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El sombrío panorama que espera a Jimmy Morales

12 de septiembre de 2017

Aunque el presidente de Guatemala mantendrá su inmunidad, su mandato está desgastado a menos de dos años de haber asumido. Organizaciones sociales piden su renuncia y la comunidad internacional lo critica abiertamente.

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Imagen: picture-alliance/MAXPPP/dpa/L. Tanguy

Con una ronda de helados festejaron los diputados guatemaltecos la decisión de mantener la inmunidad del presidente Jimmy Morales. Se trató de una victoria contundente en términos de números (de los 105 votos necesarios para despojar al mandatario de ese privilegio solo hubo 25), pero que de cualquier modo deja en mal pie al jefe de Estado. La decisión adoptada la noche del lunes 11 de septiembre por el Parlamento va en contra del informe preparado por una comisión pesquisidora conformada precisamente por cinco diputados, que recomendaban permitir que la Justicia común pudiera investigar las denuncias contra Morales.

 

Más información:

-Comisión parlamentaria recomienda retirar la inmunidad a Jimmy Morales

-El Legislativo guatemalteco rechaza retirar la inmunidad al presidente Jimmy Morales

 

¿Y cuáles son las denuncias? Que cuando Morales era secretario general del Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación) y candidato a la presidencia, ese partido recibió aportes electorales ilícitos por un monto de 920 mil dólares. Para el Tribunal Supremo Electoral (TSE), Morales es responsable de ese hecho por haber sido el líder del partido. Las primeras denuncias contra el jefe de Estado las presentó el TSE el 30 de noviembre de 2016. Y allí comenzó una espiral que terminó este lunes con la decisión del Parlamento.

Esto significa que, aunque el TSE tiene esas sospechas y la comisión pesquisidora consideró "probable” la participación de Morales en los hechos denunciados (no presentar informes y no proporcionar datos al Tribunal Supremo Electoral), al final primaron otros intereses, como muchos ciudadanos en Guatemala temían. Valga destacar que hay también una investigación en curso contra numerosos diputados, quienes habrían recibido sobornos de Odebrecht. Esto puede explicar que, en sus discursos de este lunes, varios parlamentarios criticaran también a la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), un órgano auspiciado por la ONU que busca cortar de raíz la corrupción en el país.

Morales y el comisionado de la CICG, Iván Velásquez, en otros tiempos.
Morales y el comisionado de la CICG, Iván Velásquez, en otros tiempos. Imagen: Getty Images/J.Ordonez

Mal escenario

Al juicio del analista político español y miembro del panel del programa de TV Sin Filtro, de Guatevisión, Daniel Haering, el solo hecho de haber sido cuestionado supone un desgaste para Morales. Y si bien es cierto que algunos en Guatemala creen que se trata de un ataque político, distan de ser una mayoría. "A Morales le quedan pocos partidarios. Hay gente que considera que tiene que salir en su defensa, pero no tanto porque crean en él, sino que por distintos motivos consideran que la alternativa es peor”, dice a DW el experto. "De cualquier modo, el hecho de que él no es el adecuado para el puesto, por inexperiencia, es algo que tiene bastante consenso”, añade.

El desgaste de Morales es evidente. En una visita a Quiché el pasado 7 de septiembre, dijo –quizás sin darse cuenta– que espera, "Dios mediante”, retirarse "el último día, que Dios me permita será el 14 de enero de 2020”. También ha roto toda relación con la prensa, con la que no habla. Y para terminar de complicar el escenario, su fallido intento de expulsión del país del jefe de la CICIG, Iván Velásquez (frustrado por la Justicia), le granjeó enemigos y críticas tanto en su país como en el extranjero.

"Esto último afecta muchísimo. La reacción de la comunidad internacional que importa ha sido unánime y en la misma dirección: desconfianza hacia lo que está haciendo Morales”, dice Haering a DW. Distintos medios internacionales, como New York Times y The Economist, afirman que en Guatemala se consiente y no se combate la corrupción, mientras que las dudas sobre las instituciones se refuerzan. "Quienes votaron a favor de mantener la inmunidad del presidente son parte del sistema. No cabía esperar que fueran a hacerse un haraquiri político", dijo al diario español El País Edgar Celada, director del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos.

Las protestas dan muestra de la pérdida de respaldo popular al presidente.
Las protestas dan muestra de la pérdida de respaldo popular al presidente. Imagen: Reuters/L. Echeverria

¿Debe renunciar?

Todo esto ha generado un escenario sombrío, que se ve empeorado por la petición de renuncia presentada por 35 organizaciones sociales. "Exigimos la renuncia de Jimmy Morales y exigimos que se reforme profundamente el sistema político porque no queremos volver a ver otras elecciones sin opciones”, dijo José Cruz, del Colectivo Madre Selva. Para estos grupos, el intento de expulsión de Velásquez y las denuncias contra el mandatario presentan un panorama poco alentador.

"Desde mi perspectiva, eso sería un exceso. La renuncia es el último recurso y deberían agotarse otras vías, por ejemplo, que explique las dudas sobre el financiamiento de su partido. Además la población en general no parece estar a favor de que renuncie”, estima Haering. A menos de dos años de que asumiera Morales, y con su antecesor, Otto Pérez Molina, en prisión preventiva por su relación con el escándalo de sobornos y evasión tributaria conocido como "La Línea", difícilmente la política guatemaltca esté en condiciones de resistir otro remezón grande.

De cualquier modo, la situación no mejorará para la ciudadanía en Guatemala. Numerosas empresas anunciaron que retirarán proyectos de inversiones en el país tras los hechos recientes, y un parlamentario citado por el diario Prensa Libre aseguró que hubo negociaciones bajo cuerda para mantener la inmunidad de Jimmy Morales, porque así también se salvarían varios parlamentarios oficialistas que están en la mira de la Justicia. No sería raro que, tras conocerse la decisión del Parlamento, las protestas arrecien y el piso bajo Morales se siga moviendo.

Autor: Diego Zúñiga