"El caos de Trump tiene sistema"

DW: Señor Braml, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se está acercando a los demócratas. Parece que en el tema del presupuesto y el programa para la protección de los llamados "dreamers" busca el diálogo. ¿Cómo evalúa esta táctica?

Josef Braml: Tales negociaciones deberían ser el pan de cada día de un presidente de los Estados Unidos. Fue así hasta que la política estadounidense se polarizó y bloqueó el proceso legislativo. Cada presidente debe, para lograr sus objetivos, buscar el apoyo más allá de los límites de su propio partido. El sistema estadounidense difiere fundamentalmente del alemán: gracias a la disciplina de las fracciones en el Parlamento, una canciller alemana puede imponer sus iniciativas políticas. En Estados Unidos, es mucho más importante y necesario tener un dialogo entre los partidos. El hecho de que esto no haya ocurrido desde 2010, es realmente anormal. Trump simplemente vuelve a la normalidad.

¿Cómo interpreta en este contexto las conversaciones sobre los "dreamers", es decir, los jóvenes que viven en el país sin la ciudadanía estadounidense?

Al revocar el decreto de su predecesor, Obama, Trump pasó la pelota de nuevo al Congreso. Para no encontrase en la primera línea de las citicas, Trump le encargó a su ministro de Justicia, Jeff Sessions, anunciar su decisión ante la prensa. Por cierto: como senador, Jeff Sessions estuvo a cargo de boicotear las leyes de inmigración. Probablemente tampoco habrá una ley esta vez.

Pero Trump se muestra aparentemente más flexible. ¿Cuál es su motivo?

El supuesto caos de Trump tiene sistema. Su objetivo es achicar el Estado lo más posible. La política ya no debe interferir con la economía, ya sea a través de los impuestos o mediante la regulación. En su proyecto puede contar con el apoyo de importantes industrias como la financiera y la petrolera. Con el fin de financiar su posible reelección, Trump desregulará las regulaciones que Obama impuso sobre asuntos ambientales y financieros.

¿Cómo califica esta retirada del Estado?

Trump pone en peligro la democracia. Sabemos que el Estado no debería intentar dirigir la economía. Pero el otro extremo es igual de peligroso. Si a la economía se deja librada a si misma, tiende a crear monopolios. En áreas importantes ya hay poca competencia en Estados Unidos. En los sectores TI, en la industria militar, en los servicios financieros y en la industria energética ya nos encontramos con oligopolios. Esto es en primer lugar un problema económico: menos competencia significa menos innovaciones. El problema político está en que estos actores económicos tratan de determinar las reglas en su favor y asegurarse subvenciones u otras  ayudas del Estado. Los estadounidenses se dieron cuenta y por eso votaron por Trump para que lo impida.

Pero él precisamente sigue apoyando eso

Exacto. Y eso es lo peligroso de esta situación. Los estadounidenses consideran que el sistema es corrupto, y en parte tienen razón. Trump ha reforzado este sentimiento y se ha presentado como un candidato independiente debido a su riqueza personal. Ahora, sin embargo, decepciona a sus votantes a quienes prometió de secar el pantano del dinero en Washington. Pero ahora Wall Street, la industria militar y la industria petrolera están sentadas en la mesa de Gabinete. Estados Unidos está en peligro de transformase de una democracia en un imperio del dinero.

Josef Baml es un experto en temas estadounidense en la Sociedad Alemana de Relaciones Exteriores y autor del libro "La América de Trump – a costa de la libertad". También publica análisis recientes en su blog usaexperte.com

Entrevista: Kersten Knipp (GG)