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El tango de Argentina sobre el parqué de deuda

Astrid Prange de Oliveira (CP/LGC)10 de septiembre de 2014

La disputa de Argentina con los fondos “buitre” llegó hasta las Naciones Unidas. Una resolución de la ONU permitirá en el futuro que los países altamente endeudados lleven a cabo un proceso de insolvencia ordenado.

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Imagen: Reuters

Se trata de un triunfo diplomático para Argentina: En una sesión histórica, la Asamblea General de las Naciones Unidas votó el martes (9.9.2014) a favor de la creación de un proceso de insolvencia ordenado. Con dicha resolución, la ONU se compromete a desarrollar un marco legal vinculante para los procesos internacionales de desendeudamiento.

“La Asamblea General de la ONU decidió elaborar un marco legal para las negociaciones de conversión de deuda de los Estados soberanos y, a través de él, lograr una mayor efectividad, previsibilidad y estabilidad del sistema financiero internacional”, reza el borrador de la resolución. Los resultados de las negociaciones gubernamentales multilaterales serán presentados durante la 69 Asamblea General de la ONU, en septiembre de 2015.

Países en desarrollo desafían a EE. UU.

“Las resoluciones de la ONU son raramente tan vinculantes y comprobables”, opina Jürgen Kaiser, coordinador de la campaña "Erlassjahr.de" ('Año de la condonación'), que desde comienzos del 2001 trabaja para lograr un tratamiento más adecuado para los países endeudados. “La resolución brinda un enorme respaldo a todos los países endeudados que no quieren seguir el dictado del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial”, señala Kaiser.

Para la resolución, que fue un aporte de Argentina, votaron en Nueva York en total 124 países, entre ellos, los países en vías de desarrollo del G77 más China. Entre los once países que votaron en contra están Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña y Alemania. Cuarenta y un países se abstuvieron.

Asamblea General de la ONU en Nueva York.
Asamblea General de la ONU en Nueva York.Imagen: Getty Images

El motivo de la resolución es una disputa de varios años entre el gobierno argentino y dos fondos comunes de inversión estadounidenses. En junio de 2014, un tribunal de EE. UU. dictaminó que Argentina debía pagar al hedgefond NML Capital 1.300 millones de dólares por deudas tomadas en los años 90. Desde ese momento, Argentina entró en default técnico.

Disputa por viejas deudas

El conflicto es, en sí, consecuencia de la quiebra del Estado argentino en diciembre de 2001. En interminables negociaciones, el gobierno de Buenos Aires acordó un recorte de la deuda con los acreedores en el que éstos renunciaron hasta a un 70 por ciento de su dinero. Ambos fondos de inversión, sin embargo, habían comprado títulos de deuda a bajo precio, y presentaron una demanda ante el tribunal estadounidense para que se cumplieran su exigencia de que se le pagaran los 1.300 millones de dólares, la cual tuvo éxito.

Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de Argentina.
Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de Argentina.Imagen: Reuters

“No es posible que la reestructuración de las deudas con el extranjero de todo un país dependa de un tribunal de Estados Unidos”, dice Jürgen Kaiser, que colabora en la elaboración de un concepto de conversión de deuda en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (CNUCYD). Según Kaiser, la resolución actual de la ONU no ayuda al gobierno argentino en su disputa con los fondos “buitre”, pero sí ayuda a que otros países con problemas similares, como Uganda, la República Democrática del Congo, Zambia y Camerún puedan acceder en el futuro a un proceso de insolvencia ordenado.

Pero justamente eso es lo que dudan quienes se oponen a tal proceso, y advierten que la creación de un foro para nuevas negociaciones de deudas estatales podría causar intranquilidad en los mercados financieros.

Bloqueo entre acreedores

Hasta ahora, los países altamente endeudados están sujetos a la judicatura de sus acreedores, ya que sus intereses son divergentes, y esperan que los otros acreedores hagan concesiones, por lo cual las negociaciones en el FMI y el Club de París se demoran a menudo varios años, o provocan un bloqueo entre los mismos acreedores.

Esta situación tampoco cambiará en el futuro, al menos eso es lo que aseguran los medios argentinos. “Vale decir que los países donde se mueve el grueso de las finanzas del planeta, los mercados a donde acuden la mayoría de los países o empresas que buscan financiamiento, se mostraron contrarios a cambiar el statu quo”, escribió el columnista Gustavo Bazán en el periódico argentino Clarín. “Es un motivo justificado para sospechar que la puesta en práctica de lo aprobado ayer por una mayoría amplia de los países miembros de la ONU tardará en hacerse realidad”.

La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, no se deja amedrentar por ese tipo de observaciones, y ya anunció durante su discurso del 24 de septiembre en la 68 Asamblea General de la ONU en Nueva York que volverá a poner sobre el tapete el manejo internacional de las deudas estatales.