Día de San Valentín: hechos sobre el amor probados por la ciencia
¿Qué tienen en común un enamorado y un loco? La respuesta: comparten el mismo estado cerebral. Esto no es un mal chiste para el día de San Valentín, sino un hecho en torno al cual hay consenso científico.
Estar enamorado
El corazón se acelera, las manos sudan y un cosquilleo se extiende por el estómago: estamos enamorados. Desde un punto de vista científico, las hormonas son las principales responsables de este estado mental de excepción. ¿Pero qué hormona desencadena qué sensación?
El deseo sexual
Para estar enamorados necesitamos primero experimentar un aumento en el deseo sexual. La hormona responsable de esto se llama testosterona. A la hora de buscar pareja, tanto hombres como mujeres experimentan un aumento en el nivel de la testosterona.
Una adicción
En la fase de estar intensamente enamorado se libera la dopamina, también llamada la hormona de la felicidad. Esta también se activa con algunas drogas como la nicotina, entre otras. Eso explica por qué las personas que están enamoradas no pueden mantener sus manos separadas por mucho tiempo: son adictos el uno al otro.
Como un trastorno obsesivo-compulsivo
La serotonina es responsable de un estado de ánimo equilibrado y de emociones estables. Los niveles de serotonina de las personas que están enamoradas se reducen a un nivel similar al de una persona que sufre un trastorno obsesivo-compulsivo. Por eso, las personas que están enamoradas apenas pueden pensar en otra cosa que no sea la pareja.
Una descarga de adrenalina
El corazón late como loco y las manos sudan: esto se debe a la adrenalina. Al inicio de una relación, en la fase del enamoramiento, la hormona se distribuye con más fuerza. La adrenalina apacigua la sensación de apetito y pone al cuerpo en estado de alerta general.
El vínculo a través de los besos
Después de unos tres a cinco meses, la fase de enamoramiento intenso suele acabar. Entonces, la hormona llamada oxitocina juega un papel fundamental. Esta se libera, por ejemplo, cuando una madre amamanta a su hijo y construye un fuerte vínculo entre ambos. En el caso de las parejas, el nivel de oxitocina se eleva durante los besos y así promueve una relación a largo plazo.
Huele bien
¿Pero cómo es posible que nos enamoremos de alguien? Los investigadores tienen una respuesta: es debido al olor de la otra persona. Nos enamoramos más rápido de las personas que huelen como nuestros padres.
Todo entra por los ojos
Para elegir una pareja el rostro juega un gran rol. Las mujeres suelen preferir a los hombres con una mandíbula pronunciada, mientras que los hombres prefieren a las mujeres con ojos grandes y un mentón estrecho. Los investigadores creen que estas proporciones faciales denotan buenas posibilidades de reproducción.