El mensaje de Live Earth

Tages-Anzeiger, de Zúrich: "Con arte no se puede hacer una política práctica, pero con frecuencia sí una política simbólica de gran efecto. Se puede utilizar el arte para impulsar una buena causa y, cuantas más personas sean alcanzadas por esa vía, tanto mejor. El pop le llega a más gente que la política. Y, pese a todos los reproches de ser espectáculo de masas, en comparación con la política, el pop conserva todavía un ligero sexappeal subversivo. A Madonna la escucha más gente que a George W. Bush. (...) 'Live Earth' fue global, glamoroso, fuerte, a veces sucio, siempre exigente, movido por la causa común - y a menudo realmente muy conmovedor. Ahora hay que velar porque tenga eco en la política práctica."

Señal positiva

Nürnberger Nachrichten, de Nuremberg: "El mensaje que se quiso transmitir no es una ética de la renuncia con sabor a moralina, sino una señal positiva dirigida a los más jóvenes: ¡lo conseguiremos! En la era de la cultura pop, ¿quién más apropiado que sus astros para entregar esa buena nueva? Si respaldan de todo corazón o no la causa, es algo secundario. De todos modos participan con gusto; al fin y al cabo, no todos ellos tienen con tanta frecuencia la oportunidad de presentarse ante un público de dos mil millones de personas. Además, no es ningún secreto que semejantes presentaciones pueden impulsar la venta de sus discos compactos. Los auspiciadores -varios consorcios mundiales- saben utilizar estos escenarios monumentales."

Fines propagandísticos

Neue Presse, de Hannover: "La idea es linda. Se presentan más de 150 músicos, dos mil millones de personas los escuchan y juntos detienen la catástrofe climática. Pero entre ellos hay superestrellas como Madonna y los Red Hot Chili Peppers, que pidieron a los organizadores poder viajar al lugar del concierto en avión. Y ahí está el autor de la iniciativa, Al Gore, de quien se dice que aún quiere lanzarse a las preliminares para la elección del candidato a la presidencia de Estados Unidos. De este modo, el buen propósito de transforma en un fin propagandístico que, más encima, es auspiciado por aplanadoras climáticas como Air Berlín y Daimler. Ante este trasfondo es difícil creer que Live Earth pueda conseguir lo que quiere."

Gobiernos y empresas

De Volkskrant, de La Haya: "Habrá que ver si la gente realmente modera su consumo de energía. Una nueva bombilla de bajo consumo sirve de poco si al frente tenemos un nuevo televisor de pantalla plana. Además, queda pendiente la pregunta de si el consumidor, aunque tenga realmente la voluntad de traducir las palabras en hechos, puede de hecho ahorrar la cantidad suficiente de energía para frenar el calentamiento global. Una nueva bombilla de bajo consumo no sirve de nada si al mismo tiempo se construyen nuevas plantas energéticas de carbón. La exhortación a la responsabilidad individual es un medio necesario pero no suficiente para abordar el problema a nivel mundial. La ampliación de la conciencia sólo servirá si también los gobiernos y las empresas asumen su responsabilidad. (...) no se puede combatir el efecto invernadero con publicidad."