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"El proceso de paz para Siria pierde impulso"

Christoph Hasselbach (EL/ ER)31 de mayo de 2016

Mohamed Alush, jefe negociador de la oposición siria en las negociaciones de Ginebra, renunció. Sobre las consecuencias y el trasfondo, DW habló con Udo Steinbach, experto en Cercano Oriente.

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Imagen: Getty Images/AFP/F. Coffrini

DW: Prof. Dr. Steinbach, ¿cómo evalúa la renuncia de Mohamed Alush a las negociaciones de paz para Siria? ¿Se trata de una estrategia, o las negociaciones realmente fracasaron?

Udo Steinbach: Por lo menos, las negociaciones nunca lograron cobrar impulso. Al mismo tiempo, el régimen sirio continuó sus ataques militares contra la población civil. Vista así, la decisión de Alush fue coherente. Podría especularse más en cuanto a que Alush es dirigente de una organización islamista que tiene fuertes nexos con Arabia Saudita, y ésta ha presionado en las últimas semanas para que se intensifique el apoyo a la oposición siria. La renuncia podría entonces significar también que se abre la puerta a medidas de tipo militar contra el gobierno de Damasco, en lugar de la diplomacia.

Alush representa a una agrupación de corte salafista llamada Brigada del Ejército del Islam (BEI). No suena muy pacifista. Y este hombre representa a los enemigos del régimen. ¿No es esto, por sí mismo, un problema?

Él no representa a la oposición siria en su totalidad, sino a una organización islamista muy fuerte. Pero también hay otros dirigentes negociadores no islamistas cuyo peso político no es de ninguna manera menor que el de Alush. Naturalmente, desde un principio fue un problema declarar al BEI como una de las organizaciones participantes en el proceso de paz. Aún es tema de controversia cuán moderado es el BEI en comparación con EI o Al Nusra. Pero se llegó a la conclusión de que debía permitírsele participar. Una vez más: ni el BEI ni Alush representan a toda la oposición política o armada en Siria.

Las tropas de Assad no están mal posicionadas actualmente, desde el punto de vista militar, así sea debido al apoyo ruso. En algunos puntos han logrado que EI retroceda. ¿Está Assad sometido a presión para que negocie?

Él mismo no lo ve así, y tampoco Rusia. De hecho, para él la situación militar se ha distendido un poco. La oposición política que negocia en Ginebra no tiene en realidad un concepto acerca del cual pudiera llegarse a acuerdos en cuanto a lo que debería suceder con Assad. Y debido a esta situación –reproches políticos entre los negociadores, por un lado, y el relativo fortalecimiento militar de Assad, por otro- parece agotarse en cierto sentido la voluntad para avanzar en un proceso político.

Udo Steinbach: "No se ve el fin del conflicto"
Udo Steinbach: "No se ve el fin del conflicto"Imagen: DW

¿Cómo evalúa Usted el papel de las potencias internacionales y regionales: Rusia, Estados Unidos, Irán y la Unión Europea? ¿Ha habido un reacomodo de fuerzas que permitan vislumbrar alguna solución?

No, realmente no. Entre las potencias mencionadas parece haber solo un mínimo común denominador. Y en lo que respecta al lado ruso, no se sabe qué hacer con Assad. La parte rusa parece tomar la supervivencia política de Assad como un elemento de cálculo político. Es algo que los otros actores –incluidos Estados Unidos y los europeos- rechazan. Así que aquí hay diferencias muy profundas. Incluso la lucha contra Estado Islámico por parte de Turquía parece avanzar con muy poco entusiasmo.

¿Hay alguna razón para ver todo esto con optimismo? ¿Qué debería suceder o quién debería intervenir para que se abrieran perspectivas realistas de lograr la paz en Siria?

En este momento no es posible reconocer una perspectiva así. Ya he mencionado las acusaciones mutuas entre los negociadores. En cuanto a la dimensión militar, del lado de la alianza internacional hay dudas en cuanto a que la opción militar realmente llegue a poner sobre la mesa el futuro político de Assad. En donde hay un hálito de esperanza es en el tema de las operaciones militares contra Estado Islámico. Ahí la presión parece incrementarse en Irak, pero también en Siria. Pero solo es una esperanza minúscula, que de ninguna manera apunta a un pronto final del conflicto sirio.