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Economía alemana: en busca de estrategias contra la recesión

22 de febrero de 2024

Aunque la inflación se está debilitando y los precios de la energía están cayendo, la economía alemana no está mejorando. Las empresas y los ciudadanos sienten incertidumbre. Los expertos culpan a la política.

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Robert Habeck, ministro de Economía alemán.
El ministro de Economía alemán, Robert Habeck, cree que Alemania tiene muchos problemas como centro de actividad económica. Imagen: Michael Kappeler/dpa/picture alliance

La economía alemana no va bien. "En comparación con la mayoría de los grandes países industrializados, nuestro país se está quedando aún más atrás. No vemos ninguna posibilidad de que se produzca un golpe liberador en 2024", afirmó en enero el presidente de la Asociación Federal de la Industria Alemana, Siegfried Russwurm.

Así y todo, muchos expertos no esperaban que el Gobierno alemán corrigiera tanto a la baja su pronóstico de crecimiento para 2024, del 1,3 por ciento al 0,2 por ciento.

Sin embargo, algunas cosas sí han evolucionado positivamente. La inflación ha caído en un promedio del 5,9 por ciento en 2023 y se espera que baje más, a un 2,8 por ciento, según el Informe Económico Anual del Gobierno federal.

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Otro dato positivo es que el mercado laboral es estable y los sueldos han aumentado. En Alemania, trabajan 46 millones de personas y se espera que esta cifra ascienda. La población tiene dinero para gastar e impulsar el consumo, pero en realidad prefiere ahorrar. Hay incertidumbre.

Y es que el Gobierno alemán de coalición, formado por los socialdemócratas del SPD, Los Verdes y los liberales del FDP, no ha logrado hasta ahora dar una dirección clara.

Hay disputas, por ejemplo, entre el ministro de Economía, Robert Habeck (verde), y el ministro de Finanzas, Christian Lindner (líder los liberales).

Ambos coinciden en que Alemania está en riesgo como centro de actividad económica. Pero, mientras Lindner presiona a favor de una reducción fiscal para las empresas, Habeck quiere un fondo especial de financiación de deudas para más inversiones, algo que Lindner rechaza.

Desde hace años, Alemania sufre problemas estructurales. Habeck cree que aumentará la escasez de trabajadores, también de los cualificados en los próximos años y esto frenará el crecimiento económico. Debe haber más educación, mejores oportunidades para mujeres, mejores incentivos para personas mayores que trabajen voluntariamente durante más tiempo, más inmigración de trabajadores cualificados y una mejor integración de los refugiados en el mercado laboral.

Muchas leyes "superfluas"

Además, hay que aumentar el uso de energías renovables con subvenciones y conseguir que los procesos industriales sean climáticamente neutros. Otros objetivos son la reducción de la burocracia innecesaria, ampliar las relaciones comerciales con otros países, crear viviendas más asequibles y modernizar la infraestructura de transportes. Se han previsto inversiones por un total de 70.000 millones, más otros 49 mil millones de euros del fondo climático para 2024.

Clemens Fuest, del Instituto Ifo de Investigación Económica de Múnich, critica que el Gobierno alemán está muy lejos del objetivo de construir 400.000 nuevos viviendas cada año. "Tenemos muchas leyes superfluas que, si las aboliéramos, no se perdería nada", afirma. Los Gobiernos anteriores también tienen la culpa de ello.

Oposición exige "programa inmediato"

La mayor facción de la oposición en el Bundestag, la conservadora CDU/CSU, pide reducir la burocracia en su "programa inmediato" de doce puntos para sacar a la economía de la recesión, que incluye desgravaciones fiscales, y la reducción de las cotizaciones a la seguridad social y del impuesto sobre la electricidad.

El ministro de Economía, Habeck, cree que esto no es financiable y supondría pérdidas fiscales de entre 45.000 y 50.000 millones de euros.

¿Energía más asequible?

Habeck ve, sin embargo, un rayo de esperanza en los precios del gas y, por tanto, de la electricidad: "Los precios de la energía aún no están donde queremos, pero han caído más rápido y de manera más significativa de lo que esperábamos hace meses".

¿Es eso suficiente para sobrevivir ante la competencia internacional? Marcel Fratzscher, presidente del Instituto Alemán de Investigaciones Económicas (DIW), aseguró en un debate reciente que, "a corto plazo, nada cambiará, ya que los costes energéticos en Alemania seguirán siendo significativamente más altos que en otras economías no tan dependientes del petróleo y gas rusos".

Fratzscher cree que apoyar financieramente a las empresas que consumen mucha energía es el enfoque equivocado. Habría que promover industrias prometedoras: "En estos momentos, echo de menos una orientación estratégica con un plan, con prioridades y, sobre todo, una política europea coordinada".

(rmr/rml)