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El exitoso fracaso de Guardiola

Daniel Martínez13 de mayo de 2015

Dos años después de haber contratado al mejor entrenador del mundo, el Bayern no ha logrado transformar la inversión en títulos internacionales. Ahora el equipo y Pep Guardiola tendrán que volver a empezar.

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Pep Guardiola
Imagen: AFP/Getty Images/G. Schiffmann

En los próximos días, la directiva del Bayern se reunirá con Pep Guardiola para pasar revista a lo que ha pasado en el club desde cuando el entrenador llegó a Múnich en el verano del 2013. En el punto de partida estará el equipo que recibió con el Triplete (Champions League, Copa Alemana y Bundesliga) y el billete para disputar tres títulos más (Mundial de Clubes, Supercopa de Europa, Supercopa Alemana).

Guardiola presentará entonces sus resultados: conquista de dos de esos tres títulos (Mundial de Clubes y Supercopa de Europa), una Copa Alemana, dos campeonatos de la Bundesliga obtenidos en un tiempo récord, y dos semifinales de la Champions League. El entrenador del Bayern puede jactarse de haber ganado la mitad de todas las competiciones en las que tomó parte, cinco títulos de diez disputados.

Si en el club bávaro son estrictos, entonces van a recordar que con otros entrenadores internacionalmente menos prestigiosos y costosos obtuvieron éxitos semejantes, e incluso mayores. Felix Magath logró en sus primeras dos temporadas el doblete (Bundesliga y Copa Alemana 2006 y 2007). Ottmar Hitzfeld ganó consecutivamente en sus primeras tres temporadas en Múnich el torneo alemán (1999, 2000 y 2001), una vez la Copa Alemana (2000), y disputó una final (1999) y una semifinal (2000) de la Champions League, trofeo que conquistó en el 2001.

En Múnich también citarán la historia reciente. Ella cuenta que Louis van Gaal, en la temporada de su debut (2009/2010), le dio el doblete al Bayern y lo puso en la final de la Champions League, una instancia a la que los bávaros accedieron tres veces en cuatro años.

Agotados los argumentos de los trofeos obtenidos, se pasará al aspecto meramente deportivo, al que contempla el progreso del equipo, al que Guardiola dotó de una flexibilidad táctica hasta ahora desconocida en Alemania, la misma que le permitió dominar a su antojo la Bundesliga.

Entonces el Bayern apuntará que en breve tendrá que separarse de los encargados de ejecutar esos planes que en Alemania funcionaron a la perfección y en Europa solo hasta los cuartos de final. En la plantilla del club bávaro se avecina una gran renovación motivada por la avanzada edad (deportiva) de varias de sus estrellas (Arjen Robben, Franck Ribery, Xabi Alonso, Bastian Schweinsteiger y Phlipp Lahm entre ellos), y por que no han llenado las expectativas del entrenador (Mario Götze, Dante).

Guardiola también explicará que las lesiones de futbolistas claves le impidieron desarrollar el trabajo que se propuso. Que las tempranas bajas de Javi Martínez y Thiago frenaron las innovaciones tácticas que había insertado en el equipo durante la pretemporada, y que la ausencia de Ribery, Robben y Alaba trastocó lo construido a lo largo del año, haciendo inoficioso el haber pisado a fondo el acelerador en la Bundesliga, ganada velozmente a muy alto costo.

Las directivas del Bayern y Guardiola cerrarán la reunión concluyendo que se han dado pasos adelante que no llevan a ningún lado, que todavía les queda como mínimo un año de trabajo conjunto, y que su tercera temporada será un empezar de nuevo.