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El "Terminator" bávaro

Daniel Martínez16 de enero de 2014

En el camino a la cumbre del fútbol mundial, donde hoy se encuentra, el Bayern Múnich ha sido inclemente con sus rivales de la Bundesliga a la hora de arrebatarles a sus mejores jugadores. Aquí una reveladora crónica.

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Imagen: Reuters

La era moderna del actual campeón de la Champions League y el Mundial de Clubes empieza en 1998, cuando el Kaiserslautern, equipo que un año antes estaba en la segunda división alemana, ganó la Bundesliga contra todos los pronósticos que le auguraban a los bávaros una exitosa defensa del campeonato obtenido en la temporada anterior.

Entonces el Bayern buscó en los patios aledaños a los jugadores con más carácter de Alemania. En Múnich querían calidad, pero ante todo necesitaban líderes, futbolistas que fueran capaces de ser las locomotoras de un equipo ansioso de recuperar la supremacía local e internacional.

Al Mönchengladbach le arrebató a Stefan Effenberg por segunda vez (ya lo había hecho en 1990), al vecino 1860 Múnich a Jens Jeremies, al Hamburgo a Hasan Salihamidzic, y al Schalke a Thomas Linke. Todos ellos, con sus fuertes personalidades, se erigirían como los pilares del Bayern, que triunfó en tres torneos de la Bundesliga en serie y en 1999 disputó la final de la Champions League, que ganaría en el 2001.

El saqueo en Leverkusen

No hay que olvidar, sin embargo, cómo empezó el siglo XXI en el fútbol alemán. El todopoderoso Bayern reinaba en Europa, pero en la Bundesliga dos modestos clubes se atrevieron a desafiarlo. Los proyectos del Leverkusen y el Bremen eran ambiciosos, y ambos promovieron a jugadores juveniles, o le apostaron a futbolistas poco conocidos para disputarle la supremacía al gigante del sur del país.

El equipo patrocinado por la multinacional farmacéutica Bayer se convirtió en la sombra del club de Múnich. En un lapso de cuatro años fue segundo en tres oportunidades (1999, 2000 y 2002), y cuarto en otra (2001). En aquella época alcanzó incluso a disputar una final de la Champions League (2002 contra el Real Madrid).

Entonces llegó el Bayern y se surtió de su plantilla. El primero que adquirió fue el defensor central del Leverkusen Robert Kovac (en el 2001), un año más tarde ficharía a los jugadores más importantes de la temporada en la que llegó a la cumbre internacional: Michael Ballack y Zé Roberto.

Michael Ballack fue uno de los mayores botines del Bayern, que dejó al Leverkusen sin su máxima estrella.
Michael Ballack fue uno de los mayores botines del Bayern, que dejó al Leverkusen sin su máxima estrella.Imagen: picture-alliance/dpa

Sin sus dos máximas estrellas, el Leverkusen estuvo a punto de descender en el 2003 a la segunda división alemana (posición 15 del campeonato) pero luego, en el 2004, consiguió recuperarse y terminar tercero en la Bundesliga. Ese éxito le costó caro pues los de Múnich decidieron darle a la competencia una estocada final y contrataron a su mejor defensor, el brasileño Lucio.

Al Leverkusen le tomaría todo un lustro recuperar el sendero por el que marchaba hasta entonces, y cuando lo consiguió perdió al entrenador Jupp Heynckes, quien aceptó en el 2011 la oferta de dirigir al Bayern.

El freno al Bremen

Pese a que detener los progresos del Leverkusen ocupó al Bayern durante algunas temporadas, en Múnich no se perdía de vista el riesgo que significaba otro interesante proyecto, el del Bremen, liderado por el entrenador Thomas Schaaf, quien formó un equipo cuyo fútbol era atractivo, simpático, y capaz de ser protagonista de la Bundesliga.

En el 2001, Bayern arremetió por primera vez en su contra al contratar al joven delantero peruano Claudio Pizarro, al que Bremen trajo a Europa. Pese a ello, los dirigidos por Schaaf lograron convertirse entre el 2004 y el 2008 en el mayor dolor de cabeza para los bávaros, obteniendo un título alemán (2004), dos subtítulos (2006 y 2008) y dos terceros lugares (2005 y 2007).

La reacción del Bayern, fiel a su política: la compra del defensor central francés Valerien Ismael (2005), el goleador alemán Miroslav Klose (2007), y el mediocampo Tim Borowski (2008). El Bremen, debilitado en su plantilla, vio pronto sucumbir el plan que se había trazado y tuvo que dar por cerrado el capítulo más glorioso de su historia.

Cuando el Bayern fichó a Miroslav Klose, el proyecto futbolístico del Bremen sufrió un duro golpe.
Cuando el Bayern fichó a Miroslav Klose, el proyecto futbolístico del Bremen sufrió un duro golpe.Imagen: Getty Images

Dortmund, la nueva víctima

En las temporadas recientes, tanto en Alemania como en Europa, el rival directo es otro: el Dortmund. Para detener el avance del subcampeón de la Champions League, el Bayern ha optado por un método que ha arrojado resultados positivos en el pasado: desmantelar.

En el 2013 fichó a la estrella juvenil del Dortmund Mario Götze, en el 2014 llegará a Múnich el goleador polaco Robert Lewandowski, y si estas compras no bastan, en el 2015 todavía se puede aplicar la misma política y ofrecer un contrato a otra de las figuras de su nueva víctima.