Descalzo, con pantalón corto y con su mochila a la espalda. Así recorre su ruta el cartero del mar del Norte, entre Pellworn y Hallig Süderoog. Allí vive una sola familia que también tiene derecho a recibir su correspondencia puntualmente. A sus 69 años el trayecto es algo más que trabajo para él: "Disfruto de esta tranquilidad”. Son siete kilómetros de ida y, tras una breve pausa para tomar café, regresa antes de que la marea vuelva a inundar la zona. En verano suele encontrarse con turistas atascados que necesitan ayuda. Nuestro reportero Axel Rowohlt ha acompañado a uno de los carteros más peculiares del mundo.