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Ecuador, “un caso de control por el miedo”

Mirra Banchón (EL)12 de diciembre de 2014

En Ecuador, a pesar de los avances, la falta de libertades sería motivo de preocupación, dijo a DW en Bruselas Elsie Monge, presidenta de la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos. Otros especialistas coinciden.

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Imagen: Europäische Kommission/DW/M. Banchon

“Lo que más preocupa de Ecuador es la falta de la libertad de expresión. Esto quita la base de otras libertades, como la de libre organización, la de reunión, la de pensamiento; en Ecuador todo el mundo se siente amenazado”, decía a DW Elsie Monge hace pocos días durante un encuentro en Bruselas de organizaciones no gubernamentales defensoras de derechos humanos.

Monge, hermana misionera y antropóloga, preside al Comisión Ecuménica de Derechos Humanos y es vicepresidenta de la Federación Internacional de Derechos Humanos, que reúne a 180 organizaciones de todo el mundo.

“Aunque ha habido avances en campos como la salud y la educación, en cuanto a libertades constatamos un retroceso. Dado que la nueva Ley de Comunicaciones la considera un servicio público, es regulada y controlada por el Estado”, afirma Monge, que ha sido por décadas una figura emblemática de la defensa de los derechos humanos en América Latina.

Proteste gegen die Regierung in Ecuador 17.09.2014
Manifestación antigubernamental, septiembre 17 de 2014Imagen: Reuters/Guillermo Granja

Además, sigue, “la secretaría de comunicación tiene poderes punitivos, como una justicia paralela, que coarta el derecho a la expresión de los periodistas, especialmente independientes, y también de los ciudadanos que no compartan la versión oficial”.

“Clima hostil”

“En medio de un clima hostil, la autocensura es una de las realidades más alarmantes de la prensa ecuatoriana: las líneas editoriales de los diarios –incluso de los independientes–, se doblegan ante el efecto disuasivo de los procesos penales que los amenazan a la mínima crítica. Desde luego, se aplica la autocensura. Reporteros sin Fronteras (RSF) no considera el silencio como una forma de tregua en el enfrentamiento entre los medios de comunicación y las autoridades”, se afirma en un informe de RSF, emitido a un año de la entrada en vigor de la ley de comunicaciones.

Con todo, en su informe anual 2014, coloca al país en una posición mejor que el año anterior. "Está en el puesto 95, preocupante es la situación en los países que se ubican a partir del lugar cien", explicó a DW Rafael Maturana, secretario general de la RSF en España. "No obstante, hay que observarlo ".

Ecuador - Wahrheitskommission Elsie Monge
Elsie Monge, presidenta de la Comisión Ecuménica de Derechos HumanosImagen: Getty Images/O. Sierra

Regulación, intervención, control

“La ley de comunicación lamentablemente confunde la regulación que debe existir desde el Estado con la intervención en el campo de acción de los medios de comunicación. Eso es peligroso pues, dependiendo de la estructura del diseño institucional, podría servir para que se manipule a la prensa por diversas vías”, confirma a DW Santiago Basabe-Serrano, profesor titular de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) e investigador del Instituto Alemán de Estudios Globales (GIGA).

“En Ecuador, junto a la ley se crearon otras instancias de control que se encuentran administradas por personas cercanas al gobierno. Así, la ley sumada a estas otras instancias, como la superintendencia de comunicación ahora mismo se han encargado no sólo de perseguir a los opositores al gobierno sino además de generar auto censura de la gente”, puntualiza el investigador.

¿Justicia deficitaria?

“Por otro lado”, sigue Monge –cuyos decenios de labor pro derechos humanos han sido premiados en numerosas ocasiones-, “el Ejecutivo tiene injerencia –por decir lo menos- en el Poder Legislativo y en el Poder Judicial. Con las nuevas leyes cualquiera que opine diferente puede ir a la cárcel. Ha habido casos de dirigentes campesinos que –por reclamar el derecho a su territorio, al agua- están siendo procesados por terrorismo. Están esperando la sentencia para ir a la cárcel”.

Efectivamente, en el estudio "La Corte Suprema del Ecuador en el período democrático (1979-2013): entre la inestabilidad institucional y la influencia partidista", publicado por la Universidad de Salamanca, Basabe-Serrano constata para todo el período la manipulación y la influencia partidista en las Cortes de Justicia del país. No obstante, “a partir de 2008 los desempeños de Ecuador en otros temas clave como corrupción judicial e independencia judicial interna presentan resultados más deficitarios que los observados en el pasado”.

Pro-Regierung Demo in Ecuador 17.09.2014
Manifestación progubernamental, septiembre 17 2014Imagen: Reuters/Guillermo Granja

¿La misma opinión o silencio?

En este momento, “hay una sola posición posible, no se concede un ambiente de diálogo para conocer otras opiniones”, dice Monge que detecta en la tendencia a generalizar uno de los mecanismos más dañinos del gobierno: “Según el presidente Correa, todos los periodistas son corruptos y todas las organizaciones no gubernamentales representan intereses extranjeros ligados a la derecha que quiere desestabilizar al gobierno”.

A este respecto, dice Basabe-Serrano en "Ecuador: cada vez menos democracia, cada vez más autoritarismo… con elecciones", artículo en la Revista Ciencia Política publicada por la Pontificia Universidad Católica de Chile: “Mediante decreto ejecutivo de 2013 se retiró la personería jurídica a la Fundación ambientalista “Pachamama”. Esta organización del tercer sector planteaba demandas reivindicativas en la Amazonía y tenía una posición contraria al gobierno. El argumento oficial fue que la organización no cumplía los objetivos para los que había sido creada”.

Así las cosas, la propia CEDHU, que trabaja ahora especialmente con campesinos e indígenas afectados por los grandes proyectos mineros, ha sido atacada en los programas sabatinos moderados por el propio presidente ecuatoriano, “por mentir”.

“La situación se va agudizando”, dice la activista cuyos decenios de labor pro derechos humanos se han traducido en diversos premios internacionales. “Es más”, concluye, “dado que el Estado es el principal empleador, nadie se atreve a decir lo que piensa porque pierde su empleo. Y además tiene el apoyo de dos millones de familias que reciben 50 dólares mensuales como “bono de desarrollo”… Aunque hay cosas buenas, el punto álgido es la falta de libertad de expresión, En Ecuador, estamos ante un caso de control por el miedo”.