Castillo / dpa / Reuters
Editora: Emilia Rojas Sasse