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"El consumidor podría ser nuestro principal aliado"

Martin Reischke (ER)19 de julio de 2016

Como activista, Jorge Acosta Orellana defiende los derechos laborales de los trabajadores bananeros en Ecuador. En la entrevista con DW, el ex-piloto fumigador habla de la explotación laboral en las haciendas de banano.

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Jorge Acosta
Jorge AcostaImagen: Mirjam Hägele/Oxfam Deutschland

Durante más de diez años, Ud. trabajó como piloto fumigador. Ahora es uno de los activistas más conocidos en el sector bananero de Ecuador. ¿A qué se debió este cambio?

En el 2007 comencé a tener problemas de salud, tenía visión borrosa, taquicardia, un poco de fatiga y sensación de desmayo. Me preocupé, pensé que era un problema cardíaco y me hice un electrocardiograma. El doctor me dijo que no tenía ningún problema de corazón, sino que era posible que estuviera intoxicado.

Entonces, ¿qué hizo?

Comencé a conversar con el resto de los compañeros pilotos y encontré que muchos tenían los mismos síntomas. Comencé a investigar cuál era el producto que más utilizábamos y era el pesticida Mancozeb. También pedimos a la Defensoría del Pueblo de Ecuador que hiciera una investigación.

¿Cuáles fueron los resultados?

Determinaron que hay problemas de pesticidas, estrés y explotación laboral. La suma de todos estos problemas llevó a que los trabajadores bananeros y de aerofumigación estuvieran en condiciones severas de explotación. Trabajaban siete días a la semana, 14 horas al día.

Tras la investigación, ¿hubo algún cambio?

Sí hubo cambios. Conseguimos que los trabajadores que se exponen a pesticidas solo lo hicieran cinco horas máximo al día, pero cuando me sacaron a mí de la fumigación (en el 2010), después de un tiempo volvieron a lo de antes. También conseguimos que el Mancozeb fuera prohibido por un año. Pero igual, la institución del gobierno encargada del tema hizo una re-evaluación y dijo que no había problema, que se podía seguir utilizando.

Symbolbild Bananen Panama-Krankheit Pestizide
La fumigación también afecta a los fumigadores.Imagen: Romeo Gacad/AFP/Getty Images

Uno pensaría que los más afectados por la fumigación son los mismos trabajadores en el campo, y no los pilotos fumigadores…

La avioneta va cerrada, pero no es hermética. Entonces, el piloto también se ve afectado, porque muchas veces por el viento el piloto entra en la nube; puede verse en algunos momentos mucho más afectado que el trabajador en el campo.

...porque ellos tienen que salir de la hacienda durante la fumigación...

Se programa la fumigación, y las haciendas avisan a algunos de los trabajadores –no a todos– que tienen que salir de la plantación. Pero aquí hay un problema, vinculado con los bajos precios que se pagan para el banano en los países que lo consumen. Llega el momento en el que los trabajadores tienen que salir de la plantación, pero tienen que seguir procesando cajas, porque tienen que cumplir una cuota. El que paga en esta actividad es el trabajador.

¿Cuál fue su respuesta ante esta situación?

Primero formamos la Asociación de Trabajadores de Quevedo, hasta que en el 2014 decidimos formar ASTAC, la Asociación Sindical de Trabajadores Bananeros, Agrícolas y Campesinos. Sin embargo, el gobierno ecuatoriano no nos quiere registrar a pesar de la evidencia que hay de que nuestro interés es defender los derechos de los trabajadores. Nosotros seguimos trabajando. El trabajo de denuncia y de visibilizar el problema es un trabajo técnico y documentado. Eso nos da legitimidad.

ASTAC trabaja en todo el sector bananero del país. ¿Cuántos miembros tienen?

Tenemos 800 miembros, pero hay que reconocer que es muy difícil que los trabajadores se sumen, porque se ha infundido temor. Se les persigue, se les criminaliza, se les pone en listas negras, y no hay protección de las instituciones públicas para que esto no suceda.

¿Ud. recibe amenazas?

No hubo una amenaza directa contra mí, pero sí me enteré de que algunos productores bananeros importantes de la provincia habían comentado que si yo seguía molestando, lo más conveniente sería matarme. Pero eso fue ya hace algún tiempo. Creo que se les complica un poco, primero porque ya no estoy solo, son muchas las personas que están interesadas en apoyar esta lucha y, segundo, porque si me pasa algo sería muy evidente de dónde viene la agresión.

¿Un consumidor en Alemania puede hacer algo para mejorar la situación de los trabajadores bananeros en Ecuador?

Claro, pienso que el consumidor podría ser nuestro principal aliado. Un consumidor que se decida a exigir al supermercado que se cumpla con los derechos del trabajador, para nosotros es muy valioso.