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El Silala: las aguas dulces que amargan a Chile y Bolivia

José Ospina-Valencia
13 de julio de 2016

El pleito está planteado: ambos países creen que la última palabra la debe tener La Haya. Además del conflicto por la salida al mar, ahora son las aguas fluviales las que enfrentan a La Paz con Santiago.

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El Silala, belleza en tiempos de conflicto.
El Silala, belleza en tiempos de conflicto.Imagen: Getty Images/AFP/A. Raldes

Chile demandó a Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) el 6 de junio de 2016 solicitando que La Haya declare al Silala como río fronterizo. Chile tiene ahora plazo hasta el 3 de julio de 2017 para presentar los argumentos de su demanda. Luego, Bolivia podrá presentar su contramemoria hasta el 3 de julio de 2018.

El conflicto se mueve en torno a dos cuestiones: ¿Es el Silala un manantial (humedal), como dicen los bolivianos, o, un río, como afirman los chilenos? Una pregunta que obliga a otra pregunta: ¿Recorre o no el cauce del Silala, sea manantial o río, la frontera común entre Bolivia y Chile? Ahora será La Haya la que decida. Las posturas parecen irreconciliables.

Aunque el uso comercial del agua por parte de Chile data del año 1904, no es sino ahora que el problema llega a los estrados internacionales. El presidente de Bolivia, Evo Morales, denunció en el Día del Mar, el pasado 23 de marzo, el "uso ilegal" de dichas aguas y pidió una “compensación” por parte del vecino país.

“Cada día Chile se aprovecha de ese recurso natural sin compensar ni un centavo. Este acto abusivo y arbitrario que vulnera nuestro patrimonio no puede continuar”, afirmó Morales. Según David Choquehuanca, ministro boliviano de Exteriores, “las aguas del manantial Silala son desviadas y empleadas por grandes empresas mineras”.

Chile no se hizo esperar y demandó a Bolivia ante la CIJ. Santiago quiere demostrar en La Haya que “el Silala es un río internacional que cruza la frontera naturalmente”. Según Heraldo Muñoz, ministro chileno de Exteriores, “mapas y documentos demuestran que el bofedal (humedal) boliviano es un río internacional”, como lo dijo al diario chileno La Tercera.

¿Cuándo un río es internacional?

En derecho internacional, un río internacional o curso de agua internacional es un cauce que atraviesa o separa los territorios de dos o más Estados; de esta manera, el concepto puede agrupar tanto a los ríos transfronterizos como fronterizos, como es el caso del Río Grande que pasa de Estados Unidos a México, como el Río de La Plata que divide a Uruguay de Argentina, o como el Amazonas que cruza y es línea divisora entre Perú, Colombia y Brasil.

El uso de las aguas en esos espacios internacionales está regulado y protegido por la Convención de Naciones Unidas sobre el derecho de los usos de los cursos de agua internacionales para fines distintos de la navegación, de 1997.

En Bolivia, el Procurador General del Estado, Héctor Arce Zaconeta, es uno de los exponentes de la postura boliviana. Preguntado por DW a través de Whatsapp, este experto en Derecho Constitucional remitió a su postura oficial, publicada en su página, debido a que actualmente se encuentra en Washington en Audiencias de Méritos y Jurisdicción en el marco de un arbitraje sobre el Proyecto Minero boliviano, y había pactado con la contraparte no hacer declaraciones durante dichas sesiones.

“Chile no ha pagado agua por más de 100 años”

En esencia, Arce sostiene que la defensa de Bolivia se basa en “la razón, la verdad científica y evidenciada de que las aguas del Silala son manantiales naturales y no un río como quiere hacer creer el gobierno chileno”. En su ponencia, presentada en la Universidad Privada Domingo Savio de Potosí, Arce Zaconeta destacó que la aseveración chilena se basa en un mapa realizado en base a los intereses chilenos tras la firma del tratado de 1904”.

El jurista boliviano concluye mencionando varias razones para que la justicia internacional falle sobre el caso, a favor de Bolivia: “que no se trata de un río, sino de aguas subterráneas; que “el flujo de las aguas hacia Chile es inducido por canales artificiales”; que “se trata de reservas de agua no renovables ubicadas en territorio nacional”; que “Chile debe reconocer su deuda histórica por el uso no pagado de estas aguas por más de 100 años” y, por último, que, gracias “al principio de soberanía permanente de los Estados sobre sus recursos naturales, Bolivia tiene derecho exclusivo sobre sus recursos hídricos nacionales pudiendo usar, gozar y explotarlos libremente”.

Chile, por su parte, ha respondido a los argumentos bolivianos, a través de su agente ante la Corte Internacional de Justicia por la demanda contra Bolivia, Ximena Fuentes. El Diario Uchile cita su reciente ponencia en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, en la que Fuentes “descarta “desvíos artificiales” al cauce del Silala, recalcando que el curso de sus aguas fluyen hacia Chile debido a razones geográficas y al desnivel de más de un 4% que existen en el terreno entre el punto del nacimiento del río hasta la frontera”. Advirtiendo, por último, que “Hay una ley que Bolivia no puede cambiar: la ley de gravedad”.