El fracaso de Bush en Pakistán
6 de noviembre de 2007Handelsblatt, de Düsseldorf: “Musharraf dio en su día un golpe de estado porque estaba harto de los enredos democráticos del año 1999. Era improbable pues que precisamente él condujera al país por una nueva senda democrática. En consecuencia, no corresponde ahora verter lágrimas de cocodrilo por los insatisfactorios actos de Musharraf. Sin embargo, desgraciadamente, al gobierno estadounidense del 2007 le resulta en extremo difícil ver las cosas de esta forma. El presidente George W. Bush comenzó hace algunos años a teñir de moral la ‘realpolitik’ estadounidense. Bush no se bajará de su corcel moralista hasta el término de su período. Pero quien lo suceda debería volver a establecer el pragmatismo, en lugar de la ideología y el mesianismo, como directriz de la política exterior”.
Todo sigue igual
Tages-Anzeiger, de Ginebra: “El respaldo casi ciego que Bush brindó por largo tiempo a Musharraf condujo a que la política estadounidense con respecto a Pakistán carezca hoy de alternativas y tenga entretanto poca influencia. Por eso, todo seguirá con hasta ahora, incluso tras el segundo golpe de Estado de Musharraf. Mientras él vele por una estabilidad superficial y por apoyo en la lucha contra el terrorismo, el gobierno de Washington no le quitará el respaldo. (...) También muchos observadores pakistaníes están convencidos de que la lucha contra el extremismo islámico se convertirá a corto plazo en un asunto de supervivencia para Pakistán. Pero el país no tendrá éxito mientras no libre esa lucha por sus propios motivos, sino presionado por Estados Unidos”.
Repercusiones en Afganistán
Paris-Normandie, de Rouen: “Esta es una terrible bofetada para el gobierno estadounidense. Pero también constituye un gran peligro para toda la región. Pakistán es un punto medular de la ‘pax americana’, que George Bush quiere instaurar. Sin un fiel aliado en el sur de Afganistán, la guerra allí ya está perdida para los aliados. Incluso una neutralidad de Pakistán podría bastar para que los talibanes triunfaran”.
Musharraf aislado
Neue Zürcher Zeitung, de Zúrich: “Dado que Musharraf se ha granjeado la enemistad tanto de las fuerzas seculares como de los islamistas, ahora está completamente aislado. Él justificó la instauración del estado de emergencia en Pakistán alegando que la ‘continua intromisión’ del Tribunal Constitucional debilitaba al gobierno en su lucha contra el terrorismo. Sin embargo, en realidad se trató más bien de un ajuste personal de cuentas con los díscolos jueces que desafiaban cada vez más al régimen de Musharraf y pusieron en marcha un considerable movimiento de protesta civil. Pero el precio por haber dejado sin vigor la Constitución podría ser alto”.