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¿El futuro Mr. Europa?

12 de mayo de 2003

Las aspiraciones del ministro de RR.EE. alemán, Joschka Fischer, de convertirse en futuro jefe de la diplomacia de la Unión Europea, parecen ser un secreto a voces. El canciller Schröder lo considera ideal para el cargo.

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El nombre de Fischer suena como posible ministro de RR.EE de la Unión Europea.Imagen: AP

Con la llegada de la primavera, florece en Berlín la fantasía política. Y los rumores sobre un posible traslado del ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joschka Fischer, a Bruselas, se multiplican por los pasillos de la sede de gobierno. Las especulaciones de que el líder natural de Los Verdes podría ocupar el cargo de ministro de Relaciones Exteriores de la Unión Europea se vieron alimentadas por un artículo que publica el semanario Der Spiegel, según el cual el propio Fischer envió una carta al jefe de la asamblea que elabora una Constitución comunitaria, el expresidente francés, Valery Giscard d’Estaing. En dicho mensaje, esboza cómo habría de configurarse la futura diplomacia europea.

Atribuciones militares

Joschka Fischer plantea, por ejemplo, que la política exterior conjunta debería contar con una instancia autónoma, y disponer además de equipos para "evaluar la evolución en terceros países y formular opciones" de acción. Igualmente aboga por dotar al cargo de atribuciones adicionales en el aspecto de la seguridad. En concreto, propone integrar las unidades que se ocupan del manejo de crisis en el campo militar y civil, con las de política de defensa.

En círculos ministeriales se ha confirmado la existencia de la carta, aunque se intenta restarle relevancia, señalando que se trata de propuestas ya conocidas y formuladas también por otras personalidades. No obstante, queda claro el interés de Fischer por el tema, y eventualmente también por la función. El código de las buenas costumbres diplomáticas impide decirlo en público, pero difícilmente se pueden disimular las intenciones cuando el propio canciller alemán, Gerhard Schröder, afirma ante la prensa que su mano derecha en el gabinete sería el "candidato ideal" para convertirse en el primer ministro de Relaciones Exteriores de la Unión Europea.

Utopía necesaria

Todas estas conjeturas adolecen, sin embargo, de una deficiencia: el cargo de Mr. Europa aún no existe. Aunque la idea de instaurarlo cuenta en principio con buena acogida general, ello no implica que se materialice a corto plazo. Las divisiones que quedaron de manifiesto en la Unión Europea con motivo del conflicto iraquí demuestran, por otra parte, que la tarea de representar a todo el conglomerado será todo menos sencilla. Esto, al margen de que en determinados países persiste el recelo frente a Bruselas y a la perspectiva de ceder mayores porciones de soberanía nacional.

Sin embargo, son justamente las diferencias internas las que debilitan a la UE y ponen de relieve la urgencia de contar con una instancia que elabore conceptos a prueba de los remezones de la política internacional. Para ello se requiere más que nunca una figura capaz de aglutinar posiciones y lograr que Europa hable con una sola voz. Ya sea que la encarne Joschka Fischer u otro, Mr. Europa no es sólo una utopía, sino también una necesidad.