El desgarro español
17 de octubre de 2016Dos elecciones generales, las del 20 de diciembre de 2015 y las del pasado 26 de junio, ambas con victoria de los populares, generaron dos intentos de investidura fallidos. En marzo lo intentó el socialista Pedro Sánchez y obtuvo 131 votos a favor, frente a 219 en contra. En septiembre le siguió Rajoy, con 170 apoyos, frente a 180 rechazos.
Que las dos formaciones que se han alternado el poder en la democracia española no sean capaces de armar una mayoría parlamentaria, no ya un gobierno de coalición, resulta difícil de entender desde Alemania, ejemplo de la capacidad de negociar y alcanzar alianzas entre partidos no necesariamente afines.
España, la cuarta economía de la zona euro, está atascada en la ingobernabilidad y sacudida por múltiples desgarros. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) bordea la escisión desde el golpe interno contra Sánchez, quien dimitió hace unas semanas como secretario general presionado por quienes claman por "tolerar” la investidura de Rajoy. Sánchez y la fracción que le secunda insisten en que no serán la "muleta” que brinde a Rajoy la reelección; el resto del partido insiste en que hay que salir del atolladero y posibilitar la investidura, por la vía de la abstención.
Al desgarro del PSOE se suma el del PP. El partido de Rajoy está aquejado por un sinfín de escándalos de corrupción que llenan el día a día informativo del país, en forma de juicios como el de la "trama Gürtel” -en alusión al apellido del empresario Francisco Correa, aliado del extesorero del PP Luis Bárcenas en un sistema de "mordidas” o dádivas a cambio de licitaciones públicas establecido en tiempos de José María Aznar al frente del partido-.
Y, también, el desgarro a la integridad territorial planteada por el desafío soberanista catalán. Apuntalado en la indefinición política actual, el bloque secesionista ha acelerado una agenda impulsada hace cuatro años y pretende convocar un referéndum en septiembre de 2017. Que el expresidente catalán, Artur Mas, tenga que responder ahora ante la justicia por haber sacado a la calle las urnas, en la consulta de 2014 declarada ilegal por Madrid, no parece detener estas ansias. Tampoco el nulo apoyo encontrado en la Unión Europea (UE) a un proceso separatista que añade tensiones en un bloque comunitario con múltiples grietas.
En el mejor de los casos -desde la perspectiva del PP-, Rajoy arrancará una abstención aunque sea parcial del grupo socialista que posibilite su investidura antes del 30 de octubre, fecha tope para evitar tener que ir a terceras elecciones. En el mejor de los casos -desde la perspectiva del PSOE-, los socialistas evitarán la escisión entre los partidarios del "no” a Rajoy y los de la tolerancia.
Es difícil aventurar cuál sería el mejor escenario desde la perspectiva del soberanismo de Cataluña, una autonomía donde el PP representa a un sector residual del electorado y donde los socialistas han sufrido sucesivas sangrías de votos. El sucesor de Mas, Carles Puigdemont, se ha ofrecido a pactar con Madrid los términos de su consulta. Es consciente de que tiene pocas opciones de hacer prosperar un referéndum reconocido por el gobierno central español, único interlocutor aceptado como tal por los socios de la UE.
Un artículo de Gemma Casadevall.
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En los últimos meses, políticos de distintas facciones publicaron los siguientes artículos sobre el referéndum secesionista catalán en la prensa española:
- "Cambiemos de conversación", del ministro del Interior en funciones, José Manuel García-Margallo. (ABC)
- "Siempre hay tiempo si hay voluntad", del exsecretario general del PSOE Pedro Sánchez Castejón. (El País)
- "A los españoles", del expresidente de la Generalitat de Cataluña Artur Mas. (El País)