El Día de la Tierra
22 de abril de 2015Se considera que el 22 de abril de 1970 marca el nacimiento del ambientalismo moderno. Ese día se instituyó el Día de la Tierra, para fomentar la conciencia ecológica. En estos 45 años, el tema se ha instalado en la discusión pública. Pero el Día de la Tierra también es objeto de críticas, porque muchos lo aprovechan para hacer una “buena obra” ecológica y limpiar sus conciencias. No obstante, son cada vez más las personas que intentan contribuir diariamente a preservar el medio ambiente, aunque a veces no lo hacen de forma adecuada.
Las bolsas de papel no son siempre mejores
¿Usar bolsas de papel o de plástico? El plástico, omnipresente, representa un verdadero problema ambiental. Está hecho de un material fósil no renovable, y no es biodegradable. ¿Son mejores las bolsas de papel? También estas presentan problemas. Para fabricar papel se talan árboles y el proceso de blanqueado contamina el entorno con productos químicos tóxicos.
“Biodegradable no significa positivo para la naturaleza”, señala Leyla Acaroglu, experta en sostenibilidad. Agrega que, aunque el papel se descomponga, este proceso libera gas de metano, nocivo para el ambiente. Una bolsa de papel estándar utiliza entre 4 y 10 veces más material que una de plástico, lo que implica más extracción de recursos y una mayor huella de carbono. En suma, las bolsas de plástico son menos dañinas, si se las reutiliza y desecha adecuadamente.
No basta con comprar productos locales
Un clásico mantra ecologista insta a comprar alimentos de la región. Es cierto que el transporte consume energía. Pero hay también otros factores. Por ejemplo, la carne de cordero de Nueva Zelanda tiene una menor huella de carbono que la producida en el Reino Unido. La temporada neocelandesa de pasto es mucho más larga, permitiendo una producción ovina más eficiente.
Leyla Acaroglu dice que, en su Australia natal, “es ridículo cultivar arroz, porque hay poca lluvia”. Algo similar ocurre en Europa Central cuando la gente compra tomates de la zona en medio del invierno, lo cual tiene un mayor impacto ambiental “porque generalmente vienen de invernaderos con alto consumo de energía”. Los productos no solo deberían ser locales, sino también propios de la estación.
Para saciar la sed
Consumir agua embotellada es un pecado ecológico, por los largos trayectos de transporte y porque suele estar envasada en botellas de plástico. Pero ¿qué ocurre con el agua del grifo? ¿No contiene acaso toxinas, como pesticidas y antibióticos que han ido parar al medio ambiente? Philip Heldt, de Centro de Asesoría al Consumidor de Renania del Norte-Westfalia, afirma que su presencia es residual y también se encuentra en el agua embotellada. “El agua mineral no presenta ventajas sobre la del grifo”, señala.
Al hervirla, se plantea otra disyuntiva: ¿Hervidor eléctrico o tetera? Usar la tetera en una cocina a gas natural es más eficiente, según Leyla Accaroglu. Pero si se utiliza electricidad, es mejor el hervidor. Aunque hay que fijarse de no llenarlo de más, para no desperdiciar energía.