El Dresdner Bank revisa su pasado
17 de febrero de 2006
Más vale tarde que nunca, es la expresión más benevolente que se oye por estos días sobre uno de los bancos más antiguos de Alemania. "El Dresdner Bank y el Tercer Reino" se llama más exactamente la investigación histórica en cuestión y fue desarrollada por encargo de la misma institución financiera en 1997. La Fundación Eugen-Gutmann, creada por el Dresdner Bank y la editorial R.Oldenbourg realizaron este 17 de febrero un controvertido simposio en cuyo marco presentaron los resultados.
En el estudio quedaron plasmados los críticos juicios de historiadores como Johannes Bähr, Klaus-Dietmar Henke, Harald Wixforth y Dieter Ziegler sobre cómo empleados del banco estuvieron involucrados en la maquinaria asesina del régimen de Hitler. Allí se comprueba y describe cómo dicho banco mantuvo relaciones económicas con la SS y adquirió partes de empresas que organizaron el Holocausto.
Cooperación no es absolución
La interpretación de cómo manejar la inmensa culpa, comprobada por los historiadores, es ahora materia de polémica. La intención inicial de llevar a cabo el simposio en las instalaciones del mismo Museo Judío en Berlín, fue rechazada con el argumento de que "eso sería un acto de absolución" que el Consejo Central Judío no estaba dispuesto a expedir, como diera a entender Stefan Kramer, secretario general de dicho Consejo.
Ésta se interpretó como la verdadera razón para que la comunidad judía no asistiera al acto. Pero el rechazo tiene otro trasfondo. El director del mismo Museo Judío, Salomón Blumenthal fue el que invitó al Dresdner Bank a sus propios recintos. La razón: el Dresdner Bank es y ha sido un importante donante del museo. Se sabe, por lo menos, de 33.000 euros consignados, pero se cree que el Dresdner Bank ha donado millones de dinero al Museo Judío, una de las instituciones y construcciones más importantes de la capital alemana.
Las instituciones democráticas
Sea cual sea, la interpretación de la realización del simposio sobre el fatídico y repudiable pasado del Dresdner Bank, lo cierto es que, al parecer, no todos en la comunidad judía berlinesa están preparados para aceptar que las instituciones alemanas de hoy son conscientes de su legado histórico y su responsabilidad.