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El plan alemán para reformar las tropas élites del Ejército

1 de julio de 2020

Los informes sobre extremistas de derecha en el Mando de Fuerzas Especiales del Ejército aparecen a menudo en los titulares. Por eso, Alemania quiere parar en seco la situación con una ambiciosa reforma institucional.

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Imagen: picture-alliance/dpa/P. Seeger

"Hemos constatado que, al menos en algunas partes del KSK y debido a una insana comprensión de liderato, se ha desarrollado un liderazgo tóxico". Con estas palabras Annegret Kramp-Karrenbauer, ministra de Defensa alemana, presentó los planes de reforma estructural del Mando de Fuerzas Especiales (KSK), la unidad de élite del Ejército alemán. Por esta razón, decía, el KSK no puede seguir existiendo en su forma actual y tiene que ser mejorado desde dentro. "Queremos animar a los valientes", señaló AKK, como le dicen en Alemania.

La tropas de élite serán reducidas y se limitarán sus facultades. Uno de los principales motivos de la reforma estructural se debe el descubrimiento de armas con municiones y explosivos en la propiedad de un soldado del KSK, a mediados de mayo. La reforma contempla especialmente la eliminación de la segunda Compañía de Fuerzas de Comando. En 2017, la tropa organizó una fiesta de despedida para un comandante en la que se dice que los soldados del KSK arrojaron cabezas de cerdo, escucharon música de extremistas de derecha e hicieron el saludo de Adolf Hitler.

Desde entonces, la unidad ha sido noticia en repetidas ocasiones. En enero de 2020, el presidente del Servicio de Contrainteligencia Militar (MAD), Christof Gramm, habló de unos 20 casos sospechosos de extremismo de derecha en el KSK. Gramm afirmó que el número, con relación al personal, era cinco veces mayor que en el resto de las tropas en todo el Bundeswehr.

Prueba de fuego para las tropas de élite

Con su plan, la ministra pretende poner fin al extremismo de derecha dentro del KSK. Además de la completa disolución de la segunda Compañía de Fuerzas de Comando como primera medida, los miembros del KSK deben regresar de los ejercicios y misiones en el extranjero. La cooperación internacional será interrumpida. Estas medidas permitirán al KSK "pulsar el botón de reinicio y reposicionarse un poco", afirmó Kramp-Karrenbauer.

La ministra alemana de Defensa Annegret Kramp-Karrenbauer no quiere que la reforma se entienda como un castigo.
La ministra alemana de Defensa Annegret Kramp-Karrenbauer no quiere que la reforma se entienda como un castigo.Imagen: Reuters/F. Bensch

Los planes de reforma también prevén un sistema de rotación. Todos los soldados de KSK que deseen tomar posiciones de liderazgo deben haber servido de antemano fuera de la unidad especial. Además, el KSK ya no podrá entrenar a sus soldados de forma independiente. El entrenamiento será puesto bajo el mando del Ejército.

Todo el proceso de reforma irá acompañado de un llamado Consejo Asesor encabezado por el Inspector General del Bundeswehr. El Inspector General es el oficial de mayor rango en Alemania, que también informará a la ministra de Defensa. Kramp-Karrenbauer pidió que la reforma no sea vista como un castigo para el KSK: "Las medidas son una oportunidad, una prueba de fuego. Una oportunidad especialmente para aquellas fuerzas del KSK que se dirigen hacia la autocrítica para contribuir a hacer que este KSK, que celebra su aniversario el próximo año, sea un mejor KSK". El lunes, la ministra había visitado personalmente a las tropas y dejó en claro que los soldados tenían que decidir si querían ser parte de la solución o seguir siendo parte del problema.

"Una nueva cualidad alarmante"

El KSK se fundó en 1996 después de que se necesitaran fuerzas especiales para evacuar a los ciudadanos alemanes durante el genocidio de Ruanda. Actualmente posee unos 1.700 soldados y empleados civiles, según dijo a DW un portavoz del Ministerio de Defensa.

El propio comandante del KSK aclaró las dudas sobre el alcance del problema del extremismo de derecha al interior del grupo. En una carta publicada a finales de mayo, el general de brigada Markus Kreitmayr llamó a los extremistas de derecha de sus propias filas a abandonar las ideas "por voluntad propia". El comandante se refirió al tema tras el arresto de un soldado del KSK que había estado acumulando rifles de asalto, municiones y explosivos en su casa. Kreitmayr manifestó que veía una "nueva cualidad alarmante" en el hallazgo. Según los informes de los medios de comunicación, las armas proceden en parte del Bundeswehr.

Ya en octubre de 2019, AKK había establecido una Oficina de Coordinación para Casos de Sospecha de Extremismo (KfE) en su Ministerio. El KSK es un foco de atención particular aquí. Ya en marzo, el gobierno alemán admitió abiertamente que la unidad de élite es particularmente susceptible a las actividades de la extrema derecha.

Los extremistas de derecha han sido hasta ahora más difíciles de detectar en el KSK que en otras unidades porque es una especie de ejército secreto. Lo peligroso que puede llegar a ser, no sólo para el enemigo militar, sino también para el propio país, se hará evidente a más tardar con los planes de reforma de Kramp-Karrenbauer.

(ju/vt)

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