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El infravalorado Parlamento Europeo

5 de mayo de 2014

Junto con el Consejo de Ministros y la Comisión Europea, el Parlamento Europeo dirige el destino de la UE. Aún así, los ciudadanos lo ven como algo abstracto y poco fiable. ¿Hay todavía tiempo de cambiar esta percepción?

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Imagen: Reuters

Según encuestas, la participación en las próximas elecciones al Parlamento Europeo está por los suelos, y los ciudadanos que sí se animan a votar, lo hacen por partidos antieuropeos. Y eso que, desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa en 2009, el Parlamento Europeo tiene más influencia en la política europea que nunca. Ni la canciller alemana Angela Merkel ni ningún otro jefe de Gobierno de los países miembros de la UE pueden ya simplemente ignorar las decisiones que se toman en el Parlamento, como se hacía antes.

Este mes de mayo, los ciudadanos europeos van a votar la constitución de un órgano político que realmente tiene mucha más influencia en la política de la UE de lo que los medios de comunicación sugieren, o de lo que la mayoría de la gente piensa. El Parlamento tiene actualmente el mismo peso y la misma autoridad que el Consejo de Ministros sobre una buena parte de la legislación europea.

Orígenes humildes

El Parlamento tal y como lo conocemos hoy existe desde 1979; antes era un mero organismo consultor de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA). En 1979, los ciudadanos de los entonces nueve países miembros pudieron votar por primera vez directamente a los eurodiputados, y con un 63 por ciento de participación, fue el año en el que más votos se registraron en su historia.

“El Parlamento es una parte decisiva del triángulo de la Unión Europea”, explica Klaus Hänsch, expresidente del Parlamento Europeo de 1994 a 1997 en entrevista con DW. Aunque no puede decidir por sí solo, asuntos como el cambio de tratados de la UE, o los tratados de anexión o el marco financiero de la UE no pueden ser implementados sin el consentimiento del Parlamento. La Comisión Europea tiene el derecho de propuesta, y es una especie de guardiana de los tratados, mientras que el Consejo tiene competencias de legislación y decide sobre las partes intergubernamentales de la política europea.

Europaabgeordneter Klaus Hänsch SPD Archiv 2005
Klaus Hänsch, expresidente del Parlamento Europeo de 1994 a 1997.Imagen: picture-alliance/Sven Simon

Desconocimiento y desconfianza

A pesar de su gran influencia, el Parlamento no ha logrado hacerse con la confianza de los ciudadanos. Según encuestas, en Alemania un 44 por ciento de los ciudadanos ven el Parlamento con escepticismo, en contraste con el 41 por ciento que dice confiar en él. Para muchos de ellos, el Parlamento Europeo es un organismo lejano y abstracto, sin caras, con el que solo vinculan regulaciones y burocracia.

Según Klaus Hänsch, esto es en parte a causa de pobre la cobertura mediática que recibe: los medios se concentran solo en los eurodiputados de su propio país, y el resto siguen siendo caras desconocidas, aún cuando se trata de cargos importantes. Además, añade, el Parlamento Europeo da menos que hablar que los parlamentos nacionales, ya que no está dividido en la mayoría gobernante y la minoría de la oposición, sino que, como organismo entero, se trata de la oposición a la Comisión Europea. “Desde hace muchos años nos hemos convertido en una gran coalición a causa de los resultados de las votaciones y la necesidad de obtener la mayoría absoluta de los diputados”, explica Hänsch. “Evidentemente, esto limita la percepción de conflicto en el Parlamento.”

Una mayor personalización del Parlamento, una potenciación de su cobertura y una mayor participación en las decisiones importantes para salir de la crisis son los puntos claves para el futuro del Parlamento, según Hänsch. Los tiempos que se avecinan para la Unión Europea no se prevén fáciles, la insatisfacción de la gente es palpable, y los partidos antieuropeos cobran protagonismo cada día. No obstante, para Hänsch, estos vientos de cambio son también una oportunidad para hacer ver a la gente las ventajas del Parlamento Europeo y la UE. Su objetivo final es, a fin de cuentas, unir más a la gente a través de sus acciones y trabajo, destaca Hänsch. Y los medios políticos para ello ya están disponibles.

Autora: Sandra Butz / lab

Editor: Enrique López