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Elecciones en Holanda: entre la indecisión y el populismo

Barbara Wesel
1 de marzo de 2017

A casi dos semanas de las elecciones, la mayoría de los holandeses no ha decidido aún por quién votar. El populista Wilders domina el debate político y el primer ministro Rutte lucha por sobrevivir.

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Populismus in den Niederlanden Den Haag
Imagen: DW/T.Lageman

El joven líder del partido "GroenLinks" o "Izquierda Verde" ganaría cualquier concurso de dobles del primer ministro canadiense Justin Trudeau. Y su retórica procede directamente de Barack Obama: "Nuestro mensaje apuesta por la esperanza y el cambio. Creo en la esperanza y en los ideales. Muchos están cansados, como yo, de gente como Geert Wilders, que enfrenta a la gente. Queremos vivir juntos”, dice Jesse Klaver. Es uno de los pocos políticos en Holanda que ataca a Wilders directamente. Ha catapultado a su pequeño partido de cuatro diputados al sitial de terecera fuerza política.

Campaña electoral de puerta en puerta

Jesse Klaver, candidato del partido GroenLinks.
Jesse Klaver, candidato del partido GroenLinks.Imagen: picture-alliance/dpa/J. Jumelet

De otra manera totalmente diferente a Wilders, quien dirige su campaña solo virtualmente y ha cancelado actos públicos supuestamente por motivos de seguridad, los verdes buscan el contacto directo con los votantes. Lene Grooten, la concejal municipal de Amsterdam, toca de puerta en puerta a pesar de la copiosa lluvia. En el barrio Slootervaart viven muchos inmigrantes y también jóvenes holandeses. Algunos creen que se trata de una zona problemática, pero está limpia, cuidada y no hay indicios de que sea un gueto. Unos cuantos jóvenes juegan al fútbol, el ambiente es relajado.

Casi todos se toman tiempo para charlar con Lene. "La mayoría de la gente aquí está indecisa. Y muchos buscan información en Internet. Por eso salimos a las calles para hablar directamente con la gente. Creemos que es importante”, dice la política. Admite que el clima político es complicado: ”Ttras el triunfo del 'brexit' necesitamos cambios en Europa. Tenemos que hacer que Europa sea más democrática y acercarla a la gente”, añade. Su jefe de partido sabe cómo hacerlo. "Soy europeo, amo a Europa. Pero no solo debemos hablar de economía. Europa es un ideal, se trata de nuestra seguridad y nuestra vida en común”, dice. Jesse Klaver puede también mostrar pasión por lo que hace.

Se trata de la edad de jubilación

Mark Rutte, premier holandés.
Mark Rutte, premier holandés.Imagen: Getty Images/AFP/L. Van Lieshout

En el primer debate público de Mark Rutte y otros ocho líderes de partidos holandeses, el tono en un programa de radio es, en cambio, sobrio. El cristiano demócrata Sybrand Buma quiere volver a introducir el servicio militar, porque los padres ya no educan bien a sus hijos. El jefe de Gobierno rechaza la idea, diciendo que sería muy caro e innecesario.

El representante del partido "Ab 50" o "A partir de los 50” exige con énfasis que la jubilación se rebaje a los 65 años. Rutte cree también que esto saldría muy caro. Henk Krol sigue argumentando, pero su partido manipuló cifras y eso ha orginiado que, según las encuestas, perdiera la mitad de sus escaños. Los holandeses toman estos temas muy en serio. Además, se debatió sobre el sistema de salud, el mercado laboral y los contratos temporales. Esta tendencia intraquiliza a la gente tanto en Holanda como en Europa. El tono del debate radiofónico fue civilizado y de respeto.

Geert Wilders, campaña ante la computadora

Geert Wilders, del partido PVV.
Geert Wilders, del partido PVV.Imagen: picture alliance/dpa/ANP/M. Beekman

Sin embargo, el fantasma del hombre del pelo amarillo planea por todos lados. El debate no es uno de los fuertes de Geert Wilders y sabe que perdería contra Rutte y los otros candidatos. Este populista de derecha gestiona su poder político siguiendo el actual patrón de Estados Unidos: a través de Twitter. Está satisfecho con la enorme atención que recibió en su breve y última aparición en un barrio de la ciudad de Rotterdam.

Ante las cámaras de la prensa internacional habló de escoria marroquí y repitió sus lemas conocidos: "Queremos devolver Holanda a los holandeses. (…) Tienen la sensación de haber perdido la llave de su propia puerta ante las fronteras abiertas. Queremos cambiar esta situación y recuperar la soberanía nacional”. Wilders vive de la provocación y aprendió de manera reconocible de la campaña del "brexit”. En la actualidad su buena estrella está en declive y el partido liberal de Mark Rutte, según las encuestas, lo ha adelantado.

¿Y para los votantes indecisos?

Remco Rhee recorre como un trompo la Plaza de los Museos de Amsterdam. Quiere convencer a tanta gente como sea posible de su idea excéntrica: el Partido de los No Votantes. Rhee posee el don de la comunicación. Casi todos los transeúntes escuchan las explicaciones de un partido que no ocuparía los escaños conseguidos y no quiere hacer política. "Es para gente que está frustrada y desea enviar la señal de que rechaza cómo están yendo las cosas”, explica.

Rhee quiere también hablar con la gente que, con su voto de protesta, se decantaría por Wilders. Pero la negación de la política a través de la ausencia y los escaños vacíos en el Parlamento es más bien un concepto filosófico. Una señal para el dividido panorama político en Holanda, donde hace tiempo reinaba el consenso y ahora, este parece inalcanzable.