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El robo de los datos digitales

7 de agosto de 2018

Muchas personas confían en los datos biométricos, como las huellas dactilares. Pero estos datos son fáciles de robar. Los criminales y terroristas se aprovechan de los resquicios en los sistemas de seguridad.

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Symbolbild Digitales Auge
Imagen: Colourbox/S. A. Khakimulli

A finales de 2017, las fuerzas de seguridad turcas lograron un éxito espectacular. En Kirsehir, en el este del país, los funcionarios arrestaron a diez miembros de la organización terrorista Estado Islámico (EI). En los apartamentos de los terroristas encontraron no solo material propagandístico, sino también herramientas para crear identidades falsas. Estas incluían moldes para huellas dactilares. Sobre uno de ellos pegaron una huella dactilar, que fue robada de Internet y procesada. Esas huellas manipuladas son reconocidas por el software de muchas grandes empresas como autenticas. Una vez lograda la entrada, se abren las puertas a cualquier abuso. Los terroristas arrestados utilizaron este método para transferir dinero.

"Pasaportes falsos y el tráfico con datos biométricos en la dark web" es el nombre de un documental que investiga el robo y el uso indebido de datos biométricos, emitido a principios de esta semana por el canal alemán ARD. En él quedó claro que los terroristas pueden utilizar los datos robados para fines muy diferentes.

"Los criminales y los terroristas tienen un gran interés en abusar y utilizar estas posibilidades", dice el experto en seguridad informática Gunnar Poreda, de la Universidad de Liechtenstein. Los datos se podrían usar para muchos fines, "por ejemplo, para abrir cuentas, quizás también en los aeropuertos, y en todos los controles en los que utilizamos nuestras huellas dactilares".

Software de reconocimiento facial
El software de reconocimiento facial está ganando importancia en el mundo de los teléfonos inteligentes. Imagen: Imago/J. Tack

Cuestión de confianza

El caso ocurrido en Turquía demuestra que los datos electrónicos son cualquier cosa menos seguros, Esto se aplica tanto a los consumidores como a los ciudadanos. Es decir, no solo las empresas comerciales, sino también las autoridades estatales no pueden garantizar que los datos recogidos estén suficientemente protegidos contra posibles robos. Los delincuentes comunes normales utilizan datos robados, por ejemplo, para comprar en Internet con una identidad falsa.

El origen de los datos robados también pueden ser dispositivos digitales comprados en tiendas minoristas regulares. Su seguridad solo está garantizada si los sistemas de seguridad se mantienen actualizados. Pero este no es siempre el caso, dice Udo Helmbrecht, director de la Agencia Europea de Seguridad de las Redes y de la Información: "El comprador de un producto no sabe si este tiene instalados progrmas de seguridad. Si los tiene, no sabe cuáles son. En el caso de los lectores de huellas dactilares o de un software de reconocimiento facial en un Smartphone, no existen certificados establecidos". Un gran riesgo para los consumidores, enfatiza: "Si compro esto, entonces tengo que esperar que el fabricante lo haya hecho todo meticulosamente".

Pasaportes falsificados en el espacio Schengen

Los datos robados no solo sirven para el fraude comercial, sino también son peligrosos en otros aspectos, como la migración mundial. Los Estados no siempre están en condiciones de determinar la identidad de los migrantes con exactitud. Esto también se aplica a los Estados miembros de la UE. "Hubo algunos casos de pasaportes falsificados con un chip manipulado en la Unión Europea y en el espacio Schengen", indica el documental de la ARD, citando una información de la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores (Frontex).

Autor: Kersten Knipp (GG/ER)

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