"Papa, guardián de la Fe"
26 de septiembre de 2011
Dresdner Neueste Nachrichten, de Dresde: “Hace pocos días, una verdadera euforia papal invadió Alemania. Pero ahora, al final de su estadía de cuatro días, se extiende una ‘resaca post-Papa'. Y la magnitud de la decepción se puede medir en la profundidad a la que cayó la esperanza. El Sumo Pontífice de la Iglesia Católica no vino a Alemania como reformador, sino como guardián del orden eclesiástico. Quien esperaba otra cosa, se ha ganado un diploma de ingenuo.”
“Prejuicios contra Benedicto XVI”
Passauer Neue Presse, de Passau: “¿Ninguna señal ecuménica? Sí que la hubo. Y fue una señal imponente: el reconocimiento de Martín Lutero como ‘hermano de fe'. Y hubo otra, aún más radical: la esperanza, expresada literalmente del siguiente modo: ‘Ya no está muy lejano el día en que volvamos a celebrar juntos la eucaristía' –una formulación clara en dirección a la ortodoxia. ‘¿Quiénes son los ortodoxos?', se podría preguntar. Sólo un ejemplo de lo que también podrían ser los protestantes. Los prejuicios acerca de que Benedicto XVI niega todo tipo de reforma ya estaban presentes antes de que el Papa pusiera pie sobre suelo alemán.”
“Peligro para la Iglesia viene de adentro”
Donaukurier, de Ingolstadt: “Hace tiempo que una parte considerable de los católicos alemanes vive en estado de inmigración interna. Se sienten parte de la Iglesia Católica, pero ya no más de los obispos, y mucho menos se sienten representados por el Papa. Para ellos, el manejo que hizo la Iglesia de los casos de abuso sexual son un horror que los toca personalmente. Y piensan que el debate ideológico no toma en cuenta la posibilidad de una Eucaristía común con la Iglesia Evangélica, ni el rol de la mujer. Ante este trasfondo, Benedicto tiene razón: el verdadero peligro que amenaza a la Iglesia viene, como él mismo se lo imagina, desde adentro.”
“El Papa no puede imponer reglas a la mayoría laica”
De Volkskrant, de Amsterdam: “De la boca del Papa, la relativización del Principio de Mayoría del Parlamento suena sospechosa. La argumentación expuesta por Benedicto XIV en el Parlamento alemán tenía un carácter abstracto y de filosofía del derecho. Pero cuando la Iglesia Católica habla sobre valores eternos, se refiere, muy a menudo, a una moral sexual que pretende imponer a los demás. Por supuesto que la Iglesia tiene derecho a sentar normas a las que los creyentes se someten voluntariamente. Pero en Europa, la mayoría de la gente tiene otra forma de pensar acerca de temas como el aborto, la ayuda para una muerte digna y la homosexualidad. Una iglesia no debe imponer sus valores a una mayoría laica.”
Autora: CP/ dpa
Editor: Enrique López