El nuevo equipo de Barroso
5 de noviembre de 2004
Durao Barroso no tardó mucho en volver a barajar el naipe de la Comisión Europea. Una semana después de que la reprobación del Parlamento Europeo lo forzara a retirar sus propuestas iniciales, logró presentar un nuevo equipo, en el que ya no figura el personaje más controvertido de su primer gabinete: Rocco Buttiglione. En su lugar aspira ahora a ocupar el cargo de comisario de Justicia e Interior de la Unión Europea Franco Frattini, hasta ahora ministro de Relaciones Exteriores de Italia.
Otros cambios
Ese cambio ha dejado satisfechos a los europarlamentarios socialistas para quienes las ideas ultraconservadoras de Buttiglione resultaban inaceptables. Menos atención atrajo la segunda modificación anunciada en conferencia de prensa, que consiste en un enroque entre las carteras asignadas a Letonia y Hungría. El candidato húngaro, Laszlo Kovacs, a quien los europarlamentarios habían objetado por carecer de la competencia requerida como comisario de Energía, habría de hacerse cargo ahora de los impuestos y aranceles. La cartera de Energía quedará en manos del nuevo postulante letón, Andris Piebalgs.
El nuevo equipo, sin embargo, no se ajusta por completo a los deseos del Parlamento Europeo. De hecho, se mantiene la postulación como comisaria de Competencia de la holandesa Neelie Kroes, controvertida por sus estrechos contactos con importantes consorcios. Según Durao Barroso, no hay motivos para hacer modificaciones en este punto. Más aún: sostiene que las experiencias de Neelie Kroes con la industria resultarán ventajosas para el desempeño de sus tareas, asegurando que se han tomado claros resguardos para evitar un conflicto de intereses.
Acelerar el trámite
Pero ese asunto ya no está en primer plano. El Parlamento Europeo, por lo pronto, celebra como todo un triunfo el hecho de haber forzado a Durao Barroso a reestructurar su equipo y, a todas luces, no quiere ensombrecer esta victoria insistiendo en “detalles”. En consecuencia, todo indica que los nuevos postulantes podrán presentarse con tranquilidad a las audiencias que les falta por sostener con los europarlamentarios.
Todos se muestran pues satisfechos con la rápida solución encontrada y se proponen acelerar el trámite para que la nueva Comisión Europea pueda entrar en funciones en las próximas semanas. Uno de los más felices debe ser Romano Prodi, quien debería haberse marchado ya el 1 de noviembre, pero tuvo que trabajar “días extras”, debido al impasse.