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El mundo del arte, de cabeza: Georg Baselitz cumple 80 años

Torsten Landsberg
23 de enero de 2018

Con 18 fue expulsado de la escuela superior de Bellas Artes, porque le gustaba Picasso. Baselitz ha cultivado su imagen de rebelde tanto como su arte. Una estrella mundial de la pintura celebra su octogésimo aniversario.

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Georg Baselitz Kopfstand-Bilder
Imagen: Imago/J. Haufe

Cuando un artista incipiente es expulsado tan temprano de la escuela de Bellas Artes, eso puede significar el término prematuro de su carrera, o el salto a una carrera mundial. Esto último fue lo que ocurrió con Georg Baselitz. En 1956 se había ido a estudiar en Berlín oriental. Tras tan solo dos semestres fue expulsado, por "inmadurez sociopolítica”. El joven de 18 años, quien por ese entonces llevaba el nombre de Hans-Georg Kern, se había negado a realizar en las vacaciones trabajos solidarios en un complejo industrial de Rostock, prefiriendo pintar cuadros al estilo de Picasso.

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Motivo de escándalo

Dado que aún no se había construido el Muro, se mudó de Berlín oriental a la parte occidental, donde se topó con la abstracción omnipresente en el arte alemán de ese tiempo. Pero, en lugar de alinearse, las figuras de Baselitz llevaban el sello de un expresivo realismo. En 1961 adoptó su nombre artístico y pronto llamó la atención con cuadros que no encajaban en las convenciones sociales pequeñoburguesas. El "Hombre desnudo” y "La gran noche bajo el desagüe” provocaron escándalo en 1963 y fueron confiscados. Baselitz y dos galeristas  tuvieron que responder ante los tribunales por exhibir pornografía. Ambos cuadros mostraban una figura con un gran pene y cualquiera podía pensar que se estaban masturbando. El proceso fue finalmente sobreseído.

Dokumentarfilm über den Künstler Georg Baselitz
En 2013, Baselitz permitió entrar a sus talleres de Alemania e Italia a los autores de un documental. Imagen: Alamodefilm

Hasta el día de hoy no está claro si el escándalo no fue montado a propósito. Sea como fuere, tras el proceso, el galerista Michael Werner se convirtió en una figura destacada del mercado alemán del arte y Baselitz de pronto comenzó a vender sus obras. De paso, se asentó su imagen de rebelde indoblegable, que conserva hasta hoy. Él mismo la alimentó con declaraciones polémicas. Por ejemplo, dijo varias veces que las mujeres no podían pintar, lo que se refleja en los bajos precios que alcanzan su obras en el mercado.

Un sello inconfundible

En 2015, Baselitz retiró piezas que había cedido a museos  alemanes, en protesta por un proyecto de ley que preveía la protección de las colecciones completas de museos y la prohibición de exportarlas.

Los cuadros de Baselitz, en tanto, son cotizados en todo el mundo y algunos se venden a precios millonarios. A su fama contribuyó la capacidad de reinventarse continuamente a sí mismo y su obra. A mediados de la década del 60, creó en corto tiempo cerca de 60 pinturas conocidas como "Los héroes”. Le seguiría más adelante un capítulo de su trayectoria que lo volvería único y mundialmente conocido: Baselitz comenzó a pintar cuadros de cabeza. "Ya no tenía que inventar cosas monstruosas. Podía tomar una fotografía, de un manzano o de un águila, y pintar de una manera realista y conservadora. Al darles vuelta, se hacía innecesario desarrollar la pintura en el cuadro”, explicó una vez. Al invertir la imagen consiguió romper las costumbres visuales del observador y aguzar su mirada.

Georg Baselitz consiguió tener un sello único; y luego se dedicó a la escultura. El resultado fueron enormes figuras de madera. Antes de su septuagésimo quinto cumpleaños, anunció que pintaría preferentemente cuadros en blanco y negro.

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Torsten Landsberg (ERS/VT)