El museo de los 100 días
La Documenta lleva desde hace tiempo la etiqueta de "exposición universal". Sin embargo, estas etiquetas no siempre coinciden con la realidad. En las versiones anteriores de la exposición, que ya cuenta con casi medio siglo de tradición, hubo polémica respecto a las aspiraciones de universalidad del evento. Indiscutible había sido hasta ahora la preponderancia del carácter eurocentrista de la muestra, que abarca prácticamente todas las expresiones de la plástica.
La directora artística de la pasada versión, Catherine David, salió al paso de las críticas en este sentido, argumentando que al fin y al cabo la Documenta no es la ONU y, por lo tanto, no tiene obligación de tomar en cuenta a todos los países. Pero la nueva muestra intenta precisamente ampliar horizontes.
El nuevo acento quedó ya marcado con la elección del director arístico: el nigeriano-estadounidense Okwui Enwezor, quien ha dirigido numerosas exposiciones. Entre ellas se cuenta la Bienal de Johannesburgo (1997) y "The Short Century", dedicada a los movimientos independentistas africanos desde el punto de vista de artistas de diversas disciplinas, que tuvo lugar el año pasado en Múnich.
Artistas de los 5 continentes
"El arte es muy variado y no está avecindado en un solo lugar del mundo", destacó Enwezor al presentar la lista de los participantes en la Documenta de este año. De los 118 artistas seleccionados, más de 40 provienen de África, Asia y América Latina. También Australia está presente. El público que acuda a Kassel podrá apreciar una gama internacional de obras, como las del alemán John Bock, las instalaciones de video del chino Yang Fu Dong o las plásticas del argentino Víctor Grippo, recientemente fallecido.
Entre los artistas hispano-americanos figuran también los argentinos Fabián Marcaccio (pintura) y Alejandra Riera (arquitectura); los chilenos Gastón André Ancelovici (Colectivo Cine-ojo) y Alfredo Jaar (fotografía); el uruguayo Luis Camnitzer (instalaciones, fotografías y esculturas); el cubano Carlos Garaicoa (instalaciones, fotografías y esculturas), el español Juan Muñoz (esculturas, instalaciones y dibujos) y el mexicano Gabriel Orozco (fotografía).
Todos los géneros
Pero, para el director, lo fundamental no es la nacionalidad de los expositores. "No se trata de realizar una muestra étnica -subraya- sino de mostrar trabajos de todas las generaciones y géneros artísticos".
Al margen de las disciplinas clásicas, como pintura, escultura, e instalaciones, la Documenta también contará con otras ramas como el arte en video o en internet, representado, por ejemplo, por el grupo "tsunamii.net", de Singapur. Además se ha ampliado el espectro de la muestra, incluyendo arquitectura y cine documental.
Trasfondo político-social
En los meses previos a la exhibición se llevaron a cabo foros sobre la democracia, la cultura y la globalización, centrados en el marco de condiciones sociales y políticas en que tiene lugar la creación artística. Y, pese a que no se pretende que la muestra de Kassel refleje lo allí debatido, ciertamente hay obras que se ocupan de esos temas.
La realidad político-social tuvo también un papel clave en los orígenes de la Documenta. Su iniciador, el pintor y académico Arnold Bode, de Kassel, se propuso en 1955 volver a incorporar a Alemania en el acontecer artístico mundial.
El arte proscrito por los nazis
También llamada "el museo de los 100 días", la exposición nació con la intención de presentar el arte del siglo XX, que en su mayor parte había estado vedado a los alemanes, e incluso proscrito, durante el régimen nazi.
La primera Documenta fue pues una especie de retrospectiva, con obras de todas las corrientes destacadas de la época y los grandes exponentes de la pintura de las primeras décadas del siglo. Pablo Picasso, Max Ernst, Hans Arp, Henri Matisse y Wassily Kandinsky fueron algunas de las figuras que sorprendieron al público. Y este acudió en masa: unas 130 mil personas vieron esa primera exposición que, al mismo tiempo, sirvió de espacio para debatir sobre el arte contemporáneo.
La cifra de visitantes se elevó en la última versión, hace cinco años, a más de 630 mil. Por primera vez se logró entonces un balance económico favorable de consideración: 720 mil euros quedaron en las arcas de los organizadores, que este año esperan atraer nuevamente al gran público con su perspectiva "transnacional".