Hijo de Bolsonaro, riesgo creciente para Gobierno de Brasil
25 de enero de 2019
"Si la evidencia muestra que cometió un error, lo lamento como padre, pero tendrá que pagar el precio porque no podemos tolerar estos actos", dijo el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, el miércoles (23.01.2019) en el Foro Económico Mundial en Davos.
Bolsonaro acudió al encuentro internacional con la esperanza de presentar un nuevo Brasil al mundo, transparente y libre de corrupción. La noticia de las supuestas conexiones de su hijo Flavio con los escuadrones de la muerte en Brasil no ayuda precisamente a defender esa imagen. Fue este última circunstancia o, como afirmaron los aliados de Bolsonaro, el ataque con cuchillo de septiembre del cual el líder de extrema derecha todavía se está recuperando, lo que hizo que cancelara una rueda de prensa.
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El escándalo ha rodeado a Flavio Bolsonaro desde diciembre, cuando el Consejo de Control de Actividades Financieras (COAF) de Brasil descubrió transacciones inusuales por un total de 270.000 euros (305.000 dólares) enviados a su exchofer y guardaespaldas, Fabricio José de Queiroz. La teoría es que Queiroz, un antiguo amigo de la familia Bolsonaro, recolectó dinero de personas que estaban oficialmente empleadas en la oficina de Flavio durante el tiempo en que este trabajó en la legislatura estatal de Río de Janeiro. Flavio Bolsonaro está siendo investigado por sospecha de corrupción, pero en la esfera civil.
"Es una forma popular de corrupción entre los políticos en Brasil", explica Marco Aurelio Nogueira, un politólogo de la Universidad de Sao Paulo. "Casi todos los partidos lo hacen", dijo a DW. Amigos y conocidos son contratados, a menudo, con contratos falsos, y a cambio, dirigen parte de sus salarios a los políticos que los emplean.
Conexiones con escuadrones de la muerte
Ni Flavio ni Queiroz han abordado las preguntas de los investigadores. Por el contrario, el Supremo Tribunal Federal de Brasil dictaminó a principios de este mes poner fin a la investigación porque Flavio, al haber sido elegido para el Senado de Brasil, ahora goza de inmunidad.
"Eso muestra lo difícil que ya se ha vuelto la situación", dijo Oliver Stuenkel, un experto en política de la Universidad Fundaçao Getulio Vargas, de Sao Paulo.
Los Bolsonaro -el padre, Jair, Flavio, y sus hermanos Eduardo y Carlos- tienen posiciones políticas gracias, en parte, a sus fuertes llamados para poner fin a ese tipo de inmunidad en la lucha contra la corrupción. Además de que Jair ganara la presidencia y Flavio pasara al Senado, Eduardo se unió a la Cámara de Diputados del Congreso Nacional de Brasil, mientras que Carlos se trasladó a la legislatura estatal de Río. Algunos de sus partidarios ahora están pidiendo una explicación en las redes sociales.
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El periódico O Globo ha reportado desde entonces que, durante la época de Flavio en la legislatura de Río, empleó a la madre y a la esposa de Adriano Magalhaes da Nobrega, un expolicía y líder de milicia fugitivo. La milicia de Nobrega está acusada de asesinar a Marielle Franco, una concejal de Río, en marzo de 2018.
"Este gobierno fue electo para combatir exactamente este tipo de fuerzas", dice Stuenkel.
Sin embargo, tanto Flavio como su padre han defendido este tipo de milicias y afirman que llevan la ley y el orden a las zonas empobrecidas. Mientras prestaba servicio en el Congreso Nacional en 2003, Jair Bolsonaro llegó a decir que los escuadrones de la muerte eran un sustituto adecuado para la ausencia de la pena de muerte en Brasil.
¿Políticas libres de corrupción?
Ahora, como presidente, Jair Bolsonaro dice que quiere reformas. Stuenkel cree que el presidente de Brasil necesita un éxito rápido en política económica. "Sabemos que la corrupción aumenta cuando la economía falla, pero los costos políticos se reducen si la economía crece", señaló Stuenkel.
Para eso, Bolsonaro necesita el Congreso Nacional. Sus hijos en ambas cámaras podrían ayudarlo a cumplir con su agenda anticorrupción, pero "ahora es desastroso para el gobierno que Flavio ya no esté en posición de influenciar la opinión pública", afirma Stuenkel.
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La prensa puede dirigir su atención ahora a los hermanos de Flavio, apunta, por su parte, Nogueira. Durante la campaña presidencial, un periódico localizó a una mujer empleada, al menos en el papel, en la oficina del Congreso de Jair Bolsonaro. En realidad, ella y su esposo cuidaban su casa de playa.
La agencia contra los delitos financieros COAF también está investigando a la esposa del presidente por una transferencia de 5.000 euros que recibió del viejo amigo Queiroz. Bolsonaro dijo que era solo el pago de un préstamo personal, pero no presentó ninguna documentación que lo respalde.
Para Nogueira, sigue siendo incierto si el ministro de Justicia, Sergio Moro, quien supervisa el COAF, perseguirá al presidente y su familia, aunque el exjuez es bien conocido por enfrentarse a poderosos intereses, incluido el expresidente Luiz Inácio Lula Da Silva, cuyo caso de corrupción anuló su carrera presidencial contra Bolsonaro.
"Moro tiene que demostrar a quién es leal: a la Justicia o al Gobierno", sostiene Nogueira.
(cp)
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