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El suicidio de Enke abre un debate sobre los tabúes del Fútbol

12 de noviembre de 2009

El suicidio del arquero Robert Enke abrió de golpe los ojos ante un problema que es tabú en el Fútbol, el deporte tradicionalmente masculino no permite ni la depresión ni la homosexualidad.

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Robert Enke.Imagen: picture-alliance / augenklick/Rzepka

“Ninguna de esas dos palabras existe en el mundo de los hombres duros, subrayó la revista especializada en fútbol, Kicker. También la Liga Alemana de Fútbol (DFL), pidió que se ponga un fin a los tabúes en el fútbol profesional. “Debemos reflexionar junto con la Federación Alemana de Fútbol (DFB), sobre como abordar este tema”, dijo el director, Holger Hieronymus. El ejecutivo afirmó que muchos clubes cuentan con una asesoría psicológica desde hace tiempo.

El llamado a combatir los tabúes en el fútbol fue secundado por el presidente de la Federación Alemana de Fútbol, Theo Zwanziger, quien dijo que el fútbol alemán debe encontrar una respuesta al porqué un joven jugador, que es considerado un ídolo llega a esta situación. “Tenemos que llegar al fondo del asunto”, exhortó.

La esposa del jugador, Teresa y el médico que lo trataba, Valentin Markser hablaron durante una conmovedora conferencia de prensa, sobre la grave depresión que padecía el futbolista de 32 años. “Tenemos que hablar con expertos sobre como tratar en el futuro este tipo de enfermedaes”, dijo por su parte el presidente del Club Hannover, Martin Kind. La lista de voces que se expresan en este sentido fue interminable al día siguiente de que saliera a la luz pública la tragedia, que apunta a una de las enfermedades más frecuentes en Alemania que conduce a una incapacidad de trabajar.

Se estima que un 5% de la población alemana sufre depresión, una enfermedad que es cada vez más común en los países industrializados, que a menudo pasa inadvertida por las personas en el entorno del afectado, sobre todo cuando éstos son varones. Ellos prefieren callar, porque quieren ser vistos como hombres fuertes y no quejones que de todo se lamentan.

También el arquero alemán calló, por miedo a perder a su hija adoptiva, por miedo a perder su reputación en el duro mundo del fútbol profesional, donde era considerado una estrella. Fue el héroe de muchas batallas en la cancha, que no podía exteriorizar su debilidad. Por lo menos eso creyó el jugador de 32 años y lo que se preguntan ahora muchos es si sus temores estaban fundamentados.

Cuando Enke perdió a su hija hace tres años, la peor pesadilla que puede llegar a vivir cualquier padre, volvió rápido a la cancha de fútbol, y fue recibido con elogios y admiración. Ahora los alemanes se preguntan en casi penitencia ¿No es eso lo que queremos, hombres fuertes? Si el suicidio de Robert Enke tiene algún sentido es precisamente asumir la enfermedad en serio, que no respeta edad, sexo ni ocupación. Se especula sobre sus causas, y sin duda el estrés, la presión al que está sometido todo futbolista profesional no ayuda en nada. La presión puede llegar a ser tan pesada, que el afectado no ve ya ninguna solución y la muerte le parece la única salida.

Autor: Eva Usi

Editor: Claudia Herrera Pahl