El turismo: un desafío más para Europa
6 de octubre de 2008El siete de octubre lo dedica la Comisión Europea al Turismo, un ramo empresarial en el que las destinaciones europeas se llevan usualmente las palmas, lo cual representó para el 2007, por ejemplo un 51% por ciento del ingreso mundial en el ramo.
El 6,4 por ciento del producto interno bruto de Francia, con su ciudad luz encabezando los destinos preferidos internacionalmente, se produce en el ramo del turismo; el 12 por ciento del de la pequeña Malta, también. En la Unión Europea laboran 9 millones de personas en el sector turística. Motivo de más para dedicarle una mayor atención y mayores recursos.
Un ramo difícil
Si a lo anterior se suma que si bien el índice de crecimiento es todavía bueno, el crecimiento raudo de las economías como la de China, India y Brasil lanzan nubes negras sobre el turismo europeo: según proyecciones de la Organización Mundial del Comercio, el índice de crecimiento caerá para el año 2020 a un 3,1 por ciento mientras que el de Oriente Medio crecerá a un 6,7 y Asia Pacífico en un 6,2.
Por otro lado, la concentración del turismo sólo en ciertas zonas, la destrucción de las zonas costeras, las altísimas emisiones ocasionadas por los aviones que se agravan con la proliferación de las líneas de bajo coste, los 4,9 millones de toneladas de desechos por año hacen de la rama empresarial turismo un desafío a muchos niveles para los 27 de la Unión Europea.
“El turismo es un campo difícil porque tenemos historias diferentes en cada país, y diferentes conceptos… somos tan diferentes y tenemos que darle valor a las administraciones locales para trabajar con nosotros. Tenemos que probar que nuestros proyectos son útiles”, dijo a DW-WORLD Francesco Ianiello, jefe de la Unidad de Turismo de la Comisión Europea, quien presenta las políticas europeas para apoyar y mejorar este importante ramo según el criterio de la sostenibilidad.
El turista es el mayor actor
Si bien es cierto que las empresas de turismo, las autoridades locales, las regiones y las empresas de transportes, el actor más importante del turismo es, según Ianiello, el turista. “Uno de los capítulos de esta política es cómo convencer al turista de actuar más sosteniblemente. Darle ciertas pautas”, asevera.
¿Pero cómo convencer a los miles de millones de británicos y alemanes que desbordan los enclaves turísticos del Mediterráneo en busca de sol a toda costa y a bajo coste? ¿Cómo llegar con conceptos como la sostenibilidad, el ahorro de energía o las altísimas emisiones de los aviones? “Para mí lo más importante es trabajar con la gente joven”, responde el responsable de turismo quien añade un ejemplo: “Hace algunos años cuando entraba a la oficina, todo el mundo fumaba. Ahora no, ¿por qué? Porque la gente joven ha recibido mejor educación al respecto. Lo mismo pasa con el turismo. La sostenibilidad es algo que hay que aprender desde joven, y es un proceso largo y a largo plazo, pero tenemos que empezar”.
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Decirle a la gente lo que tiene que hacer
Por su parte, el comisario europeo de Empresa e Industria, el alemán Günter Verheugen, explicaba a DW-WORLD: “No me parece bien decirle a la gente, nuestro medio ambiente está en peligro, así que quédense en casa. Viajar pertenece a nuestra manera de vivir; el punto es que si queremos conservar nuestra manera de vivir hay que comportarse de una manera más responsable. Y no es sólo una cuestión de los políticos sino también individual, cada persona está en capacidad de hacer su propia contribución”.
Aparte de eso, en realidad, el ámbito del turismo no es competencia de la Unión Europea, “sólo podemos velar porque haya una buena coordinación entre los países miembros y que las empresas acepten ciertos principios comunes. El más importante de ellos el de la compatibilidad de turismo y ecología, es decir la sustentabilidad. Varios países europeos han cometido en el pasado muchos errores, que más tarde o más temprano van a tener que pagar, en la medida en que perderán su atractivo. En un futuro próximo la gente no estará dispuesta a perderse en bosques de cemento porque habrá muchas otras costas en las que cuenten con mejores ofertas”, vaticinó Verheugen quien resaltó que la búsqueda de esta compatibilidad no es sólo una cuestión política sino también individual.
Voluntad empresarial
Al respecto, el presidente del Club Med, Henri Giscard d’Estaign, dijo a DW-WORLD que el concepto de la sustentabilidad para su empresa no es nada nuevo, pues “la filosofía original de ClubMed era la felicidad a través de la naturaleza y el deporte. Tanto es así que el centro vacacional de Niza fue el primero en recibir en Francia el sello ecológico. Además ClubMed está introduciendo métodos nuevos para tratar el agua sin químicos y reciclarla para los jardines en las islas Mauricio”.
¿No es una cuestión política?
Sin embargo, teniendo en cuenta, por ejemplo que un alto porcentaje de emisiones provienen de las líneas aéreas, ¿en vez de apostar por ellas no podría apoyarse más a las redes ferroviarias? La sustentabilidad será un tema más masticable para los millones de europeos que prefieren viajes cortos y para los millones de turistas para los que Europa simplemente es un continente muy caro si, por ejemplo, los trenes ofreciesen como una alternativa eficiente y asequible.
“La dirección de transporte está trabajando para fortalecer la red ferroviaria”, explica Ianiello quien apuesta más por la decisión del ciudadano que por las restricciones o las directivas empresariales: “si pretendemos que la gente suplante el avión por el tren, éstos tienen que ser eficientes, claro. Sin embargo, este cambio en la mentalidad no es fácil hacer pues tenemos una herencia en la cual el avión era un símbolo".
El cambio de mentalidad europea se suma a las muchas medidas que hay que acordar entre los países, a lo cual se añade las otras que necesarias para atraer al turista hacia Europa. Es decir: el turismo, ¿un desafío que Europa enfrentará a largo plazo?