En boga: fondos éticos de inversión
23 de junio de 2005Hace no mucho el líder de la socialdemocracia alemana, Franz Müntefering, despotricó contra inversionistas y corporaciones sin escrúpulos que utilizan cualquier medio para obtener ganancias. Los calificó de 'plaga de Langostas', diciendo que no tienen lealtad con nada, pues despiden a trabajadores en cuanto las cotizaciones tienden a la baja.
La polémica fue seguida por los medios de información. Muchos inversionistas, indignados por la gran incomprensión en torno al papel social que ejercen, subrayaban que son ellos, quienes, a final de cuentas crean empleos, salvan de la quiebra a empresas y hasta a equipos de fútbol.
`
La ética en el mundo empresarial fue una de las cuestiones tratadas en la Conferencia sobre el Código de Conducta de Corporaciones (Corporate Gobernance Kodex), que concluyó en Berlín. Esta entidad lucha en Alemania por una mayor independencia de los Consejos de Vigilancia de las empresas y una mayor transparencia, incluída la publicación de los ingresos de los altos ejecutivos de corporaciones.
Auge en Alemania
En esta polémica sobre valores, los llamados fondos éticos y de desarrollo sostenible, que invierten bajo criterios ecológicos, sociales o éticos, ganan cada vez más atención. Pese a la crisis bursátil, en Alemania el volumen de este tipo de fondos con licencia para operar se ha triplicado durante los últimos cuatro años, según información del Instituto de Acciones Alemanas, (DAI). Según la misma fuente, dichos fondos cuentan con una participación del mercado del 1,5%, equivalente a un valor de 4.500 millones de euros.
Beneficios nada desdeñables
Estudios comparativos recientes confirman que las inversiones en fondos éticos no generan beneficios inferiores a los fondos tradicionales. El éxito económico depende del objetivo que se persigue. Según investigadores del mismo Instituto, dichos fondos se encuentran en una posición de ventaja, pues invierten también en aquellas empresas que dentro de su propio sector tienen altos estándares en relación al medio ambiente y compromiso social.
También son selectivos al invertir en tal o cual empresa y el inversionista sabe que no está apoyando actividades que involucren, por ejemplo, pruebas de laboratorio en animales, energía nuclear, pornografía, armamento, casinos o tabaco.
Su origen, ligado a crisis bélicas
Este tipo de fondos nacieron en Estados Unidos en los años 70. El primero de su tipo, llamado Pax World Fund, excluía a empresas que abastecieran equipo militar a la guerra de Vietnam. En Europa, los británicos fueron los pioneros con el llamado Stewardship Fund, que excluía a toda empresa que mantuviera negocios en la Sudáfrica del Apartheid.
Desde entonces los fondos éticos de inversión han proliferado en toda Europa, particularmente en la zona germano-parlante, en donde hay alrededor de 120 distintos fondos disponibles.
Guerra de Irak
No sólo se han multiplicado sino también se han diversificado y cobran un creciente protagonismo al ofrecer a los ahorradores un contenido moral a sus inversiones. En los fondos solidarios, el inversionista opta por favorecer a una ONG o una entidad a la que el fondo gestor dona parte de las comisiones. Entre otros criterios, excluyen a empresas que atenten contra los derechos humanos. Según estos criterios, la elección de los ahorradores podría poner en dificultades a empresas como Halliburton, vinculada con el vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, e indudablemente con la guerra de Irak.