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El James Webb detecta la molécula esencial de la vida

Esteban Pardo
3 de julio de 2023

Otra primicia para el telescopio espacial James Webb: el carbono es vida, y los científicos dicen que el telescopio acaba de detectar una molécula de carbono en la nebulosa de Orión.

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Imagen de la nebulosa de Orión vista por el telescopio James Webb
Esta es la región de la nebulosa de Orión donde se encuentra el disco protoplanetario d203-506. Ahí fue donde se detectó la molécula CH3+Imagen: ESA/Webb, NASA, CSA, M. Zamani (ESA/Webb), the PDRs4All ERS Team

Uno de los problemas más importantes de la ciencia moderna sin resolver se resume en la siguiente pregunta: ¿cómo surgió la vida a partir de la materia inerte? Todavía no lo sabemos, pero tenemos una buena idea de cuáles son los pasos necesarios, por ejemplo, la formación de moléculas orgánicas complejas, como los aminoácidos, a partir de otras más simples, como CH3+ o metilo.

La vida como la conocemos está basada en el carbono

La molécula CH3+, también conocida como catión metilo (antes llamada también radical libre metilo), ha sido detectada en el espacio por primera vez por el Telescopio Espacial James Webb. Los resultados preliminares y sin editar se publicaron el 26 de junio de 2023 en la revista Nature.

Las moléculas orgánicas están basadas en carbono. Contienen átomos de carbono unidos a átomos de hidrógeno, pero también pueden unirse a otros elementos, como oxígeno, nitrógeno o fósforo.

Todo lo que nos hace a nosotros y a toda la vida en la Tierra se basa en el carbono.

La CH3+ es una molécula orgánica muy simple, solo un átomo de carbono y 3 átomos de hidrógeno. Pero reacciona con otras moléculas para formar otras más complejas. Su presencia en el espacio nos dice que los componentes básicos para la vida están presentes ahí, más allá de nuestro  planeta.

"Este CH3+ es un iniciador de muchas reacciones más complejas muy interesantes", dijo Stephan Schlemmer, profesor de física experimental en la Universidad de Colonia en Alemania. Schlemmer formó parte de un equipo internacional que trabajó en los últimos hallazgos.

Buscando huellas moleculares en el espacio

Los científicos encontraron las huellas dactilares de la molécula CH3+ en la luz proveniente de un disco giratorio de polvo y gas alrededor de una estrella joven. El disco está en la Nebulosa de Orión, a 1.350 años luz de la Tierra.

La nebulosa de Orión es visible a simple vista, aunque solo es posible ver un punto en la espada de Orión, ligeramente debajo del cinturón.

Imagen de Orión, progresivamente ampliada
Aquí se ilustra la ampliación paso a paso desde la región de la nebulosa más grande a la izquierda, hasta el área más específica en la parte superior derecha, y el disco protoplanetario en la parte inferior derecha.Imagen: ESA/Webb, NASA, CSA, M. Zamani (ESA/Webb), the PDRs4All ERS Team

La luz visible es solo una fracción de la imagen completa. Pero cada átomo y molécula absorbe o emite luz de forma única, con su propia paleta de colores específica.

Por ejemplo, el hidrógeno, el más simple de los átomos, cuando se excita emite un resplandor rojo, y si se mira a través de un prisma, se ven cuatro líneas características que componen su espectro.

Los científicos conocen a esta técnica como "espectroscopia" y en el espacio usan el Telescopio Espacial James Webb para aplicarla.

Un descubrimiento inesperado

Pero cuando los astrónomos capturaron el espectro de este planeta formando un disco, se llevaron una sorpresa. "Nadie sabía lo que era", dijo Schlemmer.

Así que empezaron a buscar a otros científicos que pudieran ayudarles y encontraron el laboratorio de Schlemmer.

El laboratorio había estado estudiando la huella dactilar de las moléculas y analizó CH3+ en detalle. Y eso permitió a los científicos hacer coincidir la huella dactilar desconocida detectada por el James Webb con esta molécula específica que da vida.