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Elecciones en Alemania: ¿Cómo funcionan?

Volker Wagener
12 de junio de 2017

Un día y dos cruces sirven para decidir la próxima legislatura. Pero... ¿cómo funciona el sistema electoral?

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Symbolbild Wahlen Auszählung
Imagen: picture alliance/dpa/H. Dittrich

La frase más citada sobre sistema electoral alemán es: "Los diputados serán elegidos por voto universal, libre, igualitario y secreto”. Lo dice el artículo 38 de la ley electoral. Es decir, podrán votar todos aquellos que sean mayores de edad (18 años), independientemente de su riqueza, sus convicciones políticas o su nivel educativo. Cada uno tiene dos votos, uno para un candidato (primer voto) y otro para un partido (segundo voto). Y la elección es secreta. Hasta ahora, todo claro. Sin embargo, es necesario precisar algunas diferencias del sistema alemán frente a otros como el estadounidense, el británico o el suizo.

Alemania, democracia representativa

Esta distinción es la más importante. La forma del poder político alemán no es directa, sino representativa. En ella, el diputado tiene un papel central y es quien representa la voluntad popular. Suiza sería un ejemplo clásico de democracia directa, porque sus ciudadanos votan las leyes en plebiscitos. Pero en Alemania, las decisiones políticas se toman por los representantes del pueblo, los diputados. Una gran responsabilidad para todos los elegidos.

La Constitución alemana destaca especialmente esa función y la formula así: "Son representantes de todo el pueblo y no están sujetos a órdenes o instrucciones. Solo se deben a su conciencia”. Pero la constitución también otorga al pueblo una función de control. Cualquiera que piense que la votación no fue correcta tiene derecho a impugnarla.

El Bundestag

Desde 2002, el Bundestag alemán tiene, por lo menos, 598 diputados. La mitad de los asientos (299) son para candidatos que obtengan mayoría simple en los 299 distritos electorales. Es decir, son elegidos directamente. La otra mitad de los escaños también la eligen los votantes, pero no a través de votación directa por la persona sino votando a la lista de un partido. Unas listas que los partidos han dispuesto previamente en los estados federados.

Estas listas conforman una lista federal según el tamaño del estado, liderada por el candidato principal correspondiente. Hay que aclarar que el canciller no es elegido por el pueblo, sino por los diputados.

Primer y segundo voto

De los dos votos disponibles para cada votante, el segundo es el más importante porque decide la composición del parlamento. Si un partido obtiene un 35% de los segundos votos, estaría representado con el 35% de los asientos. Con el segundo voto, el elector decide en última instancia sobre las mayorías en el parlamento. Una vez hecho el recuento de cuántos mandatos recibirá un partido a través del segundo voto, estos se reparten entre la listas de los estados. Los dos votos pueden ir a dirigidos a distintos partidos y también es posible emitir solo uno de ellos. 

La situación realmente complicada se produce cuando un partido recibe más mandatos directos que porcentaje en segundos votos en un estado. Si se da el caso (y se da regularmente), aumenta el número de parlamentarios, puesto que también se mantienen los de elección directa. 

La desventaja de este sistema es que el Bundestag podría crecer considerablemente. 

La barreara del cinco por ciento

Otra característica especial del sistema electoral alemán es la barrera del 5%, como requisito mínimo para entrar al parlamento. Se trata de una cláusula histórica, porque una fragmentación del arco parlamentario como la de los años 20 dificultaría gobiernos con mayorías estables. Sin embargo, los críticos argumentan que con esta medida se pierden muchos votos. En 2014 se perdieron casi siete millones y la cláusula es objeto de discusión desde hace años, aunque continúa siendo válida.