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Ecuador: un país entre dos hemisferios políticos

Enrique López Magallón12 de octubre de 2006

Las elecciones de este domingo 15 de octubre en Ecuador traen consigo preguntas conocidas: ¿Transitará el país hacia una espiral "populista"? ¿O ha llegado, por fin, la hora de la auténtica justicia social?

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Las protestas indígenas contra el tratado de libre comercio se han convertido en tema de campaña.Imagen: AP

Este domingo se llevan a cabo elecciones presidenciales en Ecuador, con un panorama similar al de los procesos electorales ocurridos en otros países de la región: un electorado claramente dividido, y la posibilidad de que se fortalezca la alianza de gobiernos izquierdistas en América del Sur. En las encuestas lleva la delantera el candidato Rafael Correa, quien en representación de la Alianza Patria Altiva y Soberana llama a una “revolución ciudadana”. Le siguen León Roldós, aspirante por Red Ética y Democracia, Álvaro Noboa, acaudalado empresario de Guayaquil, y Cynthia Viteri, vista como la opción conservadora.

Sobre las perspectivas de Ecuador de cara a las elecciones, DW WORLD conversó con Jonas Wolff, del Instituto de Investigación para la Paz, con sede en Francfort del Meno.

DW WORLD:¿Cómo evalúa la siuación de Ecuador en estos momentos?

Jonas Wolff: Veo dos cosas. En el contexto latinoamericano, y esto incluye a Ecuador, las elecciones están especialmente abiertas hasta el último minuto. Es muy difícil pronosticar quién resultará ganador. Hasta el momento, todas las encuestas que conozco otorgan ventaja a Rafael Correa, que durante un breve periodo fue Ministro de Economía.

Pero todo indica que la elección deberá irse a una segunda vuelta, en la cual no está claro quién será el otro competidor, ni hay una perspectiva clara de quién triunfaría. Ecuador tiene un sistema político extremadamente fragmentado.

DW WORLD:¿Cómo calificaría a Correa, desde el punto de vista político?

Jonas Wolff: Es difícil decirlo. A primera vista pudiera parecer que sigue la dirección de Hugo Chávez. Ha dicho abiertamente que el presidente venezolano representa para él una perspectiva interesante, y que si resultara ganador, supuestamente llevaría a Ecuador a ingresar en esta alianza informal de gobiernos relativamente izquierdistas. Pero es seguro que, en caso de ser elegido, no sería un segundo Hugo Chávez, y tampoco un Evo Morales. En Ecuador faltan las bases políticas y sociales para ello. No es, como Morales, el líder de un fuerte movimiento social, en este caso indígena. Esto no está presente en en caso de Correa.

Hay un movimiento indígena pero, por diferentes experiencias ocurridas en años recientes, es relativamente débil desde el punto de vista político. Los indígenas ecuatorianos tampoco apoyan a Correa sino que tienen su propio candidato, Luis Macas. Supongo que, por ello, no apoyarían abiertamente a Correa ni en la segunda vuelta ni como posible presidente. Chávez goza de gran exposición en Ecuador, pero no está organizada en ningún movimiento ni fuerza política.

DW WORLD: ¿En caso de que ganara Correa, qué pasaría con las relaciones entre Ecuador y Colombia?

Jonas Wolff: Debe tomarse en cuenta que las propias relaciones entre Venezuela y Colombia, que por algún tiempo no anduvieron bien, ahora funcionan. Esto me lleva a pensar que las relaciones entre Ecuador y Colombia no deberían verse afectadas. Al menos, no directamente. Donde pudiera haber problemas es en la relación indirecta con Estados Unidos. No está claro qué sucedería entre Estados Unidos y Ecuador, en caso de una victoria de Correa. El hecho de que Estados Unidos esté involucrado en algunos conflictos internos de la vida colombiana es ciertamente un factor de inseguridad.

Wahlen in Ecuador Cynthia Viteri
Cynthia Viteri podría dar la sorpresa en una segunda vuelta.Imagen: AP

No creo que Correa cierre la base militar estadounidense de Manta, la cual resulta central para la presencia estadounidense en Colombia. Pero ello puede llevar a cierta irritación. Esto puede afectar a las relaciones entre Ecuador y Colombia pero no veo un conflicto bilateral en puerta.

DW WORLD:¿Qué pasaría con el Tratado de Libre Comercio que Ecuador negocia con Estados Unidos?

Jonas Wolff: Por lo que se ha dicho en la campaña, es claro que Correa no quiere un tratado de libre comercio en los términos en que fue negociado. Opina que dañaría a la mayor parte de la población ecuatoriana, lo que le puede atraer gran apoyo. El rechazo al Tratado de Libre Comercio entre la población ecuatoriana es bastante amplio. De hecho, las negociaciones se encuentran más o menos estancadas. Esto tiene que ver con el caso de Occidental, la empresa petrolera estadounidense. Pero supongo que las negociaciones continuarán en algún momento, de modo similar a lo que sucede en Bolivia. Ahí hay un gobierno claramente opositor a este tipo de acuerdos de libre comercio, pese a lo cual se reconoce la necesidad de prolongar algunos términos preferenciales comerciales de los cuales gozan tanto Ecuador como Bolivia, y que caducan a finales de este año.

Estos gobiernos admiten que necesitarán tales acuerdos comerciales mientras no suceda algo más en el ámbito multilateral, y sobre todo mientras sus vecinos –Perú, Colombia, Chile, Uruguay, Centroamérica—cuenten ya con este tipo de convenios bilaterales. Cualquier gobierno que suma el poder en Ecuador deberá ver también que hay esta necesidad de cerrar, aunque sea de un modo más informal, un tratado de esta clase. La manera exacta como esto se lograría es incierta, sobre todo por la recepción que un candidato antiaestadounidense como Correa tendría en el gobierno de Washington.

DW WORLD:¿Cuáles son las perspectivas con los otros candidatos?

Jonas Wolff: Tan sólo puedo apoyarme en las encuestas que se han publicado en las últimas semanas. Además de Correa hay otros tres candidatos con oportunidades reales; esto es, León Roldós, que originalmente era miembro de partido socialista y que hoy pertenece a la izquierda progresista moderada. Él aparece en segundo lugar atrás de Correa, pero está prácticamente igual que Álvaro Noboa, empresario bananero que es el hombre más rico de Ecuador, y que si no me equivoco compite por cuarta vez en busca de la presidencia por su propio partido. Él se basa en una estructura clientelista y populista en la zona de la costa. Cualquiera de los dos podría hacer un buen papel en una eventual segunda vuelta.

En cuarto lugar está la candidata del Partido Social Cristiano, Cynthia Viteri, con una plataforma conservadora y neoliberal y con una presencia muy fuerte en Guayaquil. También debe apuntarse que existe una separación muy marcada en Ecuador, entre la Sierra y la Costa, entre Quito y Guayaquil.

DW WORLD: Última pregunta. ¿Ve usted en las distintas ofertas políticas una solución real a los problemas políticos y sociales que afectan a Ecuador?

Wahlen in Ecuador Rafael Correa
Rafael Correa aventaja en las encuestas, aunque por estrecho margen.Imagen: AP

Jonas Wolff: El problema central es la fragmentación. La opción teóricamente más realista que pudiera buscarse es una alianza de centroizquierda, que integrara de manera amplia las opciones de Roldós y de Correa, y también de Luis Macas, sobre el cual casi no hemos hablado. Programáticamente, esto es posible; sin embargo, desde el punto de vista ideológico las opciones lucen algo distanciadas. Esto complicaría las posibilidades de una construcción gubernamental, aunque no las elimina. La fragmentación prácticamente elimina las posibilidades de una construcción gubernamental de centroizquierda.

Y aún cuando los altos precios del petróleo y la aparente alianza de gobiernos izquierdistas en América del Sur reprsentarían una coyuntura aparentemente favorable, Correa es diferente a Evo Morales en Bolivia, a Chávez en Venezuela y aun a Kirchner en Argentina.

Insisto, Correa no tendría la base interna suficiente para llevar a cabo totalmente un programa; se enfrentará a resistencias en varios frentes, y es seguro que no tendría mayoría parlamentaria. Una posible victoria de Noboa, o de la candidata derechista, traería consigo un potencial de protesta social contra un mayor involucramiento en el Plan Colombia en el marco de la llamada “guerra contra las drogas”, aunado a una profundización de las reformas neoliberales. Una plataforma totalmente derechista no sería una opción real, porque no contaría con el margen de maniobra ni con el apoyo interno necesario.