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El título de campeonas ya lo tienen

7 de octubre de 2003

En un apasionante partido la selección alemana de fútbol terminó, con un claro 3-0, el dominio de Estados Unidos en la Copa del Mundo femenino.

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Birgit Prinz demostró poder físico y visión de juego.Imagen: AP

Estados Unidos fue la gran prueba de fuego para las alemanas. La selección estadounidense llegó impecable al partido de semifinales para defender el título de campeonas, pero el fútbol físico y disciplinado de las alemanas las consagró como el equipo más completo del mundial. El gol espectacular que logró la delantera Kerstin Garefreekes a los 15 minutos del juego, la genial delantera Birgit Prinz, así como la portera Silke Rottenberg, presionaron al equipo anfitrión que acabó derrotado con un claro 3:0 en el marcador. Se trata de la segunda ocasión –la primera en 1995- que la selección alemana alcanza una final en la Copa del Mundo.

La presión del público

Ante más de 27.500 espectadores que apoyaban constantemente al equipo estadounidense en el estadio del PGE Park de Portland, Kerstin Garefreekes coronó con un gol un soberbio remate de cabeza, definiendo el liderazgo en el partido frente a las fuertes estadounidenses.

Fue el saque de esquina de Renate Lingor, lo que Garefreekes remató con un tiro de testa que no pudo ser detenido por la portera estadounidense Briana Scurry. Ese primer tanto alemán rompió por completo la tranquilidad del equipo anfitrión, que a partir de ese momento jugó presionado, poniendo mucho entusiasmo animado por los constantes vítores del público. Pero las estadounidenses se mostraron carentes de ideas, sobre todo a la hora de rematar. Tampoco tuvieron suerte. Cada vez que tenían una oportunidad de empate, surgía implacable la figura de la portera Silke Rottenberg, que impidió hasta el final el empate.

Alemanas temerosas

A ambos equipos se les notaba el mutuo respeto al iniciar el partido. Pero sobre todo a las alemanas, perceptiblemente nerviosas al enfrentar a viejas y temibles rivales. En los mundiales de 1991 y en 1999, el equipo alemán fue derrotado por las estadounidenses. Esta vez las alemanas experimentaron una creciente confianza en si mismas, después de que transcurridos los primeros quince minutos de juego lograran la primer oportunidad de liderazgo. Sin embargo las anfitrionas no cejaron y atacaron presionando fuertemente a la portería europea. La arquera Rottenberg mostró su extraordinaria capacidad al detener los tres intentos de gol de Kristine Lilly, Mia Hamm y Abby Wambach.

Estados Unidos lo intentó todo, pero esta vez se encontró con las campeonas de Europa, que demostraron tener mayor poder físico, visión de juego y sobre todo facilidad para rematar y conseguir los goles que definen los partidos. Rottemberg resistió con sangre fría los ataques furiosos de las estadounidenses, convirtiéndose en la gran figura del partido. El equipo alemán, que llegó al partido con veinte goles en su haber no defraudó a nadie. La delantera Birgit Prinz dio un pase sensacional a Maren Meinert, quien logró el segundo tanto.

Exhibición goleadora

Fue Alemania la que pudo irse al descanso con 2-0 demostrando que la selección era capaz de marcar gol en cualquier momento, aunque su estrategia era la de mantener la ventaja, defenderse bien atrás y salir en acciones de contraataque. Estados Unidos siguió insistiendo con balones por lo alto y por lo bajo para tratar de superar a Rottenberg, pero la portera alemana parecía una auténtica muralla. Ni la legendaria Mia Hamm, que jugó su último partido con el equipo anfitrión después de cuatro mundiales, pudo superarla.

Faltaba todavía la exhibición y efectividad goleadora de Alemania que se produjo en sólo tres minutos, los de descuento. Suficiente para que Prinz metiera un gol propio para el definitivo 3-0, lo que demostró su excepcional juego y dominio del balón con los pies como ninguna.

Alemania cumplió su objetivo de llegar a la final en la que tendrá como rival al ganador del partido que disputan este lunes las selecciones de Canadá y Suecia. Sin embargo, analistas y aficionados coinciden en que la gran y verdadera final ya la jugó el equipo alemán y con ello ganó el título extra-oficial del torneo.