El salto cuántico de China, hecho en Alemania
13 de junio de 2023En febrero de 2022, la OTAN puso el foco en la Universidad de Heidelberg. En concreto, la universidad más antigua de Alemania era el tema de un seminario web de SACT ("Supreme Allied Commander Transformation”), que se ocupa en la OTAN de las guerras del futuro.
El evento virtual del SACT giró en torno a los éxitos de China en la investigación cuántica. Y ahí es donde entra en juego Heidelberg, como socio de investigación desde hace mucho tiempo de una universidad china de élite que también mantiene contactos con la industria armamentista.
Ya en 2019, la empresa de seguridad estadounidense "Strider” calificó a la Universidad de Heidelberg como "posiblemente el socio extranjero más importante detrás de los rápidos avances de China en tecnologías cuánticas de doble uso". Dichas tecnologías pueden utilizarse tanto para fines civiles como militares.
Desde ya, todas las personas se benefician de los hallazgos de la investigación cuántica en su vida cotidiana: cuando utilizamos teléfonos móviles o dispositivos de navegación. Y posiblemente, las futuras tecnologías cuánticas cambiarán el mundo aún más que internet. En colaboración con el centro de investigación CORRECTIV, Deutsche Welle (DW) ha reconstruido el caso de Heidelberg.
Científico exitoso
Todo empezó en 2003, cuando el físico cuántico chino Pan Jian-Wei creó su propio grupo de investigación en la Universidad de Heidelberg. Su reputación era excelente, le llovían los premios y recibió millones de euros en financiación.
Durante sus cinco años en Heidelberg, Pan mantuvo un estrecho contacto con su alma mater, la Universidad de Ciencia y Tecnología de China (USTC). Desde allí reclutó a jóvenes investigadores prometedores. En Heidelberg también recibieron financiación de fondos de investigación alemanes y europeos.
Pan regresó a la USTC en 2008. No solo se llevó a algunos de sus estudiantes, sino también su laboratorio y sus proyectos. Hace poco, la UE concedió a su grupo de investigación de Heidelberg otra subvención de 1,4 millones de euros.
Un alemán en la USTC
Los estrechos lazos entre las universidades se mantienen. Pan sigue enviando estudiantes con talento que luego regresan a la USTC. En 2011, ambas partes firmaron también oficialmente un contrato de intercambio de personal académico. Tales cooperaciones eran deseadas política y económicamente en Alemania en ese momento. Como socio comercial, China es importante.
En 2013, Matthias Weidemüller, físico de Heidelberg, fue uno de los pocos investigadores occidentales que aceptó la oferta de investigar en el USTC en el marco del programa estatal 1000 Talentos. En aquel momento, Weidemüller ya había definido claramente sus propios límites: "Nadie influirá en mi investigación". Dijo que todos los resultados se habían publicado abiertamente y su laboratorio había sido accesible a todo el mundo. La independencia y la transparencia eran importantes para él.
Actualmente, Weidemüller es profesor honorario en la USTC. Igual que Pan en Heidelberg. Pero el marco político ha cambiado radicalmente, y no solo a causa del COVID-19.
De socio a rival
En la actualidad, el socio cortejado, China, se ha convertido en un "rival sistémico" de Alemania, y parece cada vez más segura de sí misma. Entre bastidores, el Gobierno alemán lleva meses discutiendo su nueva estrategia para China.
En el plano internacional, China compite con Estados Unidos por la supremacía cuántica. En China, la "fusión militar-civil" es considerada doctrina de Estado, y todo debe servir también a la seguridad nacional. Para 2049, Pekín quiere tener el ejército más moderno del mundo.
El campo más avanzado de la investigación cuántica es la comunicación cuántica. Esto incluye la seguridad de los datos, el intercambio de información encriptada y a prueba de escuchas: algo bastante interesante desde el punto de vista militar.
Entre los 100 mejores
China lidera la comunicación cuántica gracias a Pan Jian-Wei. La revista estadounidense "Time” seleccionó al destacado investigador cuántico entre las 100 personalidades más influyentes del mundo en 2018. Un año después, la empresa de seguridad estadounidense "Strider” hizo público que Pan tenía vínculos con empresas de armamento chinas.
El propio Pan aseguró por escrito a DW y CORRECTIV que desde su regreso de Alemania "ninguno de sus proyectos recibe apoyo militar."
Al mismo tiempo dijo: "Incluso si ciertas tecnologías pueden ser utilizadas militarmente, eso es algo que ningún científico puede controlar o predecir. Creo firmemente que estas tecnologías emergentes acabarán aportando amplios beneficios a la humanidad".
¿Nada es casual?
Pero si se investiga un poco, uno encuentra rápidamente el nombre Quantum CTek. Poco después de su regreso de Heidelberg, Pan cofundó esta start-up. Hasta el día de hoy, es el segundo mayor accionista, detrás de la USTC.
La empresa, que se especializa en comunicación cuántica, tiene una sucursal en Xinjiang desde 2017. La provincia noroccidental china alberga a la minoría musulmana de los uigures, acosados por el Gobierno central, enviada a campos de reeducación y vigilada en todo momento.
Instalarse en una región así "no es una casualidad" y es "moralmente reprochable", dice Yangyang Cheng. La física de partículas nacida en China estudió en la USTC, pero vive en EE.UU. desde hace más de diez años. "El hecho de que una empresa tan joven pueda abrir una sucursal allí sugiere que tiene vínculos muy, muy estrechos con los organismos de seguridad chinos", indica.
Libertad de investigación y responsabilidad científica
La universidad más antigua de Alemania está luchando con una pregunta fundamental: ¿es lícito cooperar cuando los socios de la investigación "tienen una proximidad con instituciones militares que les puede resultar difícil evitar?". Anja Senz, sinóloga de la Universidad de Heidelberg, no quiere "definir líneas rojas per se", pero sí reflexionar críticamente sobre las "implicaciones tecnológicas".
Cuando se le consulta directamente sobre Pan Jian-Wei, enfatiza que en algún momento hay que preguntarse: "¿Qué papel juega la persona en este sistema?".
Para Matthias Weidemüller, pesa más la necesidad de seguir investigando juntos sobre las grandes cuestiones de la naturaleza: "¿Deberíamos dejar de intercambiar entonces ideas sobre estas cuestiones en todo el mundo?", se cuestiona.
(ct/er)