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Energía en la Luna

5 de septiembre de 2011

Científicos de todo el mundo tratan de aprovechar los recursos que ofrece el espacio. En Alemania, un instituto de investigación construye robots para buscar fuentes de energía en la Luna y otros planetas.

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Energía a partir de He3 presente en superficie lunar
Energía a partir de He3 presente en superficie lunarImagen: NASA

Los investigadores suponen que en la Luna hay existencias de hierro, titanio, oro, platino e iridio. Frank Kirchner, del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial (DFKI) de Bremen, en el norte de Alemania, dice que aún no se sabe con exactitud qué cantidades de estos elementos podrán hallarse sobre la superficie lunar.

A esto se suma que el helio-3 (He3), un isótopo ligero del elemento químico helio que es altamente energético y no radiactivo, podría servir para abastecer de electricidad a la Tierra durante cientos y hasta miles de años. Se estima que en la Luna hay hasta un millón de toneladas de helio-3.


Robost como éste podrán extraer elementos minerales del suelo de otros planetas.
Robost como éste podrán extraer elementos minerales del suelo de otros planetas.Imagen: DW

Helio-3 en la superficie lunar

El helio-3 está presente en el viento solar, una corriente de partículas cargadas expulsadas por el sol. Mientras que la Tierra y su atmósfera rechazan el viento solar porque están protegidas por su campo magnético, la magnetosfera, la Luna no cuenta con dicho escudo protector, por lo que las partículas del viento solar impactan directamente sobre ese planeta.

Con el correr del tiempo, el helio-3 se ha depositado en la superficie lunar, en especial en la capa superior, llamada regolito. Es de allí de donde podría extraérselo a través de un proceso de ignición. Sin embargo, el He3 está presente sólo en cantidades ínfimas en el polvo lunar, por lo cual habría que revolver la superficie lunar para encontrarlo. Sólo que el polvo lunar está formado por partículas de cantos extremadamente agudos que podrían dañar rápidamente al hombre y a los instrumentos.

Otro problema con el que se enfrentan los investigadores es que todavía no se cuenta con una tecnología adecuada para la extracción de helio-3, que implica fusionar el He3 con hidrógeno (H) en reactores para obtener Helio 4. Para hacerlo, son necesarias temperaturas de ingnición altísimas, nunca obtenidas hasta ahora. La energía producida a través del helio-3 sería mucho más ecológica que la fusión de hidrógeno, que ya se ha probado, y de la cual surge una cantidad masiva de radiactividad.

El astronauta James B. Irwin, de EE. UU., sobre la superficie lunar (1971).
El astronauta James B. Irwin, de EE. UU., sobre la superficie lunar (1971).Imagen: NASA

Condiciones medioambientales extremas

Otro desafío para la utilización del helio-3 es la construcción de una infraestructura adecuada sobre la superficie lunar. Tanto el hombre como los aparatos estarían expuestos a oscilaciones extremas de temperatura -desde 150 grados de día hasta 130 grados bajo cero por la noche-, así como a la radiación solar y al peligro del impacto de meteoritos.

Bajo condiciones tan difíciles, piensa Frank Kirchner, sería más efectivo enviar robots para que llevara a cabo tareas de exploración y explotación. La visión de Kirchner incluye una estación lunar permanente, controlada por robots inteligentes. En 2012, Kirchner y sus colegas del DFKI, junto con el Centro Aeroespacial Alemán, planean simular una misión a la Luna con robots inteligentes con el objetivo de extraer recursos de la Luna. Los robots deberán recoger el regolito de la superficie lunar, extraer oxígeno y, probablemente, helio-3, así como emplear el resto en ladrillos para construir una estación lunar.

Frank Kirchner cree que la Luna es sólo una estación intermedia. Hasta ahora no se sabe, según él, si realmente vale la pena dedicar esfuerzos a la explotación de los recursos de ese planeta. En planetas o asteroides mucho más cercanos, explica Kirchner, hay existencias mucho mayores de, por ejemplo, los tan codiciados minerales raros. “Es por eso que nuestra labor enfocada en la Luna es sólo un entrenamiento”, subraya el investigador, quien cree que, tarde o temprano, debido a las limitaciones de los recursos terrestres, la humanidad tendrá que recurrir a fuentes extraterrestres de energía.

Autor: Nils Naumann/ Cristina Papaleo
Editor: Enrique López Magallón